Hace falta una norma
Aunque la pr¨¢ctica deportiva forma parte de las recomendaciones saludables tanto para la prevenci¨®n como el tratamiento de numerosas enfermedades, frente a las cuales puede incluso reducir la mortalidad, el deporte de competici¨®n supone un incremento de 2,5 veces el riesgo de muerte s¨²bita entre los deportistas en relaci¨®n a otros j¨®venes. La causa de esta paradoja est¨¢ en que estas muertes, en un 90% de los casos, son debidas a la existencia de una enfermedad del coraz¨®n que no hab¨ªa sido diagnosticada. En estos casos, el deporte per se no es la causa de la muerte s¨²bita, pero act¨²a como factor desencadenante.
La causa mas frecuente de muerte s¨²bita del deportista joven son las enfermedades hereditarias. Aunque existen muchas diferentes, la muerte siempre ocurre por un mecanismo com¨²n, esto es, una arritmia ventricular maligna que es la que conduce al exitus. F¨²tbol y ciclismo son las dos modalidades deportivas en las que se producen m¨¢s muertes s¨²bitas.
La enfermedad responsable con mayor frecuencia en nuestro medio es la displasia arritmog¨¦nica del ventr¨ªculo derecho, mientras que en EE UU es la miocardiopat¨ªa hipertr¨®fica. La particularidad de estas dos enfermedades es que, si bien se nace ya con los genes que las transmiten, puede no desarrollarse hasta la adolescencia o la edad de adulto joven, y es por eso por lo que f¨¢cilmente muchos deportistas que las sufren no han sido diagnosticados. Otras enfermedades, como anomal¨ªas cong¨¦nitas de las arterias coronarias y otras causas de arritmias malignas, pueden producir muerte s¨²bita a cualquier edad, ya desde el nacimiento. La conmoci¨®n cardiaca que se produce tras un golpe en la regi¨®n anterior del t¨®rax es igualmente causa de muerte s¨²bita, ya que el impacto puede producir una arritmia cardiaca y causar as¨ª el fallecimiento s¨²bito del deportista.
Seg¨²n la Sociedad Europea de Cardiolog¨ªa, estas muertes s¨²bitas podr¨ªan prevenirse en un porcentaje cercano al 80% mediante la realizaci¨®n de un reconocimiento m¨¦dico sencillo, en el que junto a la historia cl¨ªnica del deportista y los antecedentes de la familia, incluya la realizaci¨®n de un electrocardiograma. Iguales recomendaciones son tambi¨¦n dadas por el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional desde el a?o 2004. La experiencia de Italia, donde es obligatorio este reconocimiento desde los a?os ochenta, avala estas recomendaciones, ya que la estad¨ªstica de muerte s¨²bita en deportistas en Italia ha mejorado sustancialmente.
En Espa?a a¨²n no existe una norma de car¨¢cter nacional ni auton¨®mica que obligue a la realizaci¨®n de un reconocimiento m¨¦dico a todos los deportistas de competici¨®n, quedando a criterio de las diferentes federaciones o clubes la realizaci¨®n de los mismos y sus contenidos. Es de esperar que en cumplimiento de la Ley Org¨¢nica de Protecci¨®n de la Salud y Lucha contra el Dopaje, aprobada en noviembre del 2006, la subcomisi¨®n de Protecci¨®n de la Salud implante en nuestro pa¨ªs las adecuadas medidas de prevenci¨®n y lucha contra la muerte s¨²bita en el deporte, que pasan en primer lugar por regular adecuadamente la realizaci¨®n de reconocimientos m¨¦dicos obligatorios y adecuados a los deportistas. Igualmente debe contemplar otras medidas adicionales como la disponibilidad de desfibriladores semiautom¨¢ticos en las instalaciones deportivas (aparatos de sencillo manejo que mediante una descarga el¨¦ctrica pueden cortar las arritmias malignas y evitar la muerte s¨²bita, y cuyo coste oscila entre dos y tres mil euros) y la formaci¨®n del personal del entorno deportivo en el uso de estos dispositivos, para lo que apenas se requiere un curso de unas horas. ?stas son algunas de las verdaderas formas de protecci¨®n de la salud de los deportistas, el bien m¨¢s preciado de nuestro deporte.
Carmen Adamuz es cardi¨®loga y ha dirigido el Centro Andaluz de Medicina del Deporte.
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