Tancredi ha vuelto

El ex ministro Jordi Sevilla acaba de descartar la posibilidad de que el PSPV busque una salida al muermo antes de las elecciones generales mediante un congreso extraordinario. Tampoco se sabe si ¨¦l lo prefer¨ªa as¨ª, pero los que desde siempre est¨¢n en el tejemaneje s¨®lo contemplaban ese escenario. Prefieren resolver la crisis seg¨²n la cultura que le es propia a la organizaci¨®n, es decir, un castizo apa?o en el que, como si fuera una extrapolaci¨®n metaf¨ªsica de la caldera de Gilet (que es el extracto gastron¨®mico del congreso de Alicante), haya de nuevo para todos y permita mantener todas las componendas que ha estructurado el colectivo de intereses org¨¢nicos que apelmaza al partido. El p¨ªcaro Tancredi ha vuelto a espolear la fina melancol¨ªa del pr¨ªncipe Di Salina. Y ah¨ª est¨¢ de nuevo el gatopardesco Josep M. Catalu?a, quien ha jurado que se llevar¨¢ todos los secretos del PSPV a la tumba (y m¨¢s le vale al electorado que as¨ª sea). Incluso, ofreci¨¦ndose para liderar esa nueva etapa, el ojival Joaquim Puig (quien ha pasado tanto tiempo en el Palau de la Generalitat que aparece en los murales de los estamentos del Sal¨® de Corts de Joan de Sari?ena). La vieja treta de que quien se postula acaba formando parte de la ejecutiva se renueva y, a la vez, revela la trampa en la que se est¨¢ convirtiendo un proceso que ten¨ªa que sacudir al partido de su coma electoral y desarraigarlo de la oposici¨®n, que es su ecosistema natural desde 1995. De nuevo, la soluci¨®n a la crisis que se perfila es la f¨®rmula que ha propiciado la crisis. Un modelo en el que el reparto ciega cualquier posibilidad real de cambio. Porque lo sustancioso es el control de la estructura y no la seducci¨®n del voto. Este sistema, en el que la aritm¨¦tica interna consume m¨¢s energ¨ªas que la reflexi¨®n hacia fuera, no s¨®lo ha alejado al partido de la realidad sino que ha acabado priv¨¢ndole de la aportaci¨®n de quienes en otro tiempo le suministraron ideas y papeles de futuro. Pero como para el c¨ªnico y voraz Tancredi, el futuro s¨®lo es el pasado envuelto con una casaca garibaldina. ?Una sola candidatura que aglutine, como se repite con postizo altruismo? Mejor dos y que la alternativa rompa la estructura en pedazos. A no ser que a lo ¨²nico que aspira el PSPV es a aglutinar masocas electorales. Porque el amplio electorado que en tiempos lejanos le dio mayor¨ªas se encuentra c¨®modo al otro lado del abismo.