Con la cabeza bien alta
Al iniciarse el curso pol¨ªtico, Joan Ignasi Pla ha afirmado que los socialistas valencianos pueden ir con la cabeza bien alta defendiendo su proyecto pol¨ªtico. Qu¨¦ duda cabe de que los socialistas valencianos pueden ir con la cabeza alta all¨¢ donde se presenten. Ahora, si de lo que se trata es de defender un proyecto pol¨ªtico, no estar¨ªa de m¨¢s que explicaran en qu¨¦ consiste ¨¦ste. Porque suponemos que no se tratar¨¢ del mismo proyecto que los valencianos ya rechazaron de forma mayoritaria en las pasadas elecciones regionales. Por desgracia, las declaraciones efectuadas por Joan Ignasi Pla durante los ¨²ltimos d¨ªas no han logrado aclararnos las cosas. No dir¨¦ que no hayan halagado a algunos seguidores incondicionales de su partido -siempre hay alguien dispuesto a aplaudir cuando se habla de la "derecha rancia"-, pero a los electores nos han servido de bien poco.
Para cualquier observador imparcial, el ¨²nico discurso pol¨ªtico efectivo en la Comunidad Valenciana es, en estos momentos, el del Partido Popular. Con independencia de la opini¨®n que pueda merecer a cada cual, no cabe dudar de su utilidad. Francisco Camps ha elaborado un sucinto catecismo en el que, de un modo claro y contundente, se resume toda la oposici¨®n al Gobierno de Madrid. El m¨¦rito de Camps no ha consistido s¨®lo en idear estas consignas, sino en lograr que sus consejeros las repitan en cuanta ocasi¨®n se presente, vengan o no a cuento. Tuve curiosidad por averiguar cu¨¢nto tardaba un reci¨¦n llegado a la pol¨ªtica, el nuevo consejero de Obras P¨²blicas, en aprender la lecci¨®n. Fueron diez d¨ªas. Al cabo de ese tiempo, el se?or Flores ya entonaba el "Zapatero no invierte en la Comunidad Valenciana" como si se tratase del estribillo de la ¨²ltima canci¨®n de moda.
Ante una situaci¨®n tan contraria a sus intereses, cabe preguntarse qu¨¦ han hecho los socialistas valencianos para oponerse a ella. Al d¨ªa de hoy, no parece que hayan encontrado todav¨ªa la f¨®rmula para enfrentarse con ¨¦xito al Partido Popular. Admitamos que no se trata de una tarea sencilla. La intensa presi¨®n mantenida por los populares ha obligado al PSPV a mantenerse a la defensiva en todo momento. Los socialistas se han visto obligados, una y otra vez, a dar explicaciones para defender al Gobierno central. Dar explicaciones es una labor inc¨®moda; coloca al que ha de darlas en una posici¨®n de inferioridad que resulta molesta. Si uno pretende, adem¨¢s, lograr la atenci¨®n del p¨²blico, la tarea es poco menos que imposible. El p¨²blico siempre escucha con mayor inter¨¦s las cr¨ªticas que las exculpaciones. El resultado es que cada d¨ªa que pasa crece entre la poblaci¨®n el convencimiento de que el Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero castiga a la Comunidad Valenciana.
Todo este fen¨®meno, que uno puede seguir a diario en las p¨¢ginas de la prensa, refleja la disposici¨®n con que cada partido vive la actividad pol¨ªtica. Son, no hace falta decirlo, dos estados de ¨¢nimo muy diferentes. De lado del Partido Popular, se adivina la confianza, la seguridad, la presunci¨®n y tambi¨¦n, cuando resulta necesario, el cinismo. Frente a ello, los socialistas se muestran retra¨ªdos y hacen gala de una pasividad alarmante. Intentan sacar la cabeza pero, por uno u otro motivo, no lo consiguen. Una y otra vez, su voz suena d¨¦bil o resulta impostada. Quiz¨¢ todo radique en el destinatario que cada uno busca para sus mensajes. Mientras el Partido Popular construye su campa?a -cargada de un enojoso victimismo, es cierto- sobre asuntos que afectan de un modo directo al ciudadano, ?a qui¨¦n se dirigen los socialistas?
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