Diez en arquitectura
Europa est¨¢ a la cabeza de los proyectos arquitect¨®nicos. Una generaci¨®n de profesionales ha tomado el relevo a las firmas m¨¢s prestigiosas y sus nombres se codean ya con los grandes del siglo XX. Los nuevos estudios buscan soluciones sostenibles antes que la fama.
Cuando Anne Lacaton y Jean Philippe Vassal recibieron el encargo de remodelar la plaza de L¨¦on Aucoc, una peque?a sombra en un barrio de Burdeos, fueron a ver el lugar. Observaron los alcorques de los ¨¢rboles, el polvo del pavimento. Se sentaron en los bancos, buscaron las papeleras, se fijaron en el grosor de la acera y, finalmente, presentaron un presupuesto para mantener en buen estado lo que hab¨ªa. ?se fue su dise?o: no intervenir. Dar un paso atr¨¢s en arquitectura es algo at¨ªpico. Pero contener la urgencia de dejar una huella en el territorio es a veces, y parad¨®jicamente, la condici¨®n indispensable para lograr, llegado el caso, dejar esa huella permanente, una construcci¨®n que termine por asimilarse a un lugar sin parecer impuesta. As¨ª, aunque todos los proyectos de esta pareja de arquitectos franceses conservan el patrimonio existente y aunque sus propuestas sean siempre econ¨®micas y siempre l¨®gicas, sus trabajos se leen hoy como revolucionarios. Y podr¨ªan verse como el estandarte de buena parte de la arquitectura que viene. La que, a falta de poder competir con los estudios de novecientos empleados que se reparten la construcci¨®n de las nuevas ciudades, compiten por la autor¨ªa de los museos del mundo y se disputan el rascacielos m¨¢s alto, se concentra en preocupaciones que devuelven a la arquitectura sus atributos m¨¢s b¨¢sicos.
A la estela de las dos grandes tendencias europeas, el modelo suizo -de formas sencillas y acabados exquisitos, discretos y con materiales duraderos, el cl¨¢sico de nuestro tiempo- y el modelo holand¨¦s -industrial, osado, r¨¢pido y eficaz-, aparece una voluntad de hacer callada, discreta, buscando m¨¢s solucionar que clasificarse. Es la apuesta de muchos de los j¨®venes ante el errante liderazgo de las estrellas. Nunca tan pocos arquitectos hab¨ªan construido tanto. Firmas como la de Norman Foster (que roza los 1.000 empleados) se reparten los mayores proyectos del mundo. As¨ª, a las nuevas generaciones les quedan cuatro opciones: llamar a la puerta de los grandes y subirse a uno de sus barcos; tratar inocentemente de emular su camino y lanzarse a construir en los nuevos territorios asi¨¢ticos; contentarse con las migajas o idear otras estrategias. Hemos elegido 10 estudios europeos internacionales con ideas propias. Est¨¢n los que, como los franceses Jacob & MacFarlane, empezaron por dentro y s¨®lo con gran cautela empiezan a sacar la cabeza fuera. Hay grupos, como OFIS, que en un pa¨ªs como Eslovenia, donde hab¨ªa mucho por hacer, han apostado por trabajar bien antes que r¨¢pido, y han cre¨ªdo que ser singular era m¨¢s importante que ser espectacular. Entre los holandeses, MVRDV y UN-Studio apuestan m¨¢s por preguntar que por responder. En Espa?a, Tu?¨®n y Mansilla no s¨®lo han tomado el relevo, sino que se han convertido en los arquitectos m¨¢s prometedores de nuestro pa¨ªs. Ellos, como los hermanos portugueses Aires Mateus, tambi¨¦n han elegido la t¨¦cnica del paso atr¨¢s. De buscar en el pasado antes de dar palos de ciego en el futuro. En Inglaterra ha sido una arquitecta, Sarah Wigglesworth, la que ha llevado nuevos aires a la construcci¨®n high tech. La sostenibilidad y la opci¨®n de hacer gran arquitectura desde la peque?a escala acerca al estudio londinense con el que en Praga lidera Ivan Kroupa, que ha sabido demostrar c¨®mo con tan s¨®lo una casa se puede obtener fama mundial.
Con ese material trabajan hoy los arquitectos en un momento sin l¨ªderes claros y con un mundo complejo y fr¨¢gil. Con todo, junto a estos 10 estudios, hay otros con ideas, preguntas y proyectos que no est¨¢n pidiendo paso. Est¨¢n avanzando. Y con su avance, cambian la arquitectura y el lugar donde vivimos.
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