Cadena perpetua por un crimen racista del Ku Klux Klan en 1964
James Seale apale¨® a dos j¨®venes negros en un bosque y los arroj¨® moribundos al r¨ªo Misisipi
"S¨®lo un monstruo puede haber hecho esto". As¨ª de rotundo fue el juez Henry Wingate cuando ley¨® la sentencia contra James Seale, uno de los ¨²ltimos miembros vivos del Ku Klux Klan (KKK), que ha sido condenado a tres cadenas perpetuas por el secuestro y conspiraci¨®n en el asesinato en mayo de 1964 de dos j¨®venes de raza negra en Meadville, junto al r¨ªo Misisipi. Docenas de negros fueron asesinados entre los a?os 1950 y 1960, v¨ªctimas de la segregaci¨®n racial en Estados Unidos.
Hay otros cien casos similares esperando en los archivos para ser investigados
Seale tiene hoy 72 a?os de edad y padece c¨¢ncer en los huesos. La enfermedad y su edad no evitar¨¢n que pase el resto de sus d¨ªas recluido en un centro m¨¦dico penitenciario por el crimen que cometi¨® hace algo m¨¢s de cuatro d¨¦cadas, y que el juez Wingate calific¨® de "horrendo". Las v¨ªctimas fueron Charles Moore y Henry Dee. Este supremacista de la raza blanca ten¨ªa 29 a?os cuando cometi¨® el crimen. Era uno de los cientos de miles de blancos que intentaban aterrorizar a los negros que luchaban por sus derechos civiles y electorales en las d¨¦cadas de 1950 y 1960. Los dos j¨®venes a los que mat¨® James Seale eran 10 a?os menores que ¨¦l.
Seale fue arrestado a finales de enero pasado. Junto a otro miembro del Klan, llev¨® a los dos negros a un bosque cercano donde fueron apaleados antes de lanzar sus cuerpos moribundos al r¨ªo Misisipi. Los cad¨¢veres fueron encontrados un par de meses despu¨¦s por casualidad, putrefactos, cuando un grupo de activistas contra la violencia racial en EE UU buscaba a tres de sus compa?eros desaparecidos en esa misma zona (Michael Schwerner, Andrew Goodman y James Chaney).
El jurado popular que escuch¨® y analiz¨® las evidencias ya le declar¨® culpable de los delitos de secuestro y conspiraci¨®n a final de junio pasado. Charles Edwards, otro de los acusados, opt¨® por confesar sus cr¨ªmenes y evit¨® el castigo tras declarar contra James Seale. Los dos fueron arrestados por el FBI en noviembre de 1964, que opt¨® por dejar el caso en manos de las autoridades locales. Un juez les puso entonces en libertad por falta de evidencias. La polic¨ªa encubr¨ªa al KKK, seg¨²n la fiscal¨ªa. Los tiempos han cambiado mucho en EE UU. Seale hizo creer durante a?os que estaba muerto para evitar que le cayera el peso de la justicia. Su expediente se abri¨® en 2005, cuando se supo que estaba vivo. Y es que cuatro d¨¦cadas despu¨¦s de aquel asesinato a sangre fr¨ªa, como se?ala el juez, la comunidad en Misisipi sigue sintiendo una profunda pena y un cierto sentimiento de culpa por el horror de aquellos cr¨ªmenes raciales. Por eso no quiso dejarlo en libertad bajo fianza.
James Seale, vestido ahora con un mono naranja y esposado, no hizo comentario alguno tras escuchar la reprimenda. Ya no mostraba la misma chuler¨ªa que cuando fue detenido hace 42 a?os. Su abogado dice que tiene la intenci¨®n de recurrir la sentencia. Los que no se quedaron callados fueron los familiares de las v¨ªctimas del Ku Klux Klan. "Me quitaste a mi mejor amigo", le reproch¨® a Seale el hermano de Moore, que desde 1998 estaba haciendo todo lo que estaba en su mano para que se hiciera justicia por su hermano.
?l fue el art¨ªfice de que se abriera este expediente. El arresto de los asesinos de su hermano, como dice, le hizo llorar por primera vez en 50 a?os. "Espero que sus esp¨ªritus vayan a tu celda cada noche y te ense?en qu¨¦ significa amar al pr¨®jimo", a?ade. La hermana de Dee, Thelma, asegura no guardarle rencor, aunque se declara feliz porque se haya hecho finalmente justicia. Seale no fue acusado de asesinato, a pesar de que Edwards dijera durante el proceso que su amigo le confes¨® haberlos matado.
Hay otro centenar de casos similares esperando en los archivos para ser investigados y, quiz¨¢s, llevados ante los tribunales. Otros casos se han resuelto. Edgar Killen, por ejemplo, fue condenado a 60 a?os de c¨¢rcel en agosto de 2005 por el asesinato, tambi¨¦n en 1964 y en esa zona, de los tres miembros de una asociaci¨®n de derechos civiles. El crimen, uno de los m¨¢s notorios de la era de la supremac¨ªa blanca en EE UU, fue llevado al cine en 1998 en la pel¨ªcula Arde Misisipi. El juez le puso al final en libertad tras pagar una fianza de 600.000 d¨®lares (unos 440.000 euros).
El Ku Klux Klan es el paraguas de diversas organizaciones que abogaban por la supremac¨ªa blanca en EE UU. Algunas utilizaban el asesinato y otras formas de violencia para intimidar a negros, homosexuales e inmigrantes. Se estima que a final de la d¨¦cada de 1920 llegaron a sumar seis millones de miembros con importantes conexiones pol¨ªticas. Hoy el KKK est¨¢ casi extinguido (5.000 miembros). En mayo de 2006, un grupo de individuos volvi¨® a resucitar los fantasmas de la segregaci¨®n durante una marcha contra inmigrantes hispanos en Alabama.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.