Craig Venter regala su genoma
El genetista hace p¨²blica de forma gratuita la primera secuencia completa de una persona, la suya
Para Craig Venter, haberse sometido al escrutinio m¨¢s riguroso al que pueden llegar sus colegas -la descripci¨®n de su genoma- es la ¨²ltima prueba de su confianza en la ciencia, y un intento m¨¢s de acabar con los recelos que siempre han seguido su trabajo. Venter, que naci¨® en Salt Lake City (Utah, EE UU) el 14 de octubre de 1946, es el primer ser humano que conoce pr¨¢cticamente toda su dotaci¨®n gen¨¦tica, tanto la herencia de su padre como la de su madre.
"Soy el primero y probablemente el ¨²ltimo", dijo ayer orgulloso por teleconferencia al presentar el trabajo, que ha dirigido el instituto de investigaci¨®n que lleva su nombre. La causa de esta unicidad es "el dinero y el tiempo que ha costado": m¨¢s de tres a?os y 100 millones de d¨®lares (m¨¢s de 73 millones de euros), seg¨²n los c¨¢lculos que, a vuelapluma, realiz¨® ayer.
El estudio revela grandes diferencias entre humanos sin que importe la raza
El genetista salt¨® a la fama a principios de este siglo como director del Proyecto Genoma. Pero el cient¨ªfico abandon¨® el trabajo -financiado con dinero p¨²blico- para competir contra sus antiguos socios. Para ello cre¨® una empresa, Celera, que consigui¨® adelantarse en la publicaci¨®n de los resultados. Pero la apuesta no fue rentable: sus datos ten¨ªan menos calidad que los obtenidos por el consorcio p¨²blico, que, adem¨¢s, los facilitaba gratis.
Aquel genoma, que se anunci¨® a bombo y platillo en 2003, no era el de un ser humano. Estaba formado por fragmentos de ADN -el libro de instrucciones de todos los procesos biol¨®gicos- de un grupo de personas. El presentado ayer corresponde s¨®lo a Venter, aunque debe servir a toda la humanidad. Adem¨¢s, se basaba en s¨®lo la mitad de los cromosomas. El de ahora tiene las dos copias: la que ha heredado de su padre y la que le ha transmitido su madre.
Gracias a este trabajo, el investigador sabe que en su familia hay una predisposici¨®n al Alzheimer. Pero ¨¦l no quiso mostrarse preocupado. James Watson, el codescubridor de la doble h¨¦lice de ADN, ha dicho que no le importa que se secuencie su genoma si no le dan las malas noticias que ¨¦ste pueda llevar escritas. Para Venter, en cambio, es una "oportunidad". "Justo acaba de salir un estudio que dice que el uso de las estatinas [una familia de f¨¢rmacos que se usa para combatir el colesterol elevado] mejora el desarrollo del Alzheimer y otras demencias asociadas a la edad", record¨® ayer.
Tampoco le preocupa el impacto que la publicaci¨®n de su informaci¨®n m¨¢s ¨ªntima pueda tener en su familia. "Todo se ha hecho con todos los permisos", insisti¨®.
Al contar con la informaci¨®n doble, la materna y la paterna, los cient¨ªficos han podido comparar los cromosomas masculinos y los femeninos. Y ah¨ª han encontrado la primera sorpresa: el sistema de transmisi¨®n de la informaci¨®n gen¨¦tica admite unos errores, pero no se esperaba que fueran tantos. En la gigantesca cadena de letras qu¨ªmicas ("aggacttaccga..."), las de un progenitor y las de otro no s¨®lo tienen diferencias puntuales (donde uno tiene una A, el otro lleva una G, por ejemplo), sino que hay trozos enteros que se repiten o que faltan. "Hemos encontrado que tengo dos copias de un gen que fabrica una prote¨ªna relacionada con el metabolismo en un cromosoma, y que en el otro s¨®lo tengo una", dijo Venter.
En total, hasta en un 44% de los genes hay diferencias, dijo el cient¨ªfico. Estas variaciones explican la enorme diversidad del ser humano -lo que hace estrictamente cierto que no haya dos personas iguales-. Y, contra los racistas, son una confirmaci¨®n de que el concepto de raza "es social y no biol¨®gico", advirti¨® el genetista, ya que la realidad es "una gradaci¨®n continua" que no permite asociar rasgos como inteligencia y etnia.
El genoma de Venter est¨¢ ya disponible en la web de Public Library of Science (PLoS), una revista electr¨®nica que quiere ser una alternativa a las cl¨¢sicas Science y Nature. Y, en un giro sobre lo que hizo cuando se descifr¨® el primer genoma, Venter y su instituto lo han cedido completamente gratis.
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