"Queremos gas, pero no a costa del territorio"

Tarragona

Una superficie industrial equivalente a 18 campos de f¨²tbol, con chimeneas de 60 metros ardiendo las 24 horas, a dos kil¨®metros de la playa y a menos de 1,5 del n¨²cleo urbano de Alcanar (Montsi¨¤). Esto es contra lo que se ha alzado la sociedad civil y la clase pol¨ªtica del ¨²ltimo municipio de Catalu?a lindando con Castell¨®n. En menor medida, el mismo movimiento ha echado ya a andar en Vinar¨°s, ya en tierras valencianas. A ambos lados, est¨¢n convencidos de que esta planta pensada para transformar el gas que se almacenar¨ªa en un dep¨®sito submarino 20 kil¨®metros mar adentro supondr¨¢ un dur¨ªsimo golpe al cada vez m¨¢s importante turismo familiar, a la vez que terminar¨¢ con una de las escas¨ªsimas zonas v¨ªrgenes del litoral mediterr¨¢neo.

La nueva planta tendr¨¢ capacidad para almacenar 1.300 millones de metros c¨²bicos de gas

Todos los partidos de Alcanar han votado juntos contra el proyecto de Industria

Haakon Brenner es austriaco de nacimiento, pero de Alcanar de coraz¨®n. Lleva 11 a?os viviendo en esta peque?a ciudad pegada al sur del delta del Ebro y de 10.000 habitantes, gan¨¢ndose la vida alquilando a los turistas Villa Carmen, una antigua residencia se?orial que ha restaurado. "Todos queremos que el gas llegue a los hornillos de nuestras cocinas, pero no a costa de destrozar por completo un territorio", dice. Y, como ¨¦l, as¨ª piensa una mayor¨ªa social aplastante en el municipio, lo que queda reflejado en dos recientes sesiones plenarias del Consistorio en las que ICV, PP, CiU, PSC y ERC han votado juntos su rechazo a la instalaci¨®n. Desde la terraza de Villa Carmen, las parejas de mediana edad y con hijos, mayoritariamente catalanes, aragoneses y valencianos, que llenan actualmente el establecimiento de Brenner tendr¨ªan unas vistas fabulosas a las chimeneas de la planta transformadora. "Es un problema de seguridad enorme, y de salud. El turismo se ir¨ªa asustado", se?ala.

Todo un vasto territorio llano como un papel entre el Maestrazgo valenciano y el Montsi¨¤ catal¨¢n, y en el que cualquier construcci¨®n alta tendr¨ªa esas mismas vistas, al margen de una mayor acumulaci¨®n de gases de efecto invernadero y part¨ªculas de desecho en su atm¨®sfera.

La empresa Escal UGS, por encargo de un Ministerio de Industria que considera urgente la construcci¨®n de esta instalaci¨®n, solicit¨® el 6 de agosto al Ayuntamiento de Vinar¨°s un informe de compatibilidad urban¨ªstica de la planta. Se trata de un terreno calificado como r¨²stico al lado del r¨ªo S¨¦nia, un torrente seco que delimita el territorio entre Castell¨®n y Tarragona. Esta zona ha quedado al margen de la presi¨®n urban¨ªstica y en el lado catal¨¢n est¨¢ protegida no s¨®lo para las actividades industriales, sino tambi¨¦n para el uso residencial.

Apenas a una decena de metros, en el lado valenciano, el ministerio que dirige Joan Clos ha dise?ado una planta transformadora que convertir¨¢ en apto para su uso un gas que se almacenar¨ªa 20 kil¨®metros mar adentro, en el antiguo pozo petrol¨ªfero Chaparral, hoy en desuso. Seg¨²n el plan energ¨¦tico aprobado en Consejo de Ministros el 31 de marzo, la instalaci¨®n global tendr¨¢ capacidad para almacenar 1.300 millones de metros c¨²bicos de gas, de los que podr¨ªan extraerse 25 millones al d¨ªa, en la mayor instalaci¨®n de las otras tres de este tipo que hay en Espa?a, seg¨²n prev¨¦ el documento. Todas deber¨ªan estar operativas en 2009, y el plan energ¨¦tico mencionado subraya la proximidad en Vinar¨°s del gran centro de consumo de gas que supone la industria del azulejo castellonense. De hecho, el consumo de gas de Castell¨®n cuadriplica al de la provincia de Valencia, seg¨²n datos del Ayuntamiento castellonense. Industria considera estrat¨¦gicas y prioritarias unas instalaciones que permitir¨ªan aumentar la autonom¨ªa energ¨¦tica de Espa?a almacenando un gas que hoy llega de pa¨ªses potencialmente inestables pol¨ªticamente.

Las contrapartidas son varias: la flota pesquera del norte del Castell¨®n y sur de Tarragona ver¨ªa reducido su ¨¢mbito de acci¨®n, ya que no podr¨ªa faenar ni en las inmediaciones del dep¨®sito ni en las de la tuber¨ªa que transportar¨ªa el gas hacia la planta de Vinar¨°s. Y el turismo, como a?ade el farmac¨¦utico vinarocense Javier Roca, huir¨ªa. Roca ejemplifica la relaci¨®n fluida que existe entre los municipios del sur de Tarragona y norte de Castell¨®n. Su hija tiene una farmacia en Les Cases d'Alcanar, un barrio del municipio catal¨¢n, y ¨¦l est¨¢ convencido de que la instalaci¨®n de la planta de gas va a significar la "muerte" del territorio. "Vendemos tranquilidad y calidad de vida", subraya, y lamenta que el Ayuntamiento de Vinar¨°s no haya hecho el esfuerzo suficiente de informar con detalle a la poblaci¨®n del proyecto. De hecho, la zona en la que se prev¨¦ construir la planta ha sido objeto de numerosas operaciones de compra-venta por parte del sector inmobiliario, que ve en este espacio natural un lugar de crecimiento para la oferta de turismo residencial. Escal UGS posee s¨®lo el 7,8 de las 177 hect¨¢reas que necesita.

Javier Roca, como Brenner y unas 700 personas m¨¢s de la zona, forman parte de la Plataforma en Defensa de las Tierras del S¨¦nia, un reci¨¦n nacido movimiento vecinal que se ha puesto como objetivo informar tanto a Vinar¨°s como a los pueblos afectados de ambos lados sobre el impacto del proyecto. "Es mucho m¨¢s grave esto que discutir sobre el futuro del puerto", dice Roca, refiri¨¦ndose a un controvertido proyecto de ampliaci¨®n y reforma del puerto local que concentra la atenci¨®n de los vecinos.