"?De d¨®nde ven¨ªs con las tiendas y los ni?os hambrientos?"
Los braceros que se asentaron en La Herrera se reubican en campamentos diseminados por Castilla-La Mancha
Los gitanos leen la tierra con ojo de n¨®mada. En los pinos ven le?a y sombra y en los r¨ªos, la cuna de un imperio de igl¨²s de campa?a. Si vienen a echarles, pliegan sus tiendas y se retiran, pero palmo a palmo, siguiendo el curso del agua. El mi¨¦rcoles por la noche, la Guardia Civil invit¨® a marcharse a los ¨²ltimos que quedaban en el asentamiento de La Herrera (Albacete), donde llegaron a reunirse 2.000, venidos a Espa?a desde Ruman¨ªa para la temporada agr¨ªcola. Como era de esperar, no han ido lejos; el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, M¨¢ximo D¨ªaz Cano, ha anunciado que los fugitivos de La Herrera no han hecho m¨¢s que engordar la veintena de asentamientos dispersos por la comunidad.
Algunos intermediarios explotan a los rumanos sin permiso de trabajo pero residentes legales
Ari, de 18 a?os, lleva tres viniendo a Espa?a como bracero, s¨®lo uno con papeles. Acaba de terminar su trabajo en la cebolla, pagado a siete euros el pal¨¦, y espera acampado en el pinar de La Marmota (La Gineta, Albacete), a orillas del J¨²car, a que empiece la vendimia en septiembre. Estuvo en La Herrera con la treintena de familiares que ahora le acompa?a en su nuevo campamento, a 30 kil¨®metros del anterior. Sabe que, como ciudadano de la UE, la Guardia Civil no puede expulsarle de un espacio p¨²blico, pero reconoce que no lo vio tan claro cuando la noche del mi¨¦rcoles decenas de agentes entraron en el pinar de La Herrera "vestidos de negro y con cascos". La Delegaci¨®n de Gobierno argument¨® que incrementaba los efectivos en la zona s¨®lo para garantizar la seguridad, aplacando de paso la insistencia del alcalde, Pablo Escobar (PP), al que colectivos de apoyo a inmigrantes han acusado de "criptorracismo". Hac¨ªa semanas que los rumanos observaban en silencio a los guardias civiles rondar el campamento y poner multas por encender fuegos, pero el mi¨¦rcoles los cascos y la l¨®gica n¨®mada les aconsejaron aceptar la invitaci¨®n a marcharse.
El presidente de la Federaci¨®n de Emigrantes Rumanos (Fedrom), Miguel Fonda Stefanescu elude pronunciar la palabra gitanos, pero aclara con persistencia que los temporeros de Albacete "pertenecen a una etnia con un problema de exclusi¨®n en su propio pa¨ªs". Fonda ve claro que los gitanos no tienen nada que ver con el grueso de rumanos en Espa?a, 400.000 personas con papeles, m¨¢s otras 200.000 sin empadronar.
En la Ruman¨ªa sovi¨¦tica los gitanos ni siquiera estaban censados. Fonda aclara que, incluso ahora que el pa¨ªs precisa de mano de obra para echarse a andar en la UE, la etnia innombrable (un 2% de la poblaci¨®n) "queda absolutamente fuera del proyecto de modernidad nacional". El presidente rumano, Traian Basescu, que en pasado mayo se refiri¨® en una conversaci¨®n privada a una periodista como "una gitana hedionda", invita a sus compatriotas del extranjero a volver a casa, pero ha preferido recurrir a trabajadores chinos y vietnamitas antes de extender su invitaci¨®n a los roman¨ª.
La Fedrom reivindica que Ruman¨ªa y sus socios de la UE tienen que compartir responsabilidades y proteger los derechos de esos emigrantes de segunda a los que Fonda no sabe poner nombre. Francisco de la Rosa, secretario provincial de Comisiones Obreras en Albacete, propone uno, inspirado en la l¨®gica de usar y tirar que dirige la pol¨ªtica de contrataci¨®n de los empresarios agr¨ªcolas: "los emigrantes tetrabrik".
CC OO considera que el motor del conflicto son las condiciones de trabajo que ofrecen los patrones. Los grandes beneficiarios de la situaci¨®n son la mara?a de intermediarios que contratan irregulares a precio de saldo. La polic¨ªa detuvo el jueves a un empresario agr¨ªcola por contratar a 17 sin papeles y falsificar sus tarjetas de identificaci¨®n. Inspecci¨®n de Trabajo ha levantado en pocos d¨ªas 110 actas de infracci¨®n contra empresas castellanas que explotaban a trabajadores sin contrato. La mayor¨ªa de ellos son rumanos que carecen de la autorizaci¨®n para trabajar en Espa?a. Una pol¨¦mica moratoria regula hasta 2009 el acceso de rumanos y b¨²lgaros al mercado laboral. Cuando entr¨® en vigor, con la integraci¨®n de los dos pa¨ªses en la UE el 1 de enero de 2007, el ministro de Trabajo, Jes¨²s Caldera, ya anunci¨® que se revisar¨ªa en 2008.
Otra clave en el problema de los asentamientos es que incluso los patrones que contratan legalmente ofrecen empleo pero no alojamiento. Los diez miembros de la familia Duduianu lo saben bien. A pesar de estar acampados en La Marmota tienen un piso en Montoro (C¨®rdoba), adonde vuelven cada a?o para la aceituna. Un guardia civil que inspecciona el campamento les pregunta asomado a la furgoneta en la que duermen: "?Y aqu¨ª no os pone alojamiento vuestro jefe?". El patriarca se encoje de hombros mientras su mujer se informa con otro agente de la direcci¨®n de C¨¢ritas en Albacete para conseguir ropa y comida para los ni?os.
La Guardia Civil contin¨²a supervisando los nuevos asentamientos. Sobre todo intenta minimizar el peligro de incendio, y controla el n¨²mero y la identidad de los campistas. "Pero est¨¢ claro que lo de invitarles a no acampar es un parche", dice De la Rosa. Fonda critica al buenismo de las instituciones. "El Gobierno representa una actitud de asombro infantil, pero no se atreve a intervenir", critica.
A pesar de que el gran enemigo son las mafias de explotadores, los sindicatos y muchas asociaciones exigen una mayor implicaci¨®n estatal, "porque no se pueden dejar los flujos migratorios en manos del mercado negro", explica De la Rosa. El subdelegado del Gobierno ha asegurado que, tras la vendimia, el Ministerio de Trabajo crear¨¢ una mesa con administraciones, empresarios y sindicatos destinada a abolir la contrataci¨®n en condiciones indignas.
A la espera de las medidas oficiales, en el pol¨ªgono agr¨ªcola de Balazote una treintena de familias que hasta el final de la cebolla dorm¨ªa en naves, acampa en un erial azotado por el viento. Amenaza tormenta y el aire arranca m¨²sica de las bolsas de pl¨¢stico rodantes. El o¨ªdo de los n¨®madas puede reconocer en esa melod¨ªa los acordes del Gelem Gelem, himno oficioso de la naci¨®n gitana: "Anduve, anduve por largos caminos./ Encontr¨¦ afortunados roman¨ª./Ay ?de d¨®nde ven¨ªs/ con las tiendas y los ni?os hambrientos?".
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