"El microrrelato es la quintaesencia narrativa"
Los minicuentos brotan en todo el mundo. Son un redescubrimiento que ensancha la literatura a trav¨¦s de la experimentaci¨®n. Jos¨¦ Mar¨ªa Merino es uno de los mejores exponentes de este arte que promete la m¨¢xima intensidad en la m¨ªnima extensi¨®n. Piezas escurridizas que basan su ¨¦xito en el movimiento. La Patagonia se prepara para el V Congreso Internacional de Minificci¨®n 2008.
"El movimiento es lo que lo distingue, y una cierta voluntad metaliteraria. Deja al lector una parte importante del trabajo"
"Perseguido por el Canon, el Corpus lleg¨® a un callej¨®n sin salida. '?Por qu¨¦ me acosas?', pregunt¨® el Corpus al Canon, 'no me gustas', a?adi¨®. 'El gusto es m¨ªo', replic¨® el Canon amenazante" J. M. M.
Entre las estanter¨ªas de libros asoma un hombre vestido de marinero que enciende un cigarrillo, escoltado por un sol rojizo y perfecto. Es la herencia m¨¢s disputada en casa de Jos¨¦ Mar¨ªa Merino (Le¨®n, 1941). Un p¨®ster de Corto Malt¨¦s que compr¨® el escritor en los a?os cincuenta cuando le¨ªa c¨®mics como ¨¦ste, y que lo acompa?a en su despacho.
De azul marino, como Corto Malt¨¦s, est¨¢ vestido este poeta, novelista y cuentista que abre la temporada literaria con La glorieta de los fugitivos (P¨¢ginas de Espuma), una antolog¨ªa y varios in¨¦ditos de un g¨¦nero que ahora germina por todos lados: el microrrelato. Un universo que Merino muestra en esta entrevista en la que recuerda c¨®mo estas piezas han pasado de puntillas por la historia de la literatura y para la mayor¨ªa de los lectores. Pero practicada por muchos de los grandes escritores como v¨ªa de experimentaci¨®n y ampliaci¨®n de los territorios literarios. De fronteras movedizas, lo que s¨ª rodea a este g¨¦nero es una comparsa de alegres nombres que encabezan microrrelato, minicuento y minificciones, mientras le siguen minihistorias, cuentines, cuentos cu¨¢nticos, nanocuentos, cuentos bons¨¢i... Y por la vida que llevan dentro bien podr¨ªan ser pigmeocuentos.
PREGUNTA. ?Por d¨®nde lleg¨® a los predios del microrrelato?
RESPUESTA. Por el camino del experimento. El microrrelato abre nuevas posibilidades expresivas. Posee una relaci¨®n inversamente proporcional entre extensi¨®n e intensidad. Yo, que escribo novela y cuento, s¨¦ que este g¨¦nero lleva esa regla a sus ¨²ltimos t¨¦rminos. Mucha intensidad en poqu¨ªsima extensi¨®n. Los primeros microrrelatos que hice fueron de encargo. Hubo un libro estupendo de Alfonso Fern¨¢ndez Ferrer, La mano de la hormiga, de hace unos 15 a?os, y me invit¨® a que le escribiera tres. Y descubr¨ª ese mundo.
P. ?Les dio muchas vueltas?
R. Pues s¨ª. Aquello no es el esquema cortito de un cuento m¨¢s largo. Tiene que ser en s¨ª mismo el cuento exacto. Luego colabor¨¦ en la radio con cuentos de dos minutos sobre una noticia. Es un g¨¦nero que ofrece oportunidades de expresi¨®n que no est¨¢n en otro sitio. Es una tradici¨®n antigua y de todas las culturas.
P. Pero es en el siglo XX cuando empieza a salir del anonimato.
R. Es a partir del simbolismo y el modernismo. En lengua espa?ola el papel de Rub¨¦n Dar¨ªo y Julio Torri es fundamental, son los primeros experimentadores, por herencia del simbolismo franc¨¦s. Con sus peque?os poemas en prosa descubrieron que en breve espacio se pod¨ªa hacer algo inhabitual.
P. ?C¨®mo descubrir el n¨¦ctar de la narraci¨®n?
R. Si aciertas. Hay gente que piensa que en el microrrelato vale cualquier cosa. Pero el hecho de que un texto de ficci¨®n sea breve no quiere decir que sea un microrrelato. Tiene que tener sustancia, movimiento, por poquito que sea. Por supuesto que est¨¢ muy cercano al aforismo, a la poes¨ªa, pero con movimiento. Es una quintaesencia narrativa, capaz de moverse y cambiar desde el principio hasta el fin. Ofrece una mudanza.
P. ?D¨®nde estar¨ªa la frontera con la greguer¨ªa, el aforismo o las frases lapidarias?
R. El movimiento es lo que lo distingue, y una cierta voluntad metaliteraria. Hay un libro de Marco Denevi de relatos er¨®ticos (El jard¨ªn de las delicias. Mitos er¨®ticos) que son juegos y juegos, y vueltas y revueltas sobre temas cl¨¢sicos. Lo que significa que necesita a veces un lector refinado, enterado.
P. Fuera del ¨¢mbito hisp¨¢nico ?de d¨®nde proviene este renacer?
R. Tiene mucha relaci¨®n con Kafka porque, dentro de la cultura del siglo XX, ¨¦l descubre unos textos breves, intensos y misteriosos. Microcuentos antiguos que tienen que ver con la an¨¦cdota tradicional. Luego da una peque?a vuelta para ser m¨¢s sint¨¦tico. Otra caracter¨ªstica es que el microrrelato deja al lector una parte important¨ªsima del trabajo.
P. Lo involucra para que termine la historia.
R. ?Claro! Eso tambi¨¦n es un tema del cuento. Quiz¨¢ tal vez tenga menos lectores que la novela porque obliga a colaborar mucho. Eso es lo gozoso de un buen cuento, lo que t¨² pones de tu parte. Pero eso al lector com¨²n no le hace mucha gracia. ?l pide que le expliquen todo.
P. Aunque corre el riesgo de ser demasiado especializado.
R. Est¨¢ llegando a ser muy intraliterario. Me hace gracia cuando a veces escucho en alg¨²n congreso -que est¨¢ habiendo muchos- que hay relatos sobre relatos sobre relatos. Es para gente lectora. Por eso muchas veces se hacen concursos de microrrelatos y aparecen textos que indican que ese autor nunca ha escrito un microrrelato en su vida. No sabe lo que es. Muchos piensan que la brevedad lleva impl¨ªcito este g¨¦nero. Y que el valor est¨¢ en lo breve.
P. Son como primos del haiku o la greguer¨ªa.
R. Hay haikus y greguer¨ªas que son microrrelatos, pero no todos. El a?o pasado en el congreso de Neuch¨¢tel (Suiza) hubo severas discusiones para identificarlo y describirlo. Pero es el lector quien lo identifica. T¨² lo lees y dices: "?Qu¨¦ bonito!, aqu¨ª hay narraci¨®n e historia en poqu¨ªsimo espacio. Tiene gracia, es original". Pero la originalidad no quiere decir que sea un microrrelato. Uno de los problemas de la denominaci¨®n viene en la dificultad ontol¨®gica, del propio ser. La verdad es que no sabemos. Podemos decir que son peque?as piezas escurridizas.
P. Espa?a empez¨® a vivir a finales del siglo pasado un auge del cuento y en este siglo del microrrelato. ?A qu¨¦ atribuye este renacer?
R. Aqu¨ª existe el cuento porque hay unos cuantos que nos empe?amos. Al fin y al cabo llevamos 800 a?os escribiendo. Esa tradici¨®n est¨¢ ah¨ª. Los editores apuestan por el cuento pero no con la franqueza que con la novela, al tiempo que los lectores la prefieren. Tal vez a partir de mi generaci¨®n, porque la gran generaci¨®n del cuento espa?ol fue la de los cincuenta, la de Jes¨²s Fern¨¢ndez Santos, Ignacio Aldecoa, Medardo Fraile o Carmen Mart¨ªn Gaite; y luego hubo m¨¢s pero no tan acendradamente dedicados al cuento. Lo de mi generaci¨®n es sorprendente porque Luis Mateo D¨ªez o Juan Jos¨¦ Mill¨¢s y yo, le dedicamos al cuento mucho inter¨¦s. Es a partir de la transici¨®n que parece haber una vuelta al cuento.
P. ?Y del microrrelato?
R. Se puso de moda por El dinosaurio, de Augusto Monterroso. La gente empez¨® a mirar esto de la brevedad de otra manera. Produjo una cantidad de textos absurdos, como en todo, pero bienvenido. En Espa?a ha habido gente explorando en ese territorio de tiempo atr¨¢s como Gonzalo Su¨¢rez, Javier Tomeo o Mill¨¢s. Donde hay un gran inter¨¦s es en Latinoam¨¦rica. Hay un renacer en todas partes, hasta en Nueva Zelanda.
P. ?Es verdad que el cuento es apropiado para estos tiempos de prisas? ?Y el minicuento?
R. Es un t¨®pico. Para disfrutar de la literatura hay que tener una formaci¨®n. Y el lector com¨²n no es formado en el cuento, porque por las cosas que no ense?a, que no descubre, requiere un lector con gusto que descubra y aprecie en pocas p¨¢ginas algo que le encanta. Un buen microrrelato es imborrable.
P. Como la pintura o la escultura, el placer de mirar y volver para observar y contemplar.
R. Algo as¨ª. Porque aunque se requiera poco tiempo para leer, lo que s¨ª necesita detr¨¢s es un lector formado. Es como el poema, porque si fuera por tiempo todo el mundo tendr¨ªa que leer poes¨ªa, pero no es as¨ª. Yo defiendo que en el sistema educativo la formaci¨®n literaria deber¨ªa jugar con el cuento. ?se es un gran camino para formar el gusto literario.
P. Adem¨¢s la minificci¨®n suele tocar temas atractivos como ese espacio fronterizo del sue?o.
R. El juego fant¨¢stico es propicio para este g¨¦nero. Y el sue?o es un universo que me interesa especialmente. Esa adscripci¨®n a lo on¨ªrico, esa sospecha de lo l¨ªrico, es otro de sus elementos, como el ingenio, la gracia y la precisi¨®n de las palabras. Y el humor, claro. Recuerdo una historia de Cronopios y de Famas, de Cort¨¢zar, que est¨¢ lleno de microrrelatos, donde se juega con lo burlesco. La perspectiva ir¨®nica es otra arma, la que permite al lector completar eso que el autor no hace expl¨ªcito.
P. En su microrrelato Ecosistema, que gira alrededor de un bons¨¢i, narra la historia del mundo.
R. El microrrelato ten¨ªa algo de bons¨¢i. Como un peque?o esp¨¦cimen de jardiner¨ªa literaria, que hay que hacerlo crecer en su dimensi¨®n en un espacio peque?ito. Siempre utilizo el cuento La esfinge, de Poe, para explicar la escritura. En ¨¦l un hombre cree ver en una mariposa nocturna un drag¨®n horrible subiendo por una monta?a. Pues la mirada del escritor consiste en ver lo que no es ordinario. Eso es lo que hay que ver.
P. Uno dedicado a Mateo D¨ªez es como una premonici¨®n, al narrar una invasi¨®n de minicuentos.
R. Ja, ja... Al final, es peligroso. En el Hay Festival de Cartagena de Indias, en enero pasado, le¨ªmos minicuentos y a la gente le gust¨®. El microrrelato, si comunicas, gusta. Establece cierta complicidad.
P. Sus microrrelatos conectan con la realidad desde la ficci¨®n con cr¨ªtica y humor.
R. En mi est¨¦tica, aunque generalmente son cuentos fant¨¢sticos, siempre parto de problemas de la realidad, cotidianos. No puedo remediarlo. Sobre el cambio clim¨¢tico o las guerras en Palestina... Me encanta esa posibilidad del microrrelato de que en muy poco espacio puedas decir mucho. Aunque es dif¨ªcil, esa intensidad es lo que me gusta. La brevedad en s¨ª no es un valor. Lo es el dar expresividad narrativa a un texto breve que ensancha la literatura.


Microrretratos
"La minificci¨®n es el g¨¦nero literario m¨¢s reciente y complejo, el m¨¢s ir¨®nico y experimental. Es un g¨¦nero serial, que dialoga con la escritura literaria y extraliteraria. Cada minificci¨®n es una maquinaria textual que propone una manera de releer l¨²dicamente la historia de la literatura. En el siglo XXI es natural interpretar o reinterpretar novelas o cuentos como una serie de minificciones", Lauro Zavala.
"La microficci¨®n es esa narraci¨®n breve en la que se potencia al m¨¢ximo la intensidad expresiva mediante una gran concisi¨®n del lenguaje para conseguir una estructura narrativa clara, concisa y contundente, que es al mismo tiempo, espacio literario abierto, l¨²dico, en el que poder utilizar la iron¨ªa, el misterio, el juego intelectual, literario y ling¨¹¨ªstico. Un modo de entender la narraci¨®n como traducci¨®n simb¨®lica de la realidad", Julia Otxoa.
"Siempre hemos le¨ªdo microrrelatos, pero en formato necrol¨®gica, curr¨ªculo vitae o anuncio por palabras. La diferencia est¨¢ en la elecci¨®n del tema, el tono de la narraci¨®n y la voluntad de crear una historia, tres requisitos que impiden que ciertos atestados policiales se conviertan en obras maestras del g¨¦nero, porque el microcuento es una mezcla de haiku, hor¨®scopo y videoclip", Fernando Iwasaki.
"La minificci¨®n tiene la capacidad de transgredir, con gracia y precisi¨®n, nuestras expectativas de lectura: es el reverso insospechado de lo que hab¨ªamos aceptado como realidad", Juan Armando Epple.
"Los microrrelatos tienden a desaparecer si se los mira de frente: son demasiado t¨ªmidos y trasl¨²cidos. Para escribirlos basta con tomar un poquito de caos y transformarlo en un miniuniverso. Como las pira?as, son peque?os y feroces. Aconsejo descartarlos si no muerden", Ana Mar¨ªa Sh¨²a.
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