Una nueva rebeli¨®n en Congo amenaza la extracci¨®n de coltan, esencial para los m¨®viles

El este de la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo (RDC), rico en coltan, mineral esencial para la telefon¨ªa m¨®vil, vuelve a estar en guerra. Un general tutsi, Laurent Nkunda, acusado de cr¨ªmenes de guerra por la Corte Penal Internacional, lleva dos semanas sublevado contra el Gobierno en la provincia de Kivu norte, donde est¨¢ el parque de los gorilas de monta?a m¨¢s importante del mundo. Los combates han producido decenas de muertos y el ¨¦xodo masivo. Las guerras en la regi¨®n de los Grandes Lagos han matado a m¨¢s de cuatro millones de civiles desde 1994.

No es casual que el centro de la nueva rebeli¨®n sea Masisi, la capital de la extracci¨®n de coltan, un mineral estrat¨¦gico que sirve para recubrir las bater¨ªas de los tel¨¦fonos m¨®viles y de las consolas de los videojuegos m¨¢s populares. Se calcula que el 12% de la producci¨®n mundial de este mineral (columbita-tantalatita) procede del este de Congo, pa¨ªs que posee el 80% de las reservas africanas conocidas de coltan.

Cuando en 1998 los ej¨¦rcitos de Ruanda, Uganda y Congo peleaban por el control de esta provincia (Kivu norte, rica tambi¨¦n en cereales), un informe de la ONU compar¨® la situaci¨®n del coltan con los diamantes de sangre de Sierra Leona y Liberia, y se?al¨® a los Gobiernos de Uganda y Ruanda como los grandes agitadores (y beneficiarios) de esa guerra, que seg¨²n las ONG ha costado desde entonces m¨¢s de cuatro millones de vidas.

Ahora, cuando en teor¨ªa existe un proceso de paz en marcha (desde 2003 y que desemboc¨® en las elecciones de agosto de 2006) y una presencia masiva de tropas de la ONU en la RDC, 17.000 cascos azules, el general Nkunda lanza una nueva rebeli¨®n. No es la primera vez que sucede: estuvo en primera l¨ªnea de la revuelta de los banyamulengues (tutsis congole?os en los Kivus) en noviembre de 1996, que liderada por el ex guerrillero Laurent Kabila acab¨® en mayo de 1997 con el r¨¦gimen de Mobutu Sese Seko.

Tambi¨¦n estuvo Nkunda en el intento de golpe de Estado tutsi de agosto de 1998 contra Kabila, que ya no satisfac¨ªa las exigencias de sus patrocinadores, Uganda y Ruanda, y que degener¨® en una guerra que lleg¨® a enemistar a los viejos amigos (Yoweri Museveni, presidente de Uganda, y Paul Kagame, presidente de Ruanda), que lanzaron sus ej¨¦rcitos tras el control de las materias primas.

La actual revuelta del general Nkunda, que dirige las brigadas 81? y 83? del Ej¨¦rcito de la RDC y que dice contar con 8.000 hombres armados, comenz¨® hace dos semanas, pero es en los ¨²ltimos d¨ªas cuando se ha agravado.

Aviones de Naciones Unidas han servido para transportar soldados y pertrechos del Ej¨¦rcito leal a Kinshasa y helic¨®pteros artillados de la RDC de fabricaci¨®n rusa han bombardeado posiciones rebeldes. Fuentes oficiales que cita la agencia Reuters sostienen que han dado muerte a 100 rebeldes, pero no existe confirmaci¨®n independiente alguna.

Los combates han provocado un ¨¦xodo de una poblaci¨®n civil diezmada por las guerras, el hambre, las enfermedades y los abusos de todas las partes en conflicto. Miles de ellos ya han cruzado la frontera con Uganda con la esperanza de salvar la vida.

Nkunda acusa al Gobierno de Joseph Kabila (hijo de Laurent Kabila, asesinado en 2001) de apoyar a la guerrilla hutu de las Fuerzas Democr¨¢ticas de Liberaci¨®n de Ruanda y su milicia interahamwe (los que matan juntos), responsables del genocidio de 800.000 tutsis y hutus moderados en la primavera de 1994 en Ruanda. El general rebelde asegura que ese apoyo pone en riesgo la supervivencia de los propios banyamulengues congole?os. Aunque nadie lo dice, es dif¨ªcil pensar que Nkunda act¨²e sin el apoyo, o al menos consentimiento, de Ruanda, cuyo Ej¨¦rcito es el m¨¢s potente de la zona. En la guerra de 1999-2003, Ruanda lleg¨® a contar con una extensi¨®n de territorio 14 veces superior al suyo. La RDC es un inmenso pa¨ªs de 2,5 millones de kil¨®metros cuadrados, unas cinco veces Espa?a.

Amenaza para los gorilas

La nueva crisis de Congo ha llamado esta vez la atenci¨®n internacional porque los combates se desarrollan cerca del parque nacional de Viruga, donde habitan los gorilas de monta?a. Se calcula que quedan unos 700 ejemplares entre las fronteras de la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Congo, Ruanda y Uganda. Hace unas semanas, nueve ejemplares fueron hallados muertos, al parecer abatidos por fuerzas de Nkunda. La defensa de estos gorilas, una especie en peligro de extinci¨®n, fue llevada a cabo por la zo¨®loga estadounidense Dian Fossey, asesinada por ese trabajo en su casa de Ruhengeri (Ruanda) en 1985. Su vida y obra fueron recogidas en la pel¨ªcula Gorilas en la niebla.