Cuesti¨®n de liderazgo
La Junta Directiva Nacional del PP proclamar¨¢ el lunes a Mariano Rajoy como candidato a la presidencia de Gobierno. Resulta obvio que as¨ª sea. ?Qui¨¦n si no? ?Rato, que ha vuelto a subrayar que "bajo ninguna circunstancia" concurrir¨¢ a las legislativas del pr¨®ximo marzo? ?Gallard¨®n, cuyas sugerencias para ir de n¨²mero dos, o tres o cinco causaron irritaci¨®n y revuelo en los sectores m¨¢s conservadores del partido? ?Acaso Esperanza Aguirre, cuyo momento puede cristalizar tras los comicios? ?O los delfines Acebes y Zaplana, que pueden ser m¨¢s r¨¦mora que ayuda a la hora del voto? El propio Rajoy ha decidido convocar la reuni¨®n y adelantar su proclamaci¨®n con bastante anticipaci¨®n (quedan a¨²n cerca de seis meses para las elecciones) para poner fin a las especulaciones que han circulado sobre su futuro en estas semanas.
Tanto para el bien del primer partido de la oposici¨®n como para la estabilidad pol¨ªtica del pa¨ªs resulta positivo que el PP, y sobre todo su presidente, haya querido cortar por lo sano y disipar todas las dudas: ser¨¢ ¨¦l y no otro quien trate de derrotar al PSOE de Zapatero el pr¨®ximo marzo para conseguir el relevo de ¨¦ste en la presidencia de Gobierno. ?Significa este golpe de tim¨®n que el l¨ªder de los populares haya cerrado de una vez la crisis de candidaturas? Aparentemente s¨ª. Sin embargo, desde el fondo emergen no pocos elementos de incertidumbre que cuestionan que su liderazgo sea s¨®lido e indiscutible. Las intervenciones, las matizaciones, las contradicciones y los desmentidos al respecto, tanto las suyas como las de dirigentes relevantes de su formaci¨®n, han sido tan numerosas a lo largo de los ¨²ltimos d¨ªas que dejan en entredicho ese control que Rajoy ahora pretende exhibir.
El l¨ªder del PP no ha dado precisamente evidencia de contar con buenos asesores a lo largo de esta semana de pasi¨®n; y especialmente en lo que respecta al futuro de Rato. El director gerente del FMI afirm¨® antes del verano que dejar¨ªa Washington por razones familiares a finales de octubre. Desde entonces se ha dejado querer por su partido: conversaciones privadas con Rajoy, silencios ante las reiteradas afirmaciones de algunos dirigentes de que ayudar¨ªa en la campa?a o que al final aceptar¨ªa ir de n¨²mero dos por Madrid. Al final, el que fuera vicepresidente y ministro de Econom¨ªa de Aznar ha dicho no -aunque en pol¨ªtica nunca est¨¢ dicha la ¨²ltima palabra- y probablemente en esa decisi¨®n haya influido tambi¨¦n la carga que representan Acebes y Zaplana para un eventual viraje del PP hacia una l¨ªnea m¨¢s de centro.
Resulta una l¨¢stima que Rato se automargine de la pol¨ªtica espa?ola, en la que no abundan actualmente grandes figuras. Las encuestas de opini¨®n le colocan por delante de Aguirre, Aznar, Gallard¨®n y Rajoy. En cualquier caso, este ¨²ltimo contar¨¢ a partir del lunes con el respaldo, te¨®ricamente un¨¢nime, del partido para conquistar La Moncloa, pero no estar¨ªa de m¨¢s que no se fiara ni de su sombra. Los aplausos de ahora podr¨ªan tornarse en pitos si los vientos de marzo no le son favorables.
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