?Cre¨ªa en Dios Teresa de Calcuta?
Un libro desvela cartas de la beata en las que describ¨ªa las crisis de fe de sus ¨²ltimos 50 a?os
Cuando Teresa de Calcuta (1910-1997) recibi¨® el premio Nobel de la Paz, en diciembre de 1979, pidi¨® que la Navidad que llegaba sirviese para tener presente a Cristo. Once semanas antes, escrib¨ªa a un confesor: "Jes¨²s tiene un amor muy especial por ti, pero por m¨ª... el silencio y el vac¨ªo son demasiado grandes, miro y no veo, escucho y no oigo, la lengua se mueve, pero no habla". Es una de las muchas frases escritas por la beata que resumen la profunda crisis de fe de los ¨²ltimos 50 a?os de su vida. Un libro que se publicar¨¢ en septiembre, El secreto de la madre Teresa, bucea en 40 cartas en las que cuenta estos sentimientos espirituales.
Son confidencias en forma de ep¨ªstolas a varios confesores a lo largo de m¨¢s de 60 a?os, que dan una imagen de la beata muy distinta de la p¨²blica. En ellas, Teresa de Calcuta describe su sentimiento como un "un enorme vac¨ªo y oscuridad", seg¨²n un amplio reportaje de la revista brit¨¢nica Times Magazine.
"?D¨®nde est¨¢ mi fe? Incluso en lo m¨¢s profundo, no hay nada, excepto vac¨ªo"
El primer texto, en el que llega a negar incluso la existencia de Dios, est¨¢ escrito en 1948, cuando empieza a trabajar con los m¨¢s pobres. "Se?or, mi Dios, ?qui¨¦n soy yo para que me abandones? [...] Yo llamo, me aferro, quiero, pero nadie responde, nadie a quien agarrarme, no, nadie. Sola, ?d¨®nde est¨¢ mi fe? Incluso en lo m¨¢s profundo, no hay nada, excepto vac¨ªo y oscuridad, mi Dios, qu¨¦ desgarrador es este insospechado dolor, no tengo fe [...] Tantas preguntas sin responder viven dentro de m¨ª con miedo a destaparlas por la blasfemia. Si hay Dios, por favor, perd¨®name [...] ?Me equivoqu¨¦ rindi¨¦ndome ciegamente a la llamada del Sagrado Coraz¨®n?". Este texto y otro escrito en 1959 son los que m¨¢s claramente muestran sus dudas sobre la existencia de Dios: "Si no hay Dios, no hay alma, si no hay alma, entonces, Jes¨²s, t¨² tampoco eres verdadero".
Pero en muchas otras ep¨ªstolas se refiere tambi¨¦n a sus sentimientos de "vac¨ªo, aridez". "Hay una terrible oscuridad dentro de m¨ª, como si todo estuviera muerto. Esto es as¨ª m¨¢s o menos desde que comenc¨¦ a trabajar".
Teresa de Calcuta, que fue beatificada en 2003 y cuya canonizaci¨®n est¨¢ en tr¨¢mite, era consciente de la ambig¨¹edad en la que viv¨ªa. "La sonrisa es una m¨¢scara, una tapadera que cubre todo. Hablo como si mi coraz¨®n estuviera enamorado de Dios; si estuvieses ah¨ª, dir¨ªas: 'qu¨¦ hipocres¨ªa", confiesa a un consejero.
Lleg¨® un momento en su vida, despu¨¦s de cambios sucesivos de confesor, en el que asimil¨® esta sensaci¨®n. El reverendo Neuner le da la clave para aceptarlo a principios de los sesenta. Le dice que no hay un remedio humano, por lo que no se tiene que sentir responsable de su sentimiento; que sentir a Jes¨²s no es la ¨²nica prueba de que est¨¢ ah¨ª; y que su ansia de Dios es un signo de su presencia en su vida. La beata puede soportar "por primera vez en a?os esa oscuridad".
Antes de morir, Teresa de Calcuta pidi¨® que se destruyera toda su correspondencia. "Si las cartas se hiciesen p¨²blicas, la gente pensar¨ªa m¨¢s en m¨ª que en Jes¨²s". Pero no fue as¨ª. Por el contrario, han servido para dar forma a este libro que no est¨¢ confeccionado precisamente por sus detractores. El editor es Brian Kolodiejchuk, principal postulador de la santidad de Teresa de Calcuta, quien ha aportado todo este material al proceso de canonizaci¨®n.
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