El hombre del serrucho
Robert Nardelli es, quiz¨¢s, uno de los que mejor conoce las necesidades del voraz consumidor estadounidense. Pero, sobre todo, es un especialista a la hora de recortar gastos y en generar efectivo. Por eso el fondo de capital riesgo Cerberus escogi¨® a este reconocido ejecutivo estadounidense, de 59 a?os de edad, para llevar las riendas del fabricante de coches Chrysler, despu¨¦s de que la alemana Daimler se desprendiera de la compa?¨ªa.
Nardelli era el consejero delegado de Home Depot, el gigante especializado en la venta de materiales y art¨ªculos para el hogar. Los que le conocen, como el m¨ªtico Jack Welch, antiguo consejero delegado de General Electric, dicen que es la persona ideal para ese puesto. Bob Nardelli trabaj¨® durante tres d¨¦cadas para el conglomerado estadounidense. Dicen que era el sucesor natural de Welch.
No fue as¨ª. El prometedor ejecutivo cambi¨® de empresa en 2000, despu¨¦s de que no se cumplieran sus aspiraciones en GE, y entr¨® por la puerta grande en Home Depot. Nardelli es un ejecutivo de reacci¨®n r¨¢pida, de los que espera que los empleados trabajen tanto como ¨¦l, que sean obedientes y leales. Cuando apenas llevaba dos meses al frente de la compa?¨ªa, empez¨® a eliminar niveles administrativos innecesarios y junt¨® las divisiones del grupo. Los ingresos empezaron a subir, hasta duplicarse, y los beneficios crecieron al mismo ritmo.
All¨ª permaneci¨® hasta enero. Pero su salida de Home Depot estuvo rodeada por la pol¨¦mica. El buen rendimiento de la compa?¨ªa no se vio reflejado en Wall Street y Home Depot perdi¨® casi un 8% de su capital burs¨¢til durante su mandato. Los inversores echaron chispas cuando supieron que el consejo de administraci¨®n le iba a premiar con un paquete de compensaci¨®n de 225 millones de d¨®lares por su trabajo y le retiraron su confianza.
Nardelli tiene ahora un nuevo reto ante s¨ª en Chrysler, donde deber¨¢ dar con la f¨®rmula para recuperar el inter¨¦s de los estadounidenses por el made in USA. Al igual que General Motors y Ford, la compa?¨ªa ve como sus clientes se van a hacia marcas extranjeras, lo que explica que ahora ocupe el cuarto lugar en ventas en su propio mercado.
Aunque su relaci¨®n con los representantes de los empleados en GE se califica de fabulosa, su forma de gesti¨®n puede crearle roces con el principal sindicato en el sector de la automoci¨®n. Pero eso no le importa a un fondo Cerberus, especialista en hacerse con el control de empresas altamente endeudadas y sanearlas para revenderlas. Por eso buscan a una persona externa, que no quede atrapada en los enredos culturales de la compa?¨ªa.
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