"El dinero, el poder y la fama no son nada comparados con la paz interior"
El empresario reflexiona acerca del "sin sentido" de la riqueza material
"Piensa globalmente, act¨²a localmente". ?ste es el eslogan de la empresa Natura, especializada en la comercializaci¨®n de productos ex¨®ticos procedentes de distintos rincones del mundo, que a lo largo de sus 15 a?os de vida ha creado un imperio formado por cerca de doscientas tiendas en Espa?a y Portugal -el 65% mediante el sistema de franquicia-, alcanzando una facturaci¨®n de 80 millones de euros.
Reconocida como una compa?¨ªa "socialmente responsable" en el trato con sus m¨¢s de 1.000 trabajadores y por su apoyo econ¨®mico a diferentes ONG a trav¨¦s del Premio Natura, esta cadena tambi¨¦n ha tomado conciencia de la necesidad de adecuarse a las exigencias ¨¦ticas de los consumidores: a lo largo de 2008 impulsar¨¢ nuevas l¨ªneas de productos textiles de comercio justo y producci¨®n org¨¢nica. Y no s¨®lo eso. El af¨¢n de sinceridad y transparencia de esta compa?¨ªa han llevado a su fundador, Sergio Durany Herzig (Barcelona, 1957), a publicar el provocador libro Yo cre¨¦ Natura, ?y? (Editorial XQu¨¦), en el que reflexiona sobre lo que considera que ha aprendido de su "aventura empresarial".
"Durante una ¨¦poca utilic¨¦ el trabajo para evitar hacerle frente al miedo, la inseguridad, la ansiedad y el vac¨ªo que todos percibimos en nuestro interior"
Pregunta. ?Qu¨¦ conclusi¨®n extrae despu¨¦s de haber alcanzado el ¨¦xito profesional?
Respuesta. Que vivimos en un momento de la historia en el que la mayor¨ªa de seres humanos, al menos los que hemos nacido en Occidente, estamos muy equivocados con respecto a lo que creemos que nos va a hacer verdaderamente felices.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. En el nombre del desarrollo y el progreso estamos carg¨¢ndonos nuestra propia casa, el planeta Tierra. Para lograrlo, nos hemos esclavizado a trabajos que no nos llenan espiritualmente y que tan s¨®lo nos sirven para pagar facturas e incrementar la cantidad y la calidad de nuestras compras. Pero este estilo de vida totalmente inconsciente representa la punta del iceberg del malestar de nuestra cultura. Lo s¨¦ por experiencia.
P. Cu¨¦ntenos su historia.
R. Como un mortal m¨¢s, reconozco que la ambici¨®n econ¨®mica y el af¨¢n de reconocimiento me han llevado al lugar donde estoy. Debido a ciertas carencias emocionales, durante muchos a?os utilic¨¦ el trabajo como una excusa para huir de la realidad y evitar hacerle frente al miedo, la inseguridad, la ansiedad y el vac¨ªo que todos percibimos en nuestro interior. Pero la obtenci¨®n de dinero, poder e incluso de cierta fama no son nada, absolutamente nada, comparado con la paz interior que brota desde dentro cuando empiezas a ser due?o de ti mismo. He tenido que sufrir para comprenderlo. Fruto de una serie de experiencias, puedo afirmar, y ¨¦sta es mi gran verdad, que es mejor una vida emocionalmente estable que la b¨²squeda sin sentido de riqueza material.
P. ?Cu¨¢l es el riesgo de llegar a lo m¨¢s alto?
R. La primera consecuencia es que tu ego engorda. Puedes permitirte jugar a ser empresario porque tienes poder y la gente te escucha en las reuniones. Pero si no tienes cuidado, la vanidad y la codicia se disparan, alej¨¢ndote de algo tan esencial como la empat¨ªa y la sensibilidad, dos cualidades imprescindibles para ser un buen l¨ªder y lograr que tu proyecto empresarial sea humano y sostenible. Todo empresario tiene que ser consciente de que sus decisiones afectan a la vida de otras personas. Cuanto m¨¢s se piensa en los trabajadores, mejor le va a la empresa. Es un hecho. Adem¨¢s, el verdadero ¨¦xito es que las personas con las que trabajas te quieran.
![Sergio Durany Herzig.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UHGN2MGPMNP7MF7WLTEFPJRYRU.jpg?auth=a3573c8837f606c68bd29bf4513824d87b59a8968c341d3b844d4fc8c8320d73&width=414)
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