"Ahora s¨¦ c¨®mo hacerlo"
De las paredes del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat (Barcelona) cuelgan decenas de fotograf¨ªas. Estrellas del deporte que, en alg¨²n momento, por alg¨²n motivo, pasaron por ¨¦l. Ah¨ª est¨¢n las de Reyes Est¨¦vez, moreno, rubio y sin pelo; y Gemma Mengual, radiante con el equipo de nataci¨®n sincronizada; y Pau Gasol con Juan Carlos Navarro, hace algunos a?os, y Mar¨ªa Mutola, cuando a¨²n era la reina mundial de los 800 metros. Tambi¨¦n est¨¢ la de Mario Pestano, que, sin reparar en ella, emerg¨ªa d¨ªas atr¨¢s, en v¨ªsperas del viaje a Jap¨®n, donde va a disputar la final del lanzamiento de disco, por el pasillo, imponente. Camiseta apretada, brazo descomunal, el disc¨®bolo canario (Santa Cruz de Tenerife, 1978) se acercaba a la barra del bar, ped¨ªa un caf¨¦ con leche, tomaba asiento y proclamaba: "Ahora s¨¦ c¨®mo hacerlo".
"Hemos intentado convertir su agresividad en sutileza", dice Lizaso, su entrenador
Mario Pestano busca alcanzar con su disco una medalla en Osaka tras haber aprendido a "no quemarse" durante la competici¨®n
"Entro en el c¨ªrculo con ganas de lanzar mucho porque s¨¦ que estoy bien", afirma el atleta
Hace semanas, en el estadio Ol¨ªmpico de Atenas y en un ¨²ltimo lanzamiento espectacular, Pestano supo c¨®mo proyectar el disco hasta los 68,26 metros. Le super¨® el invencible Alekna (70,43m.), pero el canario bati¨® por 26 cent¨ªmetros su propia plusmarca nacional. "Si buscamos en la historia del atletismo, quiz¨¢ s¨®lo encontremos a unos 20 atletas que han logrado un lanzamiento as¨ª, en esas condiciones: m¨¢ximo rigor competitivo, sin viento, dos tiros de calentamiento y a competir", observaba Luis Lizaso, ex lanzador, el hombre que, desde hace algo m¨¢s de un a?o y medio, gu¨ªa los pasos de Pestano en el CAR.
Desde entonces -los resultados as¨ª lo indican: cuarto en los pasados Europeos de Gotemburgo-, Pestano ha renacido como lanzador. "En realidad", dec¨ªa Lizaso con modestia, "yo no he variado mucho su forma de entrenarse. Recib¨ª a un atleta formado y he procurado aprovechar ese trabajo. Con gente as¨ª, lo mejor que se puede hacer es no estropearla". "Nuestra forma de trabajar apenas ha cambiado", confirmaba Pestano, que durante a?os se entren¨® en Le¨®n a las ¨®rdenes de Carlos Bur¨®n y junto a Manolo Mart¨ªnez, el lanzador de peso. "Lo que han cambiado son muchas cosas dentro de m¨ª", revelaba. Y con la mirada gacha, casi con pudor, las enumeraba con su deje guanche: "Ha cambiado el entorno, el ambiente: estar en un CAR no s¨®lo supone tener siempre m¨¦dicos y fisioterapeutas a tu disposici¨®n; aqu¨ª hay mucha juventud que te transmite alegr¨ªa y me encuentro a gusto". "Los lanzadores, el grupo de atletismo, las chicas de la sincro, Iv¨¢n Rodr¨ªguez, con el que comparto tantas cosas", prosegu¨ªa; "somos como una peque?a familia. Siento que la gente me quiere mucho y eso me hace muy feliz". Y, mirando de reojo a Lizaso, a?ad¨ªa: "Y el entrenador, que tambi¨¦n es mi amigo, mi psic¨®logo, mi consejero y cada vez me conoce mejor".
El entrenador-amigo-psic¨®logo-consejero ha preparado este curso a conciencia: busca que Pestano alcance un ¨²nico pico de forma, el de Osaka. As¨ª que, de entrada, le concedi¨® m¨¢s descanso, visitas habituales a su novia en Sevilla -"necesita estabilidad emocional"- y escapadas a Canarias -"yo soy muy guanche y de Canarias lo echo todo en falta", confesaba Pestano-. Tras la operaci¨®n del codo -"a Osaka, como amuleto, me llevar¨¦ el espol¨®n y el rat¨®n articular que el doctor Marc Garc¨ªa me sac¨® del codo", bromeaba Pestano-, lleg¨® la preparaci¨®n. "Procuramos adaptar el trabajo a sus problemas f¨ªsicos en la espalda y en el codo", explicaba Lizaso. "Y, despu¨¦s, pulir peque?os detalles, porque, f¨ªsicamente, Mario es un animal; los dioses se cebaron con su gen¨¦tica", aseveraba. Como prueba, los 220 kilos que Pestano ya ha levantado este a?o en el press de banca.
Los dioses, sin embargo, no dotaron al canario de un lanzamiento perfecto: como tend¨ªa a proyectar el disco demasiado elevado, Lizaso ha intentado que logre "un mayor efecto horizontal y que busque m¨¢s profundidad". Y que module su esfuerzo. "Aunque parezca mentira", apuntaba el t¨¦cnico, "nunca hacemos sesiones de m¨¢s de 25 tiros. Emplea siempre tanta intensidad que tengo que recortar los entrenamientos". Y que afiance el concepto de ritmo del lanzamiento. "Es tan agresivo que genera tensi¨®n muscular muy f¨¢cilmente", continuaba Lizaso; "intentamos convertir todo eso en sutileza para que el disco coja m¨¢s radio, m¨¢s amplitud". "En definitiva, lo que persigo es que asuma las sensaciones de sentirse f¨¢cil, c¨®modo", resum¨ªa el t¨¦cnico.
A juzgar por las palabras de Pestano y sus resultados, est¨¢n en el buen camino. "Antes, la competici¨®n me quemaba, me generaba demasiado estr¨¦s", confesaba el disc¨®bolo canario. "Ahora, entro en el c¨ªrculo con ganas de lanzar mucho porque s¨¦ que estoy bien. Los entrenamientos salen bien, los discos vuelan. Estoy m¨¢s seguro, m¨¢s confiado. Disfruto m¨¢s de la competici¨®n", aseguraba Pestano sin modificar el gesto. "La calidad de la competici¨®n ha cambiado porque s¨¦ lo que hago. La aprovecho mucho m¨¢s. Pienso m¨¢s mientras compito y soy m¨¢s optimista". Y, por si quedaba alguna duda, lo apuntaba: "A Osaka llegar¨¦ en mi mejor momento a todos los niveles". "Mi objetivo es conseguir una medallita en unos Europeos, en unos Mundiales y, si es en unos Juegos Ol¨ªmpicos, mejor. Luchar¨¦ hasta que la logre. Si no, no pasar¨¢ nada porque lo habr¨¦ intentado", conclu¨ªa.
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