El velocista impuro
Bennati, que no se considera un 'sprinter', bate con holgura a Freire y Petacchi en la meta de Vigo
El kil¨®metro 25 cre¨® el primer h¨¦roe, un asunto nada menor. El t¨ªtulo le correspondi¨® a Seraf¨ªn Fern¨¢ndez, del Karpin Galicia. Casi nada en Vigo. Todo un toque de distinci¨®n. Toda una obligaci¨®n. El kil¨®metro 78 dej¨® los dos primeros heridos de la carrera: el estadounidense Danielson tuvo que abandonar (la primera baja) y el italiano Cunego lleg¨® malherido a la meta. Dos candidatos en el asfalto. El kil¨®metro 140 dej¨® el primer decepcionado, triste honor que le correspondi¨® tambi¨¦n a Seraf¨ªn Mart¨ªnez cuando fue devorado por un pelot¨®n que ya miraba a la l¨ªnea de llegada. El kil¨®metro 153,4 le regal¨® todos los honores a Daniele Bennati, un italiano de Arezzo que insiste cada vez que gana un sprint (y ya consigui¨® dos en el pasado Tour, Campos El¨ªseos incluido) en que ¨¦l no es un velocista puro, que da para m¨¢s, que pasa bien la media monta?a, que puede ganar una gran cl¨¢sica y que por lo tanto el seleccionador nacional italiano deber¨ªa contar con ¨¦l en el Mundial de Stuttgart.
Bennati es un chico sincero. Cuando rememoraba en sala de prensa su sprint, reconoc¨ªa que estos finales son los que m¨¢s le gustan: que un equipo -no el suyo- ponga un ritmo alt¨ªsimo en los ¨²ltimos kil¨®metros y luego pillar la rueda buena en el momento oportuno. El sprint estaba trabajado por el Milram de Petacchi. All¨ª tiraba el equipo, con Erik Zabel de ¨²ltimo lanzador, Freire por detr¨¢s, a su estilo natural. Falto de lanzadores, el santanderino busca los r¨¦ditos de los trabajos ajenos, lee la carrera, estudia a los rivales y conf¨ªa en su ¨²ltimo golpe de ri?¨®n. Ayer se qued¨® demasiado atr¨¢s. Con Petacchi por delante, bien lanzado, se antojaba dif¨ªcil la salida. "Lo intente por un lado, por el otro, pero...". Pero por la derecha, junto a las vallas, surgieron los 180 cent¨ªmetros de Bennati, que dio la impresi¨®n de merendarse a su compatriota sin apuros, casi sin problemas. El velocista impuro se llevaba la primera etapa y el jersey oro de l¨ªder en un sprint demasiado sencillo. Freire lo intent¨® hasta el final, incluso derrotado desde que el italiano hinc¨® el ment¨®n en el manillar. Por aceleraci¨®n, Freire super¨® en la meta a Petacchi, que ya dej¨® de pedalear cuando vio por delante el dorsal 112 de Bennati.
El primer gran duelo Petacchi-Freire lo gan¨® Bennati. Suele pasar en los primeros asaltos, un tanto an¨¢rquicos y sin un control demasiado exacto de las fuerzas de cada cual.
Benatti no ser¨¢, si ¨¦l lo dice, un velocista puro, pero sus triunfos principales los consigue al sprint. El chico quiere decir que es algo m¨¢s que un velocista. Est¨¢ por ver. Pero ¨¦l va de sincero y con una dial¨¦ctica curiosa: "Al 99% creo que el a?o que viene correr¨¦ en otro equipo. Pero no es oficial", dijo, por ejemplo. El chico utilizaba la triple tradici¨®n para mirar por la ventana, beber agua y sonre¨ªr. M¨¢s que un hombre feliz, parec¨ªa un hombre tranquilo. Freire asomaba un gesto de resignaci¨®n, aquello de que lo que no puede ser, no puede ser... Pero podr¨¢ ser ma?ana en Santiago o pasado en Luarca. La historia acaba de comenzar con su triunfador, sus resignados, su h¨¦roe, sus heridos, su abandono y con todos los ciclistas oficialmente libres de sospecha (todos los controles previos han sido negativos).
Mientras tanto, al margen de la carrera, Johan Bruyneel medita una oferta para continuar en el ciclismo los pr¨®ximos a?os. La oferta es del Astan¨¢, que le permite formar su equipo, con sus ciclistas limpios y necesariamente con Alberto Contador. A¨²n no ha decidido su respuesta.
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