Incre¨ªble Mayte
Mart¨ªnez logra el bronce en los 800 metros con una impresionante remontada en la recta final
Cuentan los psic¨®logos que la confianza en uno mismo es la madre de todas las variables; la que explica los problemas de estr¨¦s, ansiedad, nervios, frustraci¨®n. Y a?ade Julieta Par¨ªs, la psic¨®loga del equipo espa?ol, que hay deportistas que la tienen tan elevada que es complicado trabajar con ellos porque todo lo saben y no escuchan a nadie. "Y est¨¢n los de autoconfianza baja", contin¨²a; "los que antes de competir hacen una quiniela y ven sus posibilidades limitadas. Y basta que uno piense que algo malo puede pasar para que pase. Yo les repito: 'El ¨²nico imposible es que lo improbable no suceda".
Hablaba, sin citarla, de atletas como Mayte Mart¨ªnez, que en la v¨ªspera de la final de los 800 metros aseguraba que el podio era un imposible y que ayer consigui¨® de manera espectacular, con unos ¨²ltimos 100 metros extraordinarios, el bronce. Lo improbable sucedi¨® porque la vallisoletana, gran competidora, luch¨® para que sucediera. Luch¨® porque se convenci¨®, la convencieron, de que vale mucho; de que, en palabras de Bodoque, el masajista de algunos atletas, "a unos Mundiales hay que ir por todas, con ambici¨®n y mala leche". "Ya", dijo Mayte, a¨²n emocionada, conmocionada, por su haza?a, la primera medalla mundial del medio fondo femenino espa?ol tras el bronce de Sandra Myers, estadounidense de origen, en los 400 de Tokio 91; "pero no pensaba que ganar¨ªa un metal. Ni me he tra¨ªdo el ch¨¢ndal de paseo y no tengo qu¨¦ ponerme para el podio".
Tampoco cre¨ªa en el podio Juan Carlos Granado, su entrenador, su marido, hombre met¨®dico y cient¨ªfico que, despu¨¦s de prever lo que pod¨ªa pasar -"saldr¨¢ la keniana a muerte, a correr en 1m 55s, un tiempo imposible para ti y las dem¨¢s; quien quiera seguirla morir¨¢", hab¨ªa dicho a su chica, "y t¨², que saldr¨¢s reservada, ir¨¢s de menos a m¨¢s, recogiendo cad¨¢veres, y acabar¨¢s quinta"; y Mayte le respondi¨®: "S¨ª, s¨ª, muy f¨¢cil, pero a ver qu¨¦ hago cuando me saquen 50 metros"-, se sent¨® y puso en marcha su cron¨®metro. Le gusta medir los tiempos cada 200 metros. Analizar fr¨ªamente. S¨®lo pudo medirlo hasta los 400: 56,16s para Janeth Jepkosgei, la keniana que hab¨ªa maravillado en las semifinales; 57,60 para Mayte.
"Soy fr¨ªo, pero no tanto", se justific¨® Granado, que la segunda vuelta la vio de pie, conteniendo la respiraci¨®n al principio, cuando Mayte, enganchada a la marroqu¨ª Hasna Benhassi, cog¨ªa el tren guiado por la locomotora keniana, penacho de pelo te?ido de rojo dirigiendo la matanza; c¨®mo al tir¨®n de Jepkosgei, la primera keniana que gana una carrera de medio fondo, respond¨ªan, ambiciosas, Mutola, la inoxidable pluricampeona mundial y ol¨ªmpica de Mozambique en sus octavos Mundiales, y Benhassi, y las dem¨¢s. "Bien, bien", dijo; "van a pagar los esfuerzos de las dos series previas, m¨¢s r¨¢pidas que nunca. Por querer ganar, van a quedarse por el camino". Desbordado por la emoci¨®n, despu¨¦s, en la ¨²ltima recta, que Mayte inici¨® la s¨¦ptima, s¨®lo por delante de la rusa Klyuka, grit¨®: "?Se las va a comer, se las va a comer!", "?que las coge, que las coge!". Las ten¨ªa a todas all¨ª delante, en fila de a una, agarrotadas, consumidas por el ¨¢cido l¨¢ctico, paralizadas. Y Mayte, fresca y fuerte: "Son los entrenamientos de este invierno, hechos pensando en el 1.500, con m¨¢s trabajo por arriba, m¨¢s fondo, lo que quiz¨¢s le ha hecho perder fuerza en el sprint, pero le ha dado m¨¢s resistencia, m¨¢s capacidad de recuperaci¨®n entre serie y serie. Ha sido la clave". A 70 metros de la meta, Granado estaba seguro de la medalla. Mutola, agotada, se neg¨® a ser derrotada y se tir¨® a la cuneta. Ya s¨®lo cinco por delante. Y, entonces, comenz¨® la recta m¨¢s feliz, surrealista, para Mayte, un eslalon fren¨¦tico con el que sorte¨® a la bielorrusa Usovich, la eslovena Langerholc y la rusa Kotlyarova, a la que birl¨® el bronce en los ¨²ltimos 10 metros. Jepkosgei, primera, y Benhassi, segunda, ya eran inaccesibles. "Era como una pel¨ªcula. Yo, a c¨¢mara r¨¢pida; ellas, a c¨¢mara lenta", dijo Mayte, de 31 a?os; "me dec¨ªa mientras adelantaba no s¨¦ por d¨®nde: 'Esto es muy raro, no puede estar pas¨¢ndome'. Y yo iba contando y sab¨ªa que era tercera, pero no me lo cre¨ªa. Y, al cruzar y ver que hab¨ªa hecho mi mejor marca, que hab¨ªa bajado de 1m 58s, tuve que preguntar y me confirmaron que s¨ª, que era bronce". Que nada es imposible. Y menos, lo improbable.
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