Educaci¨®n agiliza su respuesta a la violencia contra los docentes para darles seguridad

M¨¢s autoridad. Esa es la clave que esgrimen los docentes para recuperar el control de las aulas y erradicar la conflictividad de los colegios y las agresiones hacia ellos. Y para incrementar esa autoridad, el Departamento de Educaci¨®n ha elaborado dos gu¨ªas de actuaci¨®n para los colegios que les permitir¨¢ responder con m¨¢s agilidad y eficacia ante este problema. Porque lo que m¨¢s demandan los docentes son medios y, sobre todo, respuestas r¨¢pidas a la creciente conflictividad. "Los docentes tienen que sentirse seguros en su trabajo", enfatiz¨® el consejero de Educaci¨®n, Tontxu Campos.

Una de las gu¨ªas detalla todas las medidas que deben ser puestas en pr¨¢ctica al descubrir alg¨²n episodio de acoso escolar entre alumnos y la otra va dirigida a atajar las agresiones espec¨ªficas a los docentes o al resto del personal de un centro educativo por parte de alg¨²n estudiante. El documento recoge desde cu¨¢l debe ser la reacci¨®n inmediata de solicitud de ayuda hasta la denuncia ante la Ertzaintza, pasando por el traslado a un hospital, si hay lesiones, y la imposici¨®n de sanciones al agresor.

Seg¨²n la gravedad de la agresi¨®n, se podr¨¢ abrir un expediente disciplinario y, en su caso, adoptar medidas cautelares. El consejo escolar de cada centro - el m¨¢ximo ¨®rgano de representaci¨®n del colegio- sopesar¨¢ la posibilidad de interponer denuncia ante la Fiscal¨ªa de Menores (alumnos hasta los 18 a?os) o en el juzgado de guardia, si el agresor es mayor de edad.

La primera gu¨ªa supone la actualizaci¨®n de un protocolo ya existente, mientras que la segunda constituye una novedad, incluso a nivel nacional, ya que ninguna comunidad se ha dotado de esta herramienta. El consejero insisti¨® en la idea de que ambos protocolos van a agilizar el tiempo de respuesta ante las agresiones, aut¨¦ntico tal¨®n de Aquiles a la hora de imponer disciplina. "Se trata de proteger y garantizar con m¨¢s eficacia la seguridad de las v¨ªctimas y aplicar medidas disciplinarias a los agresores".

"Tolerancia cero"

Estas dos gu¨ªas, junto con el decreto de derechos y deberes del alumnado, que actualmente se encuentra en fase de reforma, deben servir, seg¨²n Campos, para que el profesorado se convenza de que la Administraci¨®n le respalda y se va a regir por el principio de tolerancia cero contra la violencia. Una de las quejas de los docentes proced¨ªa, precisamente, de lo garantista que era el anterior decreto de derechos y deberes del alumnado, que dilataba la respuesta a los alumnos conflictivos. Hasta el punto de que esa normativa se hab¨ªa vuelto inservible en muchos casos. Buena parte de las decisiones sobre disciplina se adoptaban al margen de ella, lo que, a su vez, provocaba inseguridad jur¨ªdica.

"Hay que incorporar medidas que permitan una convivencia real en las aulas y que aquellos comportamientos disonantes aparezcan ante la comunidad como lo que son y no distorsionen el funcionamiento del aula", subray¨® el consejero. "Lo primero que van a aportar estas gu¨ªas", a?adi¨®, "es que cualquier persona que sufra una agresi¨®n va a saber con exactitud qu¨¦ es lo que tiene que hacer; va a sentir que cuenta con el respaldo de la Administraci¨®n".

El siguiente paso ser¨¢ otorgar seguridad a la v¨ªctima, y a rengl¨®n seguido se debe reunir el consejo escolar para estudiar el incidente y aplicar las medidas, cautelares si son necesarias, con celeridad. El consejero rechaz¨® hablar de endurecimiento de las normas. "S¨¦ que una parte de la sociedad espera que diga que vamos a tener la mano mucho m¨¢s dura. Lo que yo digo es que las respuestas van a ser m¨¢s r¨¢pidas y eficientes. A veces las medidas m¨¢s duras no resultan las m¨¢s eficaces para resolver un problema y las m¨¢s dialogantes, s¨ª"

En el caso de la gu¨ªa de actuaci¨®n en casos de agresi¨®n al personal de los centros escolares, se plantea la iniciativa de definir, en colaboraci¨®n con Osalan, una serie de criterios en la construcci¨®n de los nuevos colegios o eventuales reformas de los ya existentes con el fin de mejorar la seguridad de los profesores. Todo encaminado a eliminar "espacios ciegos" donde la impunidad es m¨¢s factible. Las agresiones a los docentes se suelen producir en lugares aislados y menos en sitios p¨²blicos y a la vista de todos. Por ejemplo, en algunas zonas se podr¨ªan colocar cristaleras en lugar de paredes para desanimar a los potenciales agresores.

Durante el curso pasado, el Departamento de Educaci¨®n registr¨® un total de 26 agresiones a profesores en 18 centros, de los que 17 pertenec¨ªan a la red p¨²blica y el otro a la privada-concertada. De esas agresiones, 22 las protagonizaron alumnos y cuatro sus familiares. En el caso del acoso escolar, la consejer¨ªa investig¨® 107 denuncias el pasado curso en los centros de ense?anza de la comunidad. Los t¨¦cnicos del servicio de Inspecci¨®n concluyeron que de todas ellas 69 correspond¨ªan a casos reales de maltrato entre iguales, f¨ªsicos o ps¨ªquicos.

Seg¨²n los datos del departamento, la agresi¨®n f¨ªsica, repetida en el tiempo, es el tipo de maltrato m¨¢s frecuente entre los escolares vascos. La mayor¨ªa se produjo en aulas del tramo educativo que va desde quinto de Primaria a tercero de Secundaria. En 10 ocasiones, las familias interpusieron denuncia policial y en un 33% de los casos Educaci¨®n abri¨® expediente disciplinario al alumno implicado. La incidencia de la violencia escolar ronda el 6% en Primaria y el 3,7% en Secundaria.