H¨¢lito de borrascas
El erizo es un extracto de mar, un h¨¢lito de borrascas, una esencia de tempestades. Al primero que uno se toma, la boca no se le hace simplemente agua: se le hace agua de mar con todos los olores y sabores marinos. Y despu¨¦s de tomarse 15 o 20 docenas -porque el tomar este marisco no es comer ni beber, sino respirar en pleno oc¨¦ano-, la langosta le sabr¨¢ a uno a gal¨¢pago y las mejores almejas a neum¨¢tico de autom¨®vil.
Ante una descripci¨®n as¨ª, como la que hac¨ªa el gastr¨®nomo y escritor pontevedr¨¦s Julio Camba, es necesario inclinarse y otorgar nuestra bendici¨®n a tan bellas y ajustadas palabras; aunque por poner un pero: mejor ser¨ªa decirlo del percebe, al que le rondan todas las borrascas y tempestades, que no del singular erizo, que en sus h¨¢bitats del Mediterr¨¢neo no es azotado ni por unas ni por otras, ya que no acostumbran a presentarse tales inclemencias en nuestras costas.
Las g¨®nadas tienen un sabor incomparable y por eso las tomaban griegos y romanos
Como bien sab¨ªan los sabios de Grecia, con el mism¨ªsimo Arist¨®teles a la cabeza -no en vano se le dio a la compleja boca y dentici¨®n del animal el luminoso nombre de "linterna de Arist¨®teles"- las g¨®nadas del bicho tienen un sabor incomparable y por eso las tomaban con gran satisfacci¨®n, al igual que los romanos, que las aderezaban con una mezcla de vinagre, perejil y menta; como se ha hecho toda la vida en el sur, que las convierten en ensalada sin m¨¢s que mezclarlas con peque?os trozos de cebolla, ajo y perejil, para despu¨¦s sazonar el conjunto con aceite de oliva virgen y un maduro vinagre de Jerez, de dulce y redondo sabor.
Se abre con unas tijeras de fina punta el erizo, y se efect¨²a un corte a su alrededor que deja al descubierto la cavidad interior, que ?oh, sorpresa! est¨¢ casi hueca, pudi¨¦ndose advertir -en fuerte naranja o maduro marr¨®n- los ¨®rganos sexuales del animal que -sutilmente- con una cucharilla desprenderemos y, as¨ª, llevaremos a la boca, sin mayor entretenimiento ni mezcla. Saben a todo aquello que comentaba el autor de La casa de L¨²culo y aun m¨¢s, por lo que convenimos que es la mejor forma de tomarlos.
No obstante, y como no parece f¨¢cil hoy comerse las docenas recomendadas, los cocineros han optado por convertir el delicioso pero m¨ªnimo bocado en plato de alguna consistencia, para lo cual es necesario complementar el erizo con otros ingredientes. Los muy profesionales optan por introducir en el cuenco que forma el cuerpo unas migas de pan, producto poco sabroso pero que se inunda de los jugos y aguas que aquel contiene, y as¨ª se estira todo lo que da de s¨ª el oricio.
Algunos, como el gran Escoffier, hacen de ¨¦l un condimento, creando la mayonesa de erizos -una mera mezcla- y logran dar sabor a los pescados que con ella se cubren, y otros, como Alain Chappel, han creado su propio plato adicion¨¢ndolo a una crema de almejas, que le prestan sabor a mar pero no deslucen las propias virtudes.
En nuestro entorno, Juan Morgado, del restaurante del mismo nombre en Valencia, cuando es temporada alta -que coincide con los meses m¨¢s fr¨ªos- los mezcla con un pescado de poco sabor, como es la merluza, y con crema de leche, para una vez formada una pasta rellenar con ella la c¨¢scara del erizo, al cual y como final -como si de un irish coffee se tratara- recubrir¨¢ con nata montada con unas trazas de curry, para llevarlo al horno y all¨ª dejar que termine de consumarse el invento.
Quique Dacosta es chef del Restaurante El Poblet de D¨¦nia, que cuenta con dos estrellas Michel¨ªn
LA INVITACI?N DE QUIQUE DACOSTA
El erizo ideal presumen de hacerlo en Casa Gerardo, en Prendes (Asturias), ya que abren varios y rellenan con la carne de todos solo uno, con lo cual, podemos por fin comer erizos como nos gustar¨ªa. La preparaci¨®n no es muy larga, una vez bien relleno, se pone en la salamandra, se calienta un poco y a comer.
Con menos gasto de erizos podemos tambi¨¦n lograr el mismo fin, y una f¨®rmula podr¨ªa ser poner alguna carne del erizo junto con el l¨ªquido que llevan, colado, y un poco de nata, con la mezcla llenamos un sif¨®n que templaremos ligeramente al ba?o Mar¨ªa. Con la espuma del sif¨®n debemos llenar la c¨¢scara del oricio, salpic¨¢ndola, aqu¨ª y all¨¢, de peque?os pedazos del mismo.
Podemos tambi¨¦n filtrar los l¨ªquidos que contiene, que son la quintaesencia del producto -finos, marinos, yodados- y gelificarlos, para luego colocarlos en el fondo del plato y poner sobre ellos pedacitos del erizo y frutos secos. Llegar¨ªamos a hacer un turr¨®n de erizos, que es una idea que ya desarroll¨¦, mezcl¨¢ndolos con una seta: la trompeta de la muerte.
SUGERENCIAS
Restaurante Rafael. Calle Churruca, 28. Grao Castell¨®n (Castell¨®n). 96 428 21 81.
Restaurante Casa Jaime. Avenida Papa Luna, 5. Pe?¨ªscola (Castell¨®n). 96 448 00 30.
Restaurante Mena. Final de la Rotas, s/n. D¨¦nia (Alicante). 96 578 09 43.
Restaurante Morgado. Reina Do?a Germana, 4. Valencia. 96 373 35 08.
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