La Xunta levanta la Cidade da Cultura con cuarcita de una cantera ilegal

La cascada de irregularidades detectadas en el negocio de las canteras en Galicia tambi¨¦n desemboca en el monte Gai¨¢s. Los edificios de la Cidade da Cultura se recubren de una cuarcita extra¨ªda en la mina Angelita, ubicada en el municipio de Muras (Lugo). Sobre esta explotaci¨®n pesa una orden de paralizaci¨®n de actividad dictada en enero por la Conseller¨ªa de Pol¨ªtica Territorial, ya que funciona sin licencia de la Xunta y del Ayuntamiento. La falta de permisos no le impidi¨® al Grupo Campo obtener en 2003 el contrato para suministrar el mineral por 6,6 millones.

"Ser¨¢ para la Cidade da Cultura como el titanio para el Guggenheim". As¨ª se refer¨ªan en la anterior Xunta a la cuarcita que recubre el mastod¨®ntico complejo cultural que se levanta en el monte Gai¨¢s. Este mineral procede de la mina Angelita que explota la empresa Piedra Natural de Muras, propiedad del Grupo Campo. La extracci¨®n promovida por el empresario Epifanio Campo se realiza sin licencia y, seg¨²n el colectivo ecologista Adega, los responsables de la firma han invadido con sus m¨¢quinas terrenos de gran valor ecol¨®gico protegidos por la Red Natura y en los que existen h¨¢bitats en peligro de desaparici¨®n.

Adega ha presentado una denuncia en el Seprona por todos estos hechos. La Conseller¨ªa de Pol¨ªtica Territorial dict¨® en enero pasado una orden de paralizaci¨®n de la actividad en la cantera porque se desarrolla "sin la preceptiva licencia urban¨ªstica municipal y sin autorizaci¨®n auton¨®mica". El portavoz de Adega, Daniel L¨®pez Vispo, asegura, sin embargo, que los trabajos en el lugar contin¨²an.

Adega sostiene que el Gobierno del PP dio "trato de favor" al grupo de empresas de Epifanio Campo, ya que le permiti¨® extraer la cuarcita de Muras sin autorizaci¨®n y suscribir contratos de suministro de este mineral a diferentes administraciones. La asociaci¨®n ecologista sostiene que la empresa Piedra Natural de Muras vendi¨® tambi¨¦n una partida para recubrir la residencia oficial del presidente de la Xunta en Monte P¨ªo, construida durante el mandato de Manuel Fraga.

La cuarcita de Muras le permiti¨® al Grupo Campo hacerse con uno de los contratos millonarios de la Cidade da Cultura. La Fundaci¨®n Cidade da Cultura convoc¨® un concurso en 2003 para el suministro de este mineral que recubre los edificios del complejo. La licitaci¨®n s¨®lo se public¨® en peri¨®dicos, no en diarios oficiales, y ¨²nicamente se presentaron dos ofertas, aunque una no fue admitida porque no entreg¨® la documentaci¨®n requerida.

As¨ª fue c¨®mo se hizo con el contrato la UTE Campo-Ipisa, integrada por Campo Lombao, SL y Europizarras, SA, ambas del Grupo Campo, y por Iberoitaliana de Pizarras, SA. La empresa cobr¨® m¨¢s de 6 millones de euros de dinero p¨²blico por este encargo. El Consello de Contas advierte en su informe sobre la gesti¨®n de la Cidade da Cultura que la cuarcita se entreg¨® con retraso pese al riguroso protocolo de env¨ªo que exig¨ªa el pliego de condiciones. "Se produjeron importantes retrasos que afectaron al cumplimiento de los plazos de ejecuci¨®n de las obras", critican los auditores oficiales, quienes tambi¨¦n censuran la escasa publicidad dada al concurso.

La tramitaci¨®n de la concesi¨®n minera de Epifanio Campo en Muras no se complet¨®. El anterior Gobierno gallego s¨ª redact¨® una declaraci¨®n de impacto ambiental de la cantera en 2003. En aquel documento, los t¨¦cnicos reconocen que el Grupo Campo inici¨® la extracci¨®n de la cuarcita de Muras en agosto de 2000 sin ning¨²n tipo de permiso ni estudio sobre las consecuencias ambientales de su actividad.

Los enviados de la Xunta comprobaron que en 2001 la explotaci¨®n estaba abierta, que se hab¨ªan ejecutado "dos grandes pistas de acceso", una de ellas de cinco metros de ancho y "dotada de una gruesa capa de firme". En la explotaci¨®n ilegal trabajaba "una retroexcavadora de grandes dimensiones, as¨ª como diferente personal".

Esta situaci¨®n no impidi¨® que la Conseller¨ªa de Medio Ambiente diera el visto bueno a la declaraci¨®n de impacto ambiental en abril de 2003. Tres meses despu¨¦s, la Conseller¨ªa de Industria le otorg¨® al Grupo Campo una concesi¨®n de seis cuadr¨ªculas mineras en Muras, Sin embargo, aquella resoluci¨®n no fue publicada en el Diario Oficial de Galicia hasta casi cuatro a?os despu¨¦s, en febrero de este a?o, cuando el bipartito ya controlaba la Xunta.

La Administraci¨®n auton¨®mica nunca lleg¨®, sin embargo, a otorgarle a la explotaci¨®n la preceptiva autorizaci¨®n urban¨ªstica y el Ayuntamiento de Muras tampoco. Los responsables del Grupo Campo eludieron ayer dar su versi¨®n de los hechos.