Excelsos navajazos
Estudio de P. Rossi y M. Campioli
Checoslovensky Sach, 2007.
?Atenci¨®n! Peligro extremo, a campo abierto y sin trincheras: ambos bandos se disparan con sa?a, y vislumbran el cuerpo a cuerpo a navajazos. Una vez m¨¢s, el tablero de ajedrez es el ¨²nico escenario donde la violencia puede ser tan extraordinariamente bella como inocua. Los lectores m¨¢s ortodoxos pueden arg¨¹ir que en el juego real rara vez se dan posiciones con tanta artiller¨ªa pesada y sin peones; y deducir que el estudio compuesto que parte del diagrama apenas tendr¨¢ utilidad pr¨¢ctica. Pero el an¨¢lisis y el c¨¢lculo de una posici¨®n tan abierta contribuyen sin duda a mejorar la capacidad combinativa. En todo caso, el lector puede saltarse tal ejercicio y gozar directamente con la espectacular soluci¨®n. A primera vista, las blancas ganan con Th3, pero pronto se aprecia que, ante el jaque Ag6, el monarca blanco s¨®lo dispone de d4, donde recibir¨ªa otro jaque, mortal, en d2. Pero ese razonamiento no es sino el principio de una cascada de combinaciones, cuya clave es la situaci¨®n del Ab1, en la misma diagonal que el rey enemigo: 1 Th3! (a pesar de todo) 1... Ag6+ 2 T - g6!, Tc4+ 3 Re3 (empieza a verse el intr¨ªngulis: la dama negra no debe tomar ahora en h3 con jaque porque la Tg6 tapa en g3 mientras el Ab1 da jaque descubierto; por tanto, las negras llevan primero al rey blanco a la diagonal b1-h7) 3... Te2+ 4 Rd3, D - h3+ (puede parecer que las negras ganan, pero ahora cae una bomba terrible) 5 Tg3!!, D - g3+ 6 R - e2+, Tc2+! (el ¨²ltimo truco) 7 A - c2+, Rh8 8 Df8+! (pero no 8 D - g3, ?ahogado!) 8... Dg8 9 Dh6+, Dh7 10 D - h7 mate. Correspondencia: ajedrez@elpais.es
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