Las epidemias viajan en avi¨®n
El mundo se parece cada vez m¨¢s a un gigantesco matraz. Lo que para una multinacional es pura globalizaci¨®n, y posibilidad de fabricar en un polo del planeta y vender en el otro, para la Organizaci¨®n Mundial de la Salud es un foco de peligro. Hace 200 a?os, una infecci¨®n -aunque tambi¨¦n su cura- pod¨ªa tardar dos meses en cruzar en Atl¨¢ntico; hoy, bastan seis horas de avi¨®n. La superpoblaci¨®n y las facilidades en las comunicaciones se encargan de llevar amenazas adonde antes no llegaban (por ejemplo, el virus del Marburg se identific¨® en la ciudad alemana de ese nombre, pero su origen est¨¢ en el centro de ?frica).
La informaci¨®n compartida y el control fronterizo son claves para evitar futuras pandemias, afirma la OMS
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud ha registrado y actuado en 685 brotes epid¨¦micos entre 2003 y 2006
En 35 a?os se han identificado 40 nuevas enfermedades infecciosas, alimentarias o medioambientales
- V¨ªas de transmisi¨®n. Dentro de los llamados f¨®mites -en el argot m¨¦dico, los objetos como platos, barandillas o mesas tocados por un enfermo a trav¨¦s del cual se infecta otra persona- los aviones han pasado a ocupar un lugar preeminente, advierte la OMS. Los datos lo avalan: en 2006, las aerol¨ªneas transportaron 2.100 millones de pasajeros. El caso de la neumon¨ªa asi¨¢tica (s¨ªndrome respiratorio agudo y grave) es un ejemplo claro. En apenas tres meses se extendi¨® por el sureste asi¨¢tico y lleg¨® a Norteam¨¦rica.
- Nuevas enfermedades. Pero ha habido muchos otros. Desde los setenta del siglo pasado se han identificado 40 nuevas enfermedades infecciosas. Algunas son realmente nuevas, como el sida; otras se cree que son m¨¢s bien la identificaci¨®n del agente causal de dolencias ya conocidas. Adem¨¢s, a veces las medidas tomadas, como el uso de antibi¨®ticos, se vuelven contra los seres humanos en forma de cepas de microorganismos m¨¢s resistentes.
- Brotes epid¨¦micos. En cinco a?os la OMS ha intervenido en 1.100 brotes epid¨¦micos. "Ser¨ªa pecar de gran ingenuidad y exceso de confianza suponer que no surgir¨¢ tarde o temprano otra enfermedad como el sida, la fiebre hemorr¨¢gica del ?bola o el SRAS [siglas del s¨ªndrome respiratorio agudo y grave, tambi¨¦n llamada neumon¨ªa asi¨¢tica]", afirma el texto.
- T¨®xicos. A las amenazas transmisibles hay que sumar otras, magnificadas por el volumen de las instalaciones y el desarrollo tecnol¨®gico. Es el caso de los vertidos t¨®xicos, como el de Abiy¨¢n (Costa de Marfil) en 2006. De nuevo, la globalizaci¨®n jug¨® en contra de los intereses sanitarios: el vertido hab¨ªa sido rechazado por Holanda, y se deposit¨® en una de las ciudades m¨¢s pobladas de ?frica, lo que multiplic¨® su efecto. La facilidad en el transporte fue clave en el caso del envenenamiento por aceite de colza en Espa?a en 1981, donde 203 personas fallecieron y 15.000 resultaron afectadas. "Nunca se hall¨® remedio para el s¨ªndrome", recalca el trabajo.
- Nucleares. En la misma l¨ªnea, la OMS destaca cat¨¢strofes como la de la central nuclear de Chern¨®bil, en la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica, o desastres medioambientales como la ola de calor del verano europeo de 2003.
- Reglamento. Pero el informe de la OMS no es un puro recuento. Tiene un claro objetivo: reforzar la aplicaci¨®n del Reglamento Sanitario Internacional que ha entrado en vigor el pasado mes de junio. Por eso, aparte de enumerar las fuentes de nuevos peligros -infecciones humanas como el VIH, alimentarias como la bacteria Escherichia coli de las verduras o de origen animal, como la famosa gripe aviar o la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob-, insiste en lo que m¨¢s duele a los gobernantes: el bolsillo.
- Coste econ¨®mico. El trabajo pone siete ejemplos. El m¨¢s caro, las vacas locas -t¨¦cnicamente, encefalopat¨ªa espongiforme bovina, EEB- ha costado al Reino Unido 39.000 millones de d¨®lares (29.000 millones de euros al cambio de ayer) entre 1990 y 1998; la neumon¨ªa asi¨¢tica cost¨®, en menos de seis meses de 2003, 30.000 millones de d¨®lares (22.000 millones de euros) a las econom¨ªas de la zona. Tanzania, uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del planeta, perdi¨® 36 millones de d¨®lares (27 millones de euros) por un brote de c¨®lera en 1998.
- Prevenci¨®n. La buena noticia, despu¨¦s de tanto desastre, es que se conocen las medidas de prevenci¨®n, y la OMS hace un llamamiento para que se cumplan. La primera es el mantenimiento de sistemas de alerta y de informaci¨®n compartida. Sin mencionarlos, la OMS tiene en mente situaciones como la negativa de los gobiernos de China o Rusia a admitir que ten¨ªan un problema con el sida a finales de los noventa o el conflicto m¨¢s reciente con Indonesia por la propiedad de las muestras biol¨®gicas de personas infectadas por la gripe aviar.
- Frontera. Aunque el concepto de frontera tiende a difuminarse en el mundo actual, es fundamental que se mantengan controles y se sea capaz de intervenir ante una crisis antes de que se extienda, insiste la organizaci¨®n. Las im¨¢genes de los pasajeros en los aeropuertos asi¨¢ticos descalzos y pasando bajo arcos que determinaban si ten¨ªan fiebre son un ejemplo de que se puede actuar deprisa y con eficacia. El coronavirus que caus¨® la gripe aviar pod¨ªa haber ocasionado una aut¨¦ntica pandemia. Pero las mismas causas que hacen que la situaci¨®n sanitaria mundial sea tan delicada, aportaron las soluciones: hubo una r¨¢pida informaci¨®n; los equipos cient¨ªficos trabajaron r¨¢pidamente para identificar la causa del brote; la cuarentena se impuso y respet¨® desde Hong Kong a Toronto. Lo que hace falta es que las medidas se extiendan a todos los pa¨ªses, y ah¨ª la OMS vuelve a sacar la calculadora. La mayor¨ªa del planeta no dispone de fondos ni personal sanitario -una de las lacras que se han convertido en bandera de la organizaci¨®n- para actuar.
- Desequilibrios. El plan de riesgos se revisar¨¢ en 2012, pero nadie espera que todos los objetivos se hayan cumplido. Para algunos expertos que no quieren decir p¨²blicamente su nombre, el informe es v¨¢lido, sobre todo, como una llamada de atenci¨®n. "La OMS vive siempre en una especie de desequilibrio: si dice que las cosas van muy mal, le pueden echar la culpa; si no, corre el riesgo de que se baje la guardia... y las aportaciones econ¨®micas", reconoce un alto funcionario del organismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.