Tempus fugit
Escrib¨ªa a mediados de junio pasado, en estas mismas p¨¢ginas, que algo se mov¨ªa en el PP-A, en referencia a los ¨²ltimos resultados municipales y con la vista puesta en las generales y auton¨®micas del pr¨®ximo a?o.
La interparlamentaria popular que se celebr¨® en Sevilla el d¨ªa 9 de julio anunci¨® estos cambios, si bien se matiz¨® posteriormente que los mismos se llevar¨ªan a efecto de forma ordenada, intentando evitar tensiones internas, aunque supongo que buscando una mayor operatividad y apertura del partido all¨¢ donde el mismo no ha cumplido con las expectativas creadas.
No voy a negar, desde la misma sinceridad con la que entonces formulaba mi cr¨ªtica, que mi deseo es que Javier Arenas acierte definitivamente con esta estrategia, por la salud democr¨¢tica de Andaluc¨ªa, si bien, como expon¨ªa en mi anterior colaboraci¨®n, va a necesitar de una gran ayuda desde dentro del propio partido -de forma que las renuncias se lleven a cabo de manera responsable y los cambios se acepten en funci¨®n de aquello que persiguen y no de los status personales que modifiquen-, as¨ª como de muchas dosis de inteligencia y pragmatismo pol¨ªtico a la hora de dise?ar su nuevo equipo y las estrategias a seguir.
Ello, que pudiera entenderse como una ruptura con el pasado, ser¨ªa bueno que se formulase como un impulso hacia el futuro, basado, eso s¨ª, en la experiencia recogida tanto de aciertos como de errores, lo que l¨®gicamente debe hacerse patente no s¨®lo en las formas, con nuevas caras y nuevos objetivos como ya plantea Arenas, sino fundamentalmente en el fondo, con una apuesta decidida por planteamientos liberales que enfrentar al socialismo ya agotado y vac¨ªo de propuestas que hoy ofrece el PSOE andaluz.
En teor¨ªa, la apuesta puede entenderse como f¨¢cil de llevar a efecto, si bien ser¨ªa pueril ignorar que en la pr¨¢ctica encierra multitud de dificultades a las que Javier Arenas deber¨¢ hacer frente.
El primer escollo ser¨¢ el de la regeneraci¨®n org¨¢nica, necesaria a todas luces en una organizaci¨®n que lleva 13 a?os con un mismo esquema de trabajo y una estructura jer¨¢rquica que ha unido el poder institucional al org¨¢nico, confundiendo con demasiada frecuencia los cometidos de ambos, sin definir claramente lo que representa desarrollar un partido frente a aquello otro que supone obtener una representatividad institucional.
Recuperar aqu¨¦l principio de que el partido nunca debe entenderse como un medio para alcanzar o perpetuarse en un cargo, sino como un fin en s¨ª mismo con el que conseguir la mayor implantaci¨®n posible de un proyecto ideol¨®gico, pol¨ªtico y social, no es tarea f¨¢cil porque representa hacer frente a muchas resistencias que nacen de lo que a trav¨¦s de la costumbre se ha venido convirtiendo en norma, pero, o se afronta la diversificaci¨®n o dif¨ªcilmente el partido podr¨¢ andar un paso por delante al que den quienes lo representen en las instituciones, con lo que ello representa de p¨¦rdida de criterio y direcci¨®n.
Frente a los cargos y encargos, ser¨ªa necesario oponer la valoraci¨®n de quienes los ocupen y desempe?en, al margen de cualesquiera otros tipos de intereses que posiblemente pudieran ofrecer una imagen ficticia de estabilidad interna, pero que sin duda generan grandes dosis de insatisfacci¨®n electoral.
Otra importante dificultad que Javier Arenas encontrar¨¢, si finalmente afronta con decisi¨®n el cambio, ser¨¢ romper las barreras que hoy impiden que el mensaje del PP llegue con nitidez y credibilidad al medio rural.
A¨²n reconociendo el nivel de desgaste sufrido por el presidente de los populares desde 1994, lo que no le incapacita para liderar el nuevo proyecto, la dificultad a la que antes alud¨ªa se vence, desde la estructura del partido, a base de esfuerzo personal, de identificaci¨®n real con los receptores del mensaje y de una cierta dosis para generar ilusi¨®n, factores todos ellos que con demasiada frecuencia han estado ausentes en la pr¨¢ctica pol¨ªtica de los populares andaluces, teniendo muy presente siempre la calidad del mensaje, la convicci¨®n y los argumentos que se utilicen para trasladarlo y el talento -me viene a la memoria el libro del mismo nombre, publicado en Ariel, de Manuel Pimentel- de quienes se ocupen de ello.
Recuperar los foros de independientes puede representar un instrumento v¨¢lido, pero s¨®lo uno m¨¢s dentro de todos aqu¨¦llos que debieran acompa?ar a un cambio de filosof¨ªa pol¨ªtica.
Los foros de independientes llegan, como todos sabemos, a una limitada escala social y es necesario promover corrientes ciudadanas mucho m¨¢s amplias en las bases y menos elitistas en su composici¨®n que conecten m¨¢s primariamente al partido con la sociedad.
Sabe Arenas lo que se juega en este envite y frente a la desesperanza y las cr¨ªticas que a lo largo de estos a?os hayan podido surgir, a¨²n queda espacio para la confianza y el apoyo a fin de que Andaluc¨ªa se sume a la din¨¢mica de la alternancia pol¨ªtica tambi¨¦n en su gobierno auton¨®mico.
Enrique Bellido Mu?oz ha sido senador y presidente del PP de C¨®rdoba.
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