Retrato intelectual del ensayista l¨ªquido
El protagonista de este esbozo de biograf¨ªa intelectual, Zygmunt Bauman, alcanz¨® celebridad con el libro Modernidad y Holocausto (1989). Su autor era un ex marxista polaco huido del estalinismo, que se hab¨ªa refugiado en la universidad brit¨¢nica, publicando obras inspiradas en la teor¨ªa cr¨ªtica de la Escuela de Frankfurt que pasaron sin pena ni gloria. Pero el s¨²bito ¨¦xito alcanzado por su libro sobre el Holocausto fue aprovechado para presentarlo como otro Norbert Elias (una celebridad de la sociolog¨ªa hist¨®rica, cuya biograf¨ªa de jud¨ªo refugiado en Inglaterra con ¨¦xito tard¨ªo pod¨ªa presentarse como un modelo de vida paralela a la de Bauman), a fin de lanzarlo comercialmente como un autor de best sellers filos¨®ficos.
IDENTIDADES INCIERTAS: ZYGMUNT BAUMAN
Helena B¨¦jar
Herder. Barcelona, 2007
205 p¨¢ginas. 14,90 euros
Y, en efecto, desde entonces, Bauman se ha especializado en un g¨¦nero literario con buena acogida, como es la cr¨ªtica de la posmodernidad y de la globalizaci¨®n. De ah¨ª que el suyo pueda caracterizarse tambi¨¦n de pensamiento d¨¦bil (como defini¨® Giovanni Vattimo al ensayismo posmoderno), aunque a¨²n ser¨ªa mejor llamarlo ensayismo l¨ªquido, puestos a reciclar la etiqueta sem¨¢ntica con que bautiza sus ¨²ltimos best sellers. Y es que desde Modernidad l¨ªquida, en¨¦simo retrato en negro de los efectos disolventes de la globalizaci¨®n, casi todos sus lanzamientos llevan en su t¨ªtulo el mismo sello identificador: Amor l¨ªquido, Vida liquida, Miedos l¨ªquidos
... Algo tan caricaturesco que roza la autoparodia, por lo que cabr¨ªa pensar en un ir¨®nico rizar el rizo para re¨ªrse de s¨ª mismo, lo que quiz¨¢ nos permitir¨ªa calificar al autor de disoluto (al modo de los libertinos dieciochescos), a fuerza de querer resultar disolvente en cuanto liquidador de la modernidad.
Porque, en efecto, toda la obra de Bauman (tanto su obra seria, culminada con Modernidad y Holocausto, como su obra trivial, a partir de Modernidad l¨ªquida) puede ser entendida como una teodicea negativa de la Modernidad: ese gigantesco proceso de ingenier¨ªa social que estar¨ªa disolviendo la responsabilidad moral. Todo muy cr¨ªtico, iconoclasta, catastrofista y apocal¨ªptico (pero tambi¨¦n muy rentable y comercial, por hablar de liquidez contable) pero desde luego nada original, pues lo mismo sostuvieron Marx ya hace 150 a?os (con su jaculatoria del Manifiesto comunista que inspira la liquidez de Bauman: "Todo lo s¨®lido se disuelve en el aire") o Weber hace 100 a?os (con su profec¨ªa de la tecnocr¨¢tica jaula de hierro que encerrar¨ªa a la humanidad en un callej¨®n sin salida). La diferencia es que donde Marx hablaba de capitalismo, Bauman escribe modernidad: una jaula no de hierro represor, como en Weber, sino ahora de complaciente liquidez. As¨ª se escamotea tanto la estructura de clases (la propiedad) como la dominaci¨®n pol¨ªtica (el poder), reduciendo la cuesti¨®n a mera cr¨ªtica de la cultura.
Esta trayectoria intelectual
del Bauman cr¨ªtico cultural de la modernidad es la que reconstruye la soci¨®loga Helena B¨¦jar sin demasiadas complacencias, pero sin cebarse en sus evidentes debilidades, que no recrimina tanto como debiera. Y siendo una de nuestras m¨¢s importantes intelectuales, con larga obra publicada dentro del republicanismo filos¨®fico, cabr¨ªa preguntarse: de entre toda la galer¨ªa de autores vivos que la inspiran (como Robert Bellah o Richard Sennett), ?por qu¨¦ se ha interesado en Bauman? Sostiene que por afinidad electiva, pero podr¨ªa sospecharse que se ha dejado deslumbrar por su fama medi¨¢tica. En cualquier caso, es lo bastante honrada como para reconocer que la obra m¨¢s reciente no merece el mismo aprecio intelectual que la del primer Bauman todav¨ªa desconocido, cuando a¨²n no pensaba por cuenta de su cifra de ventas. De ah¨ª que se centre en rastrear dos temas baumanianos que no gozan del favor popular: la ambig¨¹edad y la responsabilidad moral, supuestamente destruidas por la modernizaci¨®n.
Para criticar sin piedad el discutible concepto de ambig¨¹edad que usa Bauman, B¨¦jar recurre a Mary Douglas, en p¨¢ginas que constituyen lo m¨¢s interesante del libro. Y para respaldar la reivindicaci¨®n de la responsabilidad moral que Bauman lleva a cabo, B¨¦jar se centra en Emmanuel L¨¦vinas. Todo ello de acuerdo con el tono moralista (m¨¢s que moralizador) de la obra de Bauman, que en el libro de B¨¦jar es presentada bajo el macguffin o leitmotiv del "bricolaje biogr¨¢fico", inspirado en el "h¨¢galo usted mismo": la construcci¨®n a base de "estilos de vida" impersonales e intercambiables de una identidad individual hu¨¦rfana tanto de apoyo social como de direcci¨®n institucional.
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