La suplantaci¨®n en los trabajos acad¨¦micos, un negocio en auge
Google prohibir¨¢ la publicidad de sitios dedicados a vender tesis elaboradas para todo tipo de estudiantes - Un grupo universitario de las islas Baleares ha estudiado la penetraci¨®n del fraude en el sistema educativo
Un equipo universitario de las islas Baleares se dedica a localizar los sitios comerciales que ofrecen trabajos acad¨¦micos a medida.
A partir de este curso escolar, Google ha decidido poner en pr¨¢ctica una decisi¨®n dr¨¢stica: prohibir en sus p¨¢ginas la publicidad de sitios web dedicados a vender trabajos acad¨¦micos hechos a medida para todo tipo de estudiantes. Estos chiringuitos comerciales virtuales pasar¨¢n a engrosar la lista negra del buscador, en la que tambi¨¦n se encuentran los anuncios de armas, prostituci¨®n, drogas, tabaco, documentos falsificados y curas milagrosas, de acuerdo con una informaci¨®n de la cadena brit¨¢nica BBC.
La medida es el producto de una alarma colosal que se ha extendido en los ¨²ltimos a?os en el sistema educativo, particularmente en el anglosaj¨®n, hasta el punto de arrojar una dram¨¢tica sombra de sospecha sobre el verdadero nivel acad¨¦mico de estudiantes y titulados.
Copiar y pegar, en desuso
El fen¨®meno ha sido bautizado como cibersuplantaci¨®n y constituye un paso adelante en una pr¨¢ctica muy extendida desde hace una d¨¦cada, el ciberplagio de la generaci¨®n estudiantil del copiar y pegar. La creciente pericia de programas inform¨¢ticos como Turnitin, Copycatch y Eve2, que comprueban si se trata de trabajos originales o fusilados literalmente de alguna p¨¢gina web, unida a la mayor perspicacia de los docentes, han dejado anticuado el plagio cibern¨¦tico en el mundo anglosaj¨®n, a pesar de que en Espa?a y otros pa¨ªses a¨²n sigue siendo un m¨¦todo bastante com¨²n de fraude. As¨ª lo cree Jaume Sureda, catedr¨¢tico de Ciencias de la Educaci¨®n de la Universidad de las Islas Baleares y miembro de un equipo de investigadores que, desde 2006, indaga en los nuevos m¨¦todos de fraude educativo.
Sureda asegura que en Estados Unidos e Inglaterra el copiar y pegar se ha convertido ya en "un enga?o confinado a alumnos pobres", dado que quienes se lo pueden pagar tienen a mano una extens¨ªsima panoplia de portales de Internet que, bajo el disfraz de "servicios de escritura para estudiantes", lo que ofrecen es la descarada elaboraci¨®n de trabajos acad¨¦micos completos -tesinas y tesis doctorales, entre ellos- realizados por terceros, a precios fijos en funci¨®n del n¨²mero de p¨¢ginas y del plazo de entrega.
"Normalmente los realizan profesores retirados, y siempre garantizan la confidencialidad m¨¢s absoluta", explica el docente universitario, quien agrega que se ha descubierto tambi¨¦n que en muchos sitios web "la oferta se adapta hasta tal punto a la demanda que se solicita al estudiante que aclare cu¨¢l es su nivel del idioma, a fin de no ser pillado por su profesor". Otra sorpresa ha sido hallar que se extiende ya una oferta del tipo se tendr¨¢ en cuenta el toque cultural; es decir, las variantes idiom¨¢ticas propias de la zona geogr¨¢fica del demandante.
Adem¨¢s, los derechos de autor se trasvasan ¨ªntegramente al comprador.
En su primer a?o de pesquisas, el grupo investigador ha encontrado ya en Internet m¨¢s de 500 f¨¢bricas de trabajos acad¨¦micos (dissertations and essay mills, en su denominaci¨®n inglesa), aunque est¨¢n convencidos de que seguir¨¢n hallando muchas m¨¢s, dadas las proporciones industriales que el sector ha alcanzado.
Un pu?ado de tales f¨¢bricas realiza los encargos en espa?ol. Curiosamente, la mayor parte est¨¢ radicada en Argentina, mientras que otras no revelan su ubicaci¨®n. El precio medio de una tesis doctoral de 200 p¨¢ginas, calculan los investigadores, est¨¢ en torno a los 12.000 euros.
Otro rasgo habitual de estos portales es que demandan escritores free-lance para cubrir la demanda desbordada de solicitudes de escritos escolares. Y una curiosidad casi obscena: en muchos casos alertan sobre la proliferaci¨®n de ofertas m¨¢s baratas procedentes del Este de Europa y de Asia, lo que, avisan, no garantiza el buen nivel de los trabajos entregados.
En algunos casos incluso han colgado un aviso en sus webs que advierte de que trabajos por menos de 10 d¨®lares la p¨¢gina son un fraude.
La prohibici¨®n por parte del buscador Google ha desatado alegatos defensivos de propietarios de algunos portales, que se defienden asegurando que su negocio est¨¢ b¨¢sicamente en el "asesoramiento" en la elaboraci¨®n de trabajos acad¨¦micos, cosa que con s¨®lo abrir sus p¨¢ginas de inicio se revela falso. El problema de fondo est¨¢ en realidad en que hasta ahora el 80% de sus clientes llegaba a ellos a trav¨¦s de Google, en muchos casos mediante su sistema publicitario Adwords.
Matthew Wilson, director de Essaywriter.co.uk, ha afirmado, en declaraciones a la televisi¨®n p¨²blica brit¨¢nica, BBC, que la prohibici¨®n castigar¨¢ a las compa?¨ªas del sector transparentes y leg¨ªtimas, que venden trabajos pero advierten de que no deben ser usados de forma deshonesta.
UIB: www.uib.es
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Un fraude con destacados porcentajes en Espa?a
El grupo de investigaci¨®n de la Universidad de las Islas Baleares ha realizado una encuesta virtual en toda Espa?a, a trav¨¦s del portal Universia, para tratar de esbozar el grado de implantaci¨®n de estos m¨¦todos en este pa¨ªs.
A la misma han contestado 560 estudiantes. A la pregunta sobre si "han pagado a alguien para que haga un trabajo acad¨¦mico o lo han comprado, por ejemplo, a trav¨¦s de Internet", el 3,22% reconoce que lo ha hecho.
Pese a las garant¨ªas de anonimato, y dado que autoinculparse no es pr¨¢ctica muy extendida, en el sondeo tambi¨¦n se solicitaba si conoc¨ªan a alguien que hubiera comprado trabajos. Aqu¨ª el porcentaje se eleva a un preocupante 27,15%. A la pregunta sobre si hab¨ªan descargado un trabajo completo desde Internet y lo hab¨ªan entregado como propio, el 6,62% contesta afirmativamente y un espectacular 62,15% dice que conoce a otros que lo han hecho.
El copiar y pegar fragmentos de Internet, sin citar la fuente, en trabajos de elaboraci¨®n propia bate todos los registros: el 59,46% de los universitarios espa?oles reconoce haberlo hecho alguna vez y el 79,28% asegura conocer a otros que lo han efectuado. Jaume Sureda sostiene que estos datos revelan que Espa?a est¨¢ a¨²n en la etapa del ciberplagio y s¨®lo en los inicios de la cibersuplantaci¨®n. No obstante, se muestra convencido de que este tipo de enga?o crecer¨¢ tambi¨¦n aqu¨ª, hasta el punto de que otro de los miembros del equipo investigador, Santiago Cavanillas, profesor de Derecho Privado, se encuentra inmerso en la elaboraci¨®n de un reglamento jur¨ªdico. Su objetivo es que, al modo de los que se est¨¢n implantando en el mundo acad¨¦mico anglosaj¨®n, pueda servir para que los centros educativos y las universidades espa?olas lo apliquen ante el peligro de expansi¨®n del fraude.
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