La muerte s¨²bita
Durante muchos a?os, la muerte s¨²bita de los atletas se ha considerado un misterio. Costaba creer que un coraz¨®n, entrenado y aparentemente sano, se pudiera parar de repente despu¨¦s de haber resistido esfuerzos tan intensos. Su causa se atribu¨ªa a un infarto de miocardio aunque raramente se observaran hallazgos compatibles en los estudios necr¨®psicos.
Hoy conocemos que esta forma de muerte, denominada muerte s¨²bita, se debe habitualmente a una arritmia card¨ªaca: la fibrilaci¨®n ventricular. Esta arritmia se caracteriza por una actividad el¨¦ctrica del coraz¨®n tan r¨¢pida y ca¨®tica que anula por completo la actividad mec¨¢nica del ¨®rgano, detiene la expulsi¨®n de sangre y reduce a cero la presi¨®n sangu¨ªnea arterial. La consecuencia es una falta de ox¨ªgeno en el cerebro. Al cabo de unos segundos, se pierde el conocimiento y, si la arritmia persiste unos minutos, el desarrollo de lesiones cerebrales irreversibles es inevitable.
Pero la fibrilaci¨®n ventricular no ocurre en corazones normales. En personas mayores de 35 a?os, la causa m¨¢s frecuente de muerte s¨²bita es la arteriosclerosis coronaria. En las personas j¨®venes y los atletas, las causas son m¨¢s variadas destacando dos alteraciones del m¨²sculo ventricular: la miocardiopat¨ªa hipertr¨®fica y la displasia arritmog¨¦nica de ventr¨ªculo derecho. Ambas tienen un componente gen¨¦tico y, mientras que en la primera lo que se observa es un crecimiento excesivo del miocardio ventricular izquierdo (hipertrofia), en la displasia existe una infiltraci¨®n grasa y fibrosa que predomina en las paredes del ventr¨ªculo derecho. En ambas cardiopat¨ªas, la muerte s¨²bita puede ser la primera manifestaci¨®n de la enfermedad y a menudo se desencadena coincidiendo con una descarga adren¨¦rgica o con ejercicio f¨ªsico intenso.
Cuando la fibrilaci¨®n ventricular se desencadena es excepcional que se autolimite. A no ser que se aplique una descarga el¨¦ctrica de corriente continua por medio de un desfibrilador (la corriente alterna podr¨ªa provocar la arritmia, pero no suprimirla), el coraz¨®n permanecer¨¢ parado y ning¨²n medicamento ser¨¢ capaz de ponerlo en marcha. En estas circunstancias, ¨²nicamente un masaje cardiaco eficaz puede prolongar unos minutos el tiempo l¨ªmite para la cardioversi¨®n.
Es crucial, por tanto, identificar a los pacientes portadores de estas anomal¨ªas antes de que sufran un episodio de muerte s¨²bita del cual podr¨¢n o no ser resucitados. Sin embargo, ¨¦sta es una tarea complicada cuando no imposible. Una historia familiar de muerte s¨²bita o bien el antecedente de p¨¦rdidas de conocimiento relacionadas con esfuerzos f¨ªsicos o situaciones de descarga adren¨¦rgica suponen un signo de alarma. En ambas enfermedades la exploraci¨®n f¨ªsica, incluyendo la auscultaci¨®n card¨ªaca, suele ser normal. El electrocardiograma, en cambio, con frecuencia es anormal, pero tambi¨¦n lo es en m¨¢s del 15% de los deportistas como consecuencia de las alteraciones card¨ªacas al realizar entrenamiento f¨ªsico intenso y continuado. Otras pruebas como la ecocardiograf¨ªa y la resonancia magn¨¦tica, aunque no son 100% efectivas, s¨ª tienen m¨¢s posibilidades de llegar a un diagn¨®stico, pero no pueden realizarse de momento a grandes poblaciones como los deportistas. La l¨®gica aconseja realizar chequeos para identificar los casos m¨¢s evidentes, pero siempre habr¨¢ pacientes enfermos a los cuales no se podr¨¢ diagnosticar con estos ex¨¢menes. Por fortuna y a pesar del dramatismo que conlleva la muerte s¨²bita, no debemos olvidar que su incidencia es muy peque?a (entre 0,4 y 2,3 por 100.000 deportistas/a?o) y que, gracias a la difusi¨®n de los desfibriladores semiautom¨¢ticos, un porcentaje significativo podr¨¢ ser resucitado.
Juli¨¢n P. Villacast¨ªn es jefe de la Unidad de Arritmias del Instituto Cardiovascular del Hospital Universitario Cl¨ªnico San Carlos.
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