Cada d¨ªa se denuncian en el metro de Madrid 54 hurtos y un robo con violencia
La delincuencia en el suburbano de la capital del Estado ha crecido un 12% en el ¨²ltimo a?oCada d¨ªa se denuncian en el metro una media de 54 hurtos y un robo con violencia La delincuencia en el suburbano de la capital ha crecido un 12% en el ¨²ltimo a?o
La delincuencia ha crecido un 12% en el ¨²ltimo a?o en el metro de Madrid. Cada d¨ªa se denuncia una media de 54 robos y un robo con intimidaci¨®n (atraco). Estas cifras, que a primera vista pueden parecer altas, se mantienen m¨¢s o menos invariables en los ¨²ltimos a?os, ya que ha crecido el n¨²mero de viajeros que utilizan este transporte. Los responsables de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid admiten que en la red es imposible controlar todos los espacios, a lo que se une que los detenidos son puestos en libertad de inmediato, ya que los delitos o las faltas que cometen tienen penas y multas reducidas. Pese a ello, a?aden, las cifras de delincuencia son aceptables y pr¨¢cticamente imposibles de reducir por el gran n¨²mero de usuarios.La delincuencia ha crecido un 12% en el ¨²ltimo a?o en el metro de Madrid. Cada d¨ªa se denuncia una media de 54 robos y un robo con intimidaci¨®n (atraco). Estas cifras, que a primera vista pueden parecer altas, se mantienen m¨¢s o menos invariables en los ¨²ltimos a?os, ya que ha crecido el n¨²mero de viajeros que utilizan este transporte. Los responsables de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid admiten que en la red es imposible controlar todos los espacios, a lo que se une que los detenidos son puestos en libertad de inmediato, ya que los delitos o las faltas que cometen tienen penas y multas reducidas. Pese a ello, a?aden, las cifras de delincuencia son aceptables y pr¨¢cticamente imposibles de reducir por el gran n¨²mero de usuarios.
Los atracos se producen a ¨²ltima hora de la noche o en la primera de los fines de semana
Las estaciones de centro son las que registran mayor n¨²mero de delitos
Las estaciones de Centro son las que registran mayor n¨²mero de delitos
La inseguridad en el metro de Madrid resulta muy baja para los responsables policiales de Madrid. Cada d¨ªa se hacen en este medio de transporte una media de tres millones de viajes, por lo que el n¨²mero de denuncias no es preocupante, al menos de momento. "Hay que tener en cuenta que se producen muchos viajes y que la polic¨ªa no puede actuar en toda la red. Es imposible meter un agente en cada vag¨®n. De poco servir¨ªa cuando hay momentos en los que no cabe un alfiler en los trenes", explica un mando policial. Adem¨¢s, el n¨²mero de viajeros se est¨¢ incrementando d¨ªa a d¨ªa con la apertura al p¨²blico de las nuevas ampliaciones.
La zona centro, en sentido muy amplio, sigue siendo el lugar favorito para los amantes de lo ajeno. Los carteristas y los descuideros (robar los objetos de valor al descuido) son los que m¨¢s trabajan en la red de metro. Los tramos entre Goya y ?pera, en la l¨ªnea 2, Pac¨ªfico y Bilbao, en la 1, y el tri¨¢ngulo formado entre Sol, Callao y Gran V¨ªa son los preferidos por estos ladrones. Seg¨²n comenta un responsable policial, siempre utilizan la franja de mayor concentraci¨®n horaria. "Las grandes aglomeraciones de primera hora de la ma?ana no son buenas para trabajar. Prefieren que haya m¨¢s espacio para poder moverse y estar m¨¢s c¨®modos", relata este mando.
La forma de actuar es siempre la misma. Dos o tres personas rodean a su v¨ªctima. Un bolso bien visible, un hombre con la americana abierta o una mochila no bien vigilada son los objetivos preferidos por estos cacos. Mientras uno vigila a la v¨ªctima, el otro le introduce la mano en el bolsillo sin que se percate. Suelen utilizar una especie de muleta, como un peri¨®dico o una gabardina doblada.
"Antes, todos los carteristas eran espa?oles, pero poco a poco han ido dando paso a otras nacionalidades, como los procedentes de pa¨ªses del Este y a suramericanos, adem¨¢s de inmigrantes procedentes del norte de ?frica. Creemos que act¨²an unos 100 o 150 en la red. Tambi¨¦n es cierto que van cambiando y unas veces est¨¢n en Madrid y luego se marchan a Barcelona", destaca el responsable.
Sus v¨ªctimas preferidas son los turistas. Adem¨¢s de que suelen llevar m¨¢s dinero en efectivo, est¨¢n siempre pendientes de que no se les pase la parada. De ah¨ª que siempre vayan mirando un plano o leeyendo los carteles anunciadores. A eso se une que van con muchos aparatos tecnol¨®gicos, como c¨¢maras. El idioma, que desconocen por lo habitual, tambi¨¦n es otra desventaja para estos visitantes.
Uno de los problemas a los que se enfrenta la polic¨ªa es que los carteristas y los descuideros cometen, por lo general, una falta de hurto cuando el valor de lo sustra¨ªdo no supera los 360 euros. Eso hace que no tengan que pasar ni a disposici¨®n judicial. Despu¨¦s de tramitar las diligencias policiales en comisar¨ªa, se pueden marchar de nuevo al metro para seguir su actividad il¨ªcita. "Tratamos de alargar el tr¨¢mite de los detenidos, porque de ese modo les tenemos fuera de la circulaci¨®n dos o tres horas. No son gente violenta y, cuando saben que les hemos pillado, no oponen ning¨²n tipo de resistencia", a?ade otra fuente policial.
Lo que tiene una incidencia a¨²n m¨¢s baja son los atracos (robos con violencia e intimidaci¨®n). En 2006 fueron denunciados 460 casos, lo que arroja una media algo superior a uno al d¨ªa. Los momentos en los que se producen son dos: a ¨²ltimas horas del servicio o en las primeras de los fines de semana. Como hay menos gente en los pasillos, tambi¨¦n baja la vigilancia y los atracadores act¨²an con mayor impunidad. Adem¨¢s, la espera en los andenes oscila entre 10 y 15 minutos por t¨¦rmino medio.
"A primera hora de los fines de semana, las v¨ªctimas suelen ser personas que vuelven de estar toda la noche de marcha y que suelen ir con un alto grado alcoh¨®lico, por lo que son m¨¢s vulnerables. Algunas veces utilizan mucha violencia para asaltarles", a?ade un mando policial.
El n¨²mero de delitos se concentra de mi¨¦rcoles a s¨¢bados. Los lunes, los martes y los domingos suelen bajar. Tambi¨¦n hay algunos meses en los que repunta, seg¨²n los responsables policiales.
Un problema con el que se encuentra la polic¨ªa es que la red ha crecido mucho. Los agentes tienen que vigilar 252 estaciones, y cerca de 400 vest¨ªbulos. A eso se une un material m¨®vil de 1.872 trenes, de los que llegan a circular 295 a la vez en hora punta. "Son muchas puertas, muchas escaleras mec¨¢nicas y muchos vagones en los que se mueven unos 68 millones de viajeros al mes. Es un trabajo muy arduo y que requerir¨ªa mucho personal", concluyen los responsables policiales.
La recomendaci¨®n de la polic¨ªa es que se vigilen las pertenencias, sobre todo en los tumultos, y que se desconf¨ªe cuando el viajero es rodeado por tres o cuatro personas. Las grandes concentraciones de personas tambi¨¦n hacen que el n¨²mero de delitos aumente. Destacan los partidos de f¨²tbol, las corridas de toros y los conciertos multitudinarios, a los que se puede acceder a trav¨¦s del suburbano.
La vigilancia privada en el metro la forman m¨¢s de 1.000 agentes de compa?¨ªas de seguridad. Desde hace dos a?os cuentan con perros que patrullan los andenes y los lugares conflictivos como medida disuasoria de los carteristas y de los descuideros.La inseguridad en el metro de Madrid resulta muy baja para los responsables policiales de Madrid. Cada d¨ªa se hacen en este medio de transporte una media de tres millones de viajes, por lo que el n¨²mero de denuncias no es preocupante, al menos de momento. "Hay que tener en cuenta que se producen muchos viajes y que la polic¨ªa no puede actuar en toda la red. Es imposible meter un agente en cada vag¨®n. De poco servir¨ªa cuando hay momentos en los que no cabe un alfiler en los trenes", explica un mando policial. Adem¨¢s, el n¨²mero de viajeros se est¨¢ incrementando d¨ªa a d¨ªa con la apertura al p¨²blico de las nuevas ampliaciones.
La zona centro, en sentido muy amplio, sigue siendo el lugar favorito para los amantes de lo ajeno. Los carteristas y los descuideros (robar los objetos de valor al descuido) son los que m¨¢s trabajan en la red de metro. Los tramos entre Goya y ?pera, en la l¨ªnea 2, Pac¨ªfico y Bilbao, en la 1, y el tri¨¢ngulo formado entre Sol, Callao y Gran V¨ªa son los preferidos por estos ladrones. Seg¨²n comenta un responsable policial, siempre utilizan la franja de mayor concentraci¨®n horaria. "Las grandes aglomeraciones de primera hora de la ma?ana no son buenas para trabajar. Prefieren que haya m¨¢s espacio para poder moverse y estar m¨¢s c¨®modos", relata este mando.
La forma de actuar es siempre la misma. Dos o tres personas rodean a su v¨ªctima. Un bolso bien visible, un hombre con la americana abierta o una mochila no bien vigilada son los objetivos preferidos por estos cacos. Mientras uno vigila a la v¨ªctima, el otro le introduce la mano en el bolsillo sin que se percate. Suelen utilizar una especie de muleta, como un peri¨®dico o una gabardina doblada.
"Antes, todos los carteristas eran espa?oles, pero poco a poco han ido dando paso a otras nacionalidades, como los procedentes de pa¨ªses del Este y a suramericanos, adem¨¢s de inmigrantes procedentes del norte de ?frica. Creemos que act¨²an unos 100 o 150 en la red. Tambi¨¦n es cierto que van cambiando y unas veces est¨¢n en Madrid y luego se marchan a Barcelona", destaca el responsable.
Sus v¨ªctimas preferidas son los turistas. Adem¨¢s de que suelen llevar m¨¢s dinero en efectivo, est¨¢n siempre pendientes de que no se les pase la parada. De ah¨ª que siempre vayan mirando un plano o leeyendo los carteles anunciadores. A eso se une que van con muchos aparatos tecnol¨®gicos, como c¨¢maras. El idioma, que desconocen por lo habitual, tambi¨¦n es otra desventaja para estos visitantes.
Uno de los problemas a los que se enfrenta la polic¨ªa es que los carteristas y los descuideros cometen, por lo general, una falta de hurto cuando el valor de lo sustra¨ªdo no supera los 360 euros. Eso hace que no tengan que pasar ni a disposici¨®n judicial. Despu¨¦s de tramitar las diligencias policiales en comisar¨ªa, se pueden marchar de nuevo al metro para seguir su actividad il¨ªcita. "Tratamos de alargar el tr¨¢mite de los detenidos, porque de ese modo les tenemos fuera de la circulaci¨®n dos o tres horas. No son gente violenta y, cuando saben que les hemos pillado, no oponen ning¨²n tipo de resistencia", a?ade otra fuente policial.
Lo que tiene una incidencia a¨²n m¨¢s baja son los atracos (robos con violencia e intimidaci¨®n). En 2006 fueron denunciados 460 casos, lo que arroja una media algo superior a uno al d¨ªa. Los momentos en los que se producen son dos: a ¨²ltimas horas del servicio o en las primeras de los fines de semana. Como hay menos gente en los pasillos, tambi¨¦n baja la vigilancia y los atracadores act¨²an con mayor impunidad. Adem¨¢s, la espera en los andenes oscila entre 10 y 15 minutos por t¨¦rmino medio.
"A primera hora de los fines de semana, las v¨ªctimas suelen ser personas que vuelven de estar toda la noche de marcha y que suelen ir con un alto grado alcoh¨®lico, por lo que son m¨¢s vulnerables. Algunas veces utilizan mucha violencia para asaltarles", a?ade un mando policial.
El n¨²mero de delitos se concentra de mi¨¦rcoles a s¨¢bados. Los lunes, los martes y los domingos suelen bajar. Tambi¨¦n hay algunos meses en los que repunta, seg¨²n los responsables policiales.
Un problema con el que se encuentra la polic¨ªa es que la red ha crecido mucho. Los agentes tienen que vigilar 252 estaciones, y cerca de 400 vest¨ªbulos. A eso se une un material m¨®vil de 1.872 trenes, de los que llegan a circular 295 a la vez en hora punta. "Son muchas puertas, muchas escaleras mec¨¢nicas y muchos vagones en los que se mueven unos 68 millones de viajeros al mes. Es un trabajo muy arduo y que requerir¨ªa mucho personal", concluyen los responsables policiales.
La recomendaci¨®n de la polic¨ªa es que se vigilen las pertenencias, sobre todo en los tumultos, y que se desconf¨ªe cuando el viajero es rodeado por tres o cuatro personas. Las grandes concentraciones de personas tambi¨¦n hacen que el n¨²mero de delitos aumente. Destacan los partidos de f¨²tbol, las corridas de toros y los conciertos multitudinarios, a los que se puede acceder a trav¨¦s del suburbano.
La vigilancia privada en el metro la forman m¨¢s de 1.000 agentes de compa?¨ªas de seguridad. Desde hace dos a?os cuentan con perros que patrullan los andenes y los lugares conflictivos como medida disuasoria de los carteristas y de los descuideros.
El p¨¢nico de los 'grafiteros'
Uno de los principales problemas con los que se encuentra la polic¨ªa es el de los grafiteros que son capaces de parar un tren en medio de un t¨²nel para hacer una de sus pintadas en el vag¨®n. El problema es por partida doble. Primero, si los atacantes son detenidos tan s¨®lo se les acusa de un delito de da?os, que lleva impl¨ªcita una pena m¨ªnima. En m¨¢s de un caso se ha quedado reducido a una multa y se ha llegado a dar el caso de alg¨²n juez que ha visto esta agresi¨®n como una forma de arte.
A eso se une el p¨¢nico y la angustia que suelen generar entre los viajeros. Su horario para hacer esas fechor¨ªas es a primera hora del servicio. Tiran del freno de emergencia, por lo que inmovilizan el tr¨¢fico durante minutos que pueden llegar a ser de gran miedo para los viajeros. El resto de trenes tambi¨¦n tiene que frenar su marcha por motivos de seguridad, lo que hace que quede trastocado todo el servicio al menos durante una hora.
El tercer problema es la violencia que a veces ostentan estos grupos, que no dudan en grabar sus fechor¨ªas en los tel¨¦fonos m¨®viles para colgar luego los v¨ªdeos en Internet. Lo venden a sus seguidores como grandes haza?as. De ah¨ª que el reto de la polic¨ªa sea detenerlos in fraganti. Fuentes policiales destacan que en los ¨²ltimos tiempos los grafiteros no abundan en la red de metro.
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