Promesa rota, sue?o roto
El m¨²sico californiano Ben Harper reaparece con 'Lifeline', uno de los trabajos m¨¢s tristes de su carrera
Existe un tipo de persona que tiene tan mala memoria que necesita papel y l¨¢piz compulsivamente y nada mejor que una Moleskine, el ferrari de las libretas. El m¨²sico californiano Ben Harper es uno de esos tipos. Su librillo es un santuario secreto que lleva consigo a todas partes. Ahora, descansa entre su vaso de agua, una grabadora y una cerveza sobre una mesa de cristal en la suite m¨¢s cara de un c¨¦ntrico hotel madrile?o. A mitad de esta media hora, mediocre y frustrante que ofrece de entrevista, ha levantado de la mesa a ese amigo ¨ªntimo para escribir algo en ¨¦l. La pregunta le cae en el minuto n¨²mero 28 cuando s¨®lo quedan dos para terminar. A nadie en su sano juicio se le hubiera ocurrido hacerla antes. Habr¨ªa sido un fracaso seguro.
"Creo que un pa¨ªs democr¨¢tico como EE UU no lo es tanto cuando sigue adelante sin el apoyo del pueblo", dice el m¨²sico
-?Puede leerme las dos ¨²ltimas frases que ha escrito en su cuaderno?
-S¨®lo le voy a leer la ¨²ltima y porque ha salido en la conversaci¨®n. He escrito: "A broken promise is a broken dream" (una promesa rota es un sue?o roto). Y adem¨¢s, si pones el dedo sobre la palabra is es mejor todav¨ªa: una promesa rota, un sue?o roto.
Tal vez alg¨²n d¨ªa ese verso forme parte de un disco. Y puede que sea pronto si se tiene en cuenta la celeridad con la que ¨²ltimamente compone y graba. Acaba de salir a la venta su nuevo trabajo, Lifeline, el d¨¦cimo de su carrera, y pr¨¢cticamente no ha pasado ni un a?o de su ¨²ltima entrega: un disco doble titulado Both sides of the gun, con el que realiz¨® una gira mundial que tambi¨¦n le trajo a Espa?a.
Nada m¨¢s terminar los extenuantes viajes y conciertos, el pasado noviembre se reuni¨® en un estudio de Par¨ªs con su banda, The Inocent Criminals, y se despach¨® el disco enterito en una sola semana. Cuando se le sugiere que ¨¦sta es una de sus entregas m¨¢s tristes, culpa a la ciudad de la luz de ello: "Puede que tenga que ver el magnetismo de la ciudad y el hecho de estar separado de casa. Es como la canci¨®n del disco que dice Fool for a lonesome train, dejar las cosas atr¨¢s, las verdades y las mentiras".
Tambi¨¦n puede que sea por el hecho de que el disco se fabricase con la banda como si fuera una familia y en el Studio Gang parisiense como se sol¨ªa hacer hace a?os, anal¨®gicamente y con una mesa de 16 pistas.
O por las cosas que ve a su alrededor, lo que ocurre en un mundo loco que un surfero tatuado como ¨¦l no entiende. Y al ponerle frente a ese Dios en el que dice creer y preguntarle d¨®nde se ha metido con toda esta pol¨ªtica internacional, se pone un tanto furioso y reconoce "no tener ni idea". "No es que haya perdido la fe, pero estoy convencido de que un pa¨ªs democr¨¢tico como el nuestro no lo es tanto cuando sigue adelante sin el apoyo de su pueblo. Y esto no es una toma de postura pol¨ªtica, s¨®lo una forma de ver las cosas. Pero nos gobierna un lobo con piel de cordero", afirma Harper, que es en esta pregunta cuando recoge su libreta de la mesa y apunta esa frase sobre promesas y sue?os rotos.
"Ensayamos los 11 temas del elep¨¦ durante las pruebas de grabaci¨®n de la gira y al meternos en un estudio sin ordenadores ni softwares como Protools, corr¨ªamos un riesgo. Ahora todo suena igual, sin ning¨²n fallo porque todo puede corregirse con Protools. En este disco est¨¢ la grandeza de la inmediatez", afirma el m¨²sico. Tal vez por eso y por considerarlo continuista pueda resistirse al p¨²blico mayoritario o "tal vez todo lo contrario", espeta el m¨²sico.
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