Sarah Grilo
El pasado 24 de agosto falleci¨® en Madrid, donde resid¨ªa, la pintora argentina Sarah Grilo (Buenos Aires, 1921), sin duda una de las mejores artistas latinoamericanas del siglo XX. En cierto sentido, asombra que su muerte haya pasado pr¨¢cticamente desapercibida en nuestro pa¨ªs, no s¨®lo por haber sido uno de los lugares donde m¨¢s tiempo vivi¨® y estar casada con el tambi¨¦n artista hispano-argentino Jos¨¦ Antonio Muro (Madrid, 1920), fiel compa?ero y c¨®mplice de toda la vida, sino por haber exhibido su obra durante d¨¦cadas en las mejores galer¨ªas y museos espa?oles, como Iolas-Velasco, Juana Mord¨® o Ruiz Castillo. Pero, desde que, en 1985, el Museo Espa?ol de Arte Contempor¨¢neo de Madrid le dedicara una retrospectiva, se fue disipando entre nosotros su memoria, hasta que, recientemente, el galerista Jorge Mara empez¨® a reactivarla, mostrando su obra en sucesivas ediciones de Arco y organizando este mismo a?o de 2007 en Madrid una espl¨¦ndida muestra individual de esta excelente pintora. No es que durante los ¨²ltimos 20 a?os Sarah Grilo dejara de trabajar, pero viv¨ªa y creaba muy metida en su mundo, sin esforzarse por hacerse notar, lo cual parece cada vez m¨¢s una maldici¨®n en el veleidoso y trivial mundo art¨ªstico actual, y, no digamos, en su versi¨®n espa?ola, abarrotada de ignorantes que desprecian todo lo que no sea lo que creen ¨²ltima moda internacional, a la que juzgan sin criterio, porque, para tenerlo, hace falta cierta perspectiva hist¨®rica. Si ¨¦sta existiese, se habr¨ªa sabido que Sarah Grilo fue una de las protagonistas m¨¢s destacadas del Grupo de Artistas Modernos de Buenos Aires, n¨²cleo renovador del arte argentino de orientaci¨®n abstracta, y que, becada por la Fundaci¨®n Guggenheim de Nueva York, residi¨® y expuso con notable ¨¦xito en esta ciudad durante la d¨¦cada de 1960, donde desarroll¨® un sutil grafismo, aprovechando de manera pionera no poco de los graffiti murales urbanos. Posteriormente, tambi¨¦n pas¨® temporadas en Par¨ªs, donde expuso de manera regular, como en la mayor parte de las ciudades m¨¢s importantes de Am¨¦rica y Europa.
Seleccionada en los cert¨¢menes art¨ªsticos internacionales m¨¢s relevantes, como los de S?o Paulo, Venecia y Medell¨ªn, tambi¨¦n lo hizo en el Pittsburgh International, del Carnegie Institute, adem¨¢s de ser invitada por los museos de Washington y San Francisco o el Grand Palais de Par¨ªs, por no hablar ya de las mejores instituciones art¨ªsticas latinoamericanas. Por lo dem¨¢s, como no pod¨ªa ser menos, hay obra de Sarah Grilo en muchos de los mejores museos de arte contempor¨¢neo de todo el mundo. En cualquier caso, centr¨¢ndonos en nuestro pa¨ªs, donde expuso, por primera vez, de forma individual en 1950, la impronta de Sarah Grilo fue muy determinante durante, por lo menos, el cuarto de siglo decisivo para nuestra vanguardia, que va desde los a?os cincuenta hasta el ecuador de los setenta, como lo pueden atestiguar todav¨ªa quienes vivieron esa ¨¦poca y sobreviven.
De todas formas, lo que resta de un artista es la obra realizada, m¨¢s all¨¢ de los reconocimientos o los olvidos contempor¨¢neos. En este sentido, habiendo vuelto a mirar recientemente los cuadros de Sarah Grilo, los que la auparon a la fama hace ya m¨¢s de medio siglo y lo que segu¨ªa pintando estos a?os, me sorprendi¨® no s¨®lo c¨®mo crec¨ªan con el tiempo los realizados en su juventud y primera madurez, sino que la frescura segu¨ªa vigente en esta mujer sensible, delicada, elegante, curiosa, inquisitiva, dotada de un estilo muy personal y nada acomodaticia. Aunque conoc¨ªa medio mundo, es impresionante c¨®mo la ¨²ltima Sarah Grilo se alej¨® de casi todo para centrarse m¨¢s y mejor en su trabajo, en el que sigui¨® empe?ada hasta el final, despidi¨¦ndose con discreci¨®n, sin hacer ruido, como corresponde a quien eligi¨® expresarse mediante una belleza sin palabras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.