Aguas que curan
Recorrido por los manantiales medicinales de la regi¨®n
Las aguas con propiedades medicinales proliferan en la regi¨®n, donde hay 45 manantiales declarados de utilidad p¨²blica y perfectamente documentados. Pero siete de ¨¦stos se encuentran en fase de inactividad: en El Molar, dos en Loeches, Legan¨¦s, Torres de la Alameda, Velilla de San Antonio y San Sebasti¨¢n de los Reyes.
Hay otras 37 m¨¢s, aunque carecen de la documentaci¨®n completa sobre sus cualidades mineromedicinales. Cuatro de ellas pertenecen al propio t¨¦rmino municipal de Madrid.
Aunque la regi¨®n de Madrid cont¨® con hist¨®ricos balnearios, en Torres de la Alameda, El Molar, Caraba?a y Velilla de San Antonio, hoy no existe ninguno en funcionamiento y todos quedaron fuera de uso al terminar la Guerra Civil, en torno a 1940, por razones poco conocidas.
Las aguas madrile?as m¨¢s conocidas son las de Caraba?a, que se venden en farmacias
El t¨¦rmino municipal de la capital alberg¨® manantiales de agua mineral hoy pr¨¢cticamente desconocidos por el gran p¨²blico, si bien durante siglos fueron frecuentados por madrile?os y forasteros, que les atribu¨ªan facultades curativas. Cerca del estanque grande la Casa de Campo existe un surtidor natural de aguas ferruginosas y carbonatadas que se beb¨ªa para combatir males abdominales y afecciones linf¨¢ticas. Era conocido como Fuente de San Francisco.
Otra de las sugerencias madrile?as de agua mineral, llamada Fuente Villajuana, se hallaba en Vic¨¢lvaro y sus aguas se inger¨ªan para paliar los efectos de la cirrosis, la cistitis, las piedras renales y la doloros¨ªsima gota, el mal que aquejaba al monarca Felipe II y que intentaba curarse, asimismo, con agua mineral procedente del municipio madrile?o de Corpa. Su hijo Felipe III enviaba partidas de este agua a su hermano el cardenal-infante Fernando, quien se instalara en el palacio de la Zarzuela.
El tercero de los hist¨®ricos manantiales madrile?os era el conocido como Fuente de San Judas Tadeo, en Villaverde, de la que afloraba un agua mineralizada por el cloruro s¨®dico que, incluso, lleg¨® a ser embotellada y vendida. En el barrio de Tetu¨¢n de las Victorias, la fuente de San Antonio, bicarbonatada c¨¢lcica, hoy desaparecida, era igualmente muy frecuentada. Otros manantiales se hallaban en Canillejas, tambi¨¦n en Carabanchel, donde lleg¨® a existir un balneario llamado Las C¨¢maras y en el mism¨ªsimo contorno del Puente de Segovia, otro m¨¢s empleado luego como abrevadero para reses.
En el territorio de la Comunidad de Madrid, los principales enclaves donde la historia sit¨²a manantiales mineromedicinales son Loeches, El Molar, Rivas-Vaciamadrid, Torres de la Alameda y Valdemorillo, municipio ¨¦ste que cuenta con una fuente de aguas bicarbonatadas y fluoradas, llamada Los Barrancos, consideradas como las m¨¢s radiactivas de toda Europa. Se encuentra situada a cuatro kil¨®metros al oeste de su casco urbano.
Loeches ha contado hist¨®ricamente con importantes manantiales, los m¨¢s conocidos La Margarita y La Maravilla, junto a los cuales se edific¨® un balneario donde se beb¨ªan sus aguas, que surg¨ªan a 12,5?, consideradas curativas de dolencias como la ti?a, el herpes y distintas cefaleas.
El balneario, hasta 1930, mantuvo abiertos seis pozos, uno de los cuales llevaba por nombre El Inagotable, de 17,6 metros de profundidad, con una capacidad o caudal de 163 metros c¨²bicos anuales. En 1942 fue adquirido por la familia Ch¨¢varri, propietaria de algunas de las principales fuentes mineromedicinales de Madrid.
En El Molar existi¨® un potente manantial, conocido como Fuente del Toro, del cual hay referencias ya de 1697, en el tratado de Lim¨®n Montero titulado Espejo cristalino de las aguas de Espa?a, el primer estudio sobre las aguas minerales del pa¨ªs. La leyenda dice que la capacidad curativa de sus aguas era tanta que un gran toro bravo, que padec¨ªa un tumor abdominal, frecuentaba el manantial para aliviar sus dolores, cosa que las aguas -cuya composici¨®n era clorurada y s¨®dica, suavemente sulfuradas, que brotaban a unos 18? cent¨ªgrados de temperatura- le procuraban.
En 1850 fue construido un balneario donde sus hu¨¦spedes se ingresaban para combatir afecciones como el herpes. El recinto permaneci¨® en uso hasta 1940 en que fue clausurado. Se reg¨ªa desde el hotel Lisboa, en Madrid.
En La Cabrera se halla la ¨²nica fuente mineromedicinal que se envasa y se comercializa de toda la regi¨®n, con el nombre de Fonsana. Su capacidad anual es de cinco millones de litros.
Las aguas madrile?as m¨¢s conocidas son las de Caraba?a, que todav¨ªa se comercializan en farmacia y se explotan desde 1883. Proceden de la Charca de la Salina y el manantial es conocido como La Favorita. Uno de los analistas que las examinaron fue, en 1907, Santiago Ram¨®n y Cajal. Su caudal estimado es de 9.500 dec¨ªmetros c¨²bicos por d¨ªa.
Ya en 1892 fue proyectado un balneario, pero no lleg¨® a funcionar. Cont¨® con ocho pozos unidos por galer¨ªas con profundidades de entre 16 y 32 metros, aunque hoy ¨²nicamente permanece activo uno de ellos. Son aguas sulfatadas s¨®dicas, algo cloruradas, de sabor ligeramente amargo y olor a huevo podrido, presumiblemente por la presencia sulfurosa en su composici¨®n. Surgen a 18? cent¨ªgrados y se inger¨ªan como purgantes, laxantes y antial¨¦rgicos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.