Alonso, el gran estratega
Alonso ha completado una semana estupenda en Monza. Nada m¨¢s llegar al circuito se supo que hab¨ªa colaborado con la Federaci¨®n Internacional de Automovilismo en favor de la salud del deporte y durante el fin de semana result¨® inalcanzable en la pista, tanto en los entrenamientos como en la carrera italiana, que se adjudic¨® por vez primera en su vida. Al bicampe¨®n ya s¨®lo le quedan cinco trazados en el mundo por conquistar al tiempo que va recortando la diferencia con su compa?ero de equipo y rival, Lewis Hamilton, en su empe?o por alcanzar el tercer t¨ªtulo consecutivo. A falta de cuatro pruebas, se ha situado a tres puntos cuando la desventaja lleg¨® a ser de 14 en Francia. La sensaci¨®n del circo es que el espa?ol ha alcanzado el momento decisivo en las mejores condiciones, como corresponde a los elegidos para la gloria, a los que marcan las diferencias en los deportes m¨¢s exigentes, como la f¨®rmula 1.
El piloto espa?ol gana en Monza y se coloca a tres puntos de Hamilton, segundo, a falta de cuatro carreras para finalizar el campeonato - El brit¨¢nico protagoniz¨® la maniobra de la carrera despu¨¦s de adelantar a Raikkonen, tercero en el feudo de Ferrari - La FIA resolver¨¢ el pr¨®ximo jueves el caso de espionaje de McLaren
El protagonismo del espa?ol es tan absoluto que ha generado la sensaci¨®n de que si no revalida el t¨ªtulo ser¨¢ por culpa de su escuder¨ªa. La indiferencia, por no decir desprecio, con que Alonso rechaz¨® la felicitaci¨®n de Ron Dennis en la meta expres¨® el distanciamiento entre el piloto y el patr¨®n.
McLaren Mercedes se ha convertido en el saco de todos los golpes y en una v¨¢lvula de escape para que Ferrari pueda disimular sus males y la irregularidad de un piloto tan r¨¢pido como Raikkonen. Nadie repara en las clasificaciones que el equipo brit¨¢nico domina ampliamente, ni tampoco en el cuarto doblete del a?o que consigui¨® en Italia, sino en las cuitas que amenazan con descuartizarlo a partir del pr¨®ximo jueves, cuando la FIA se reunir¨¢ para evaluar la acusaci¨®n de espionaje que pesa sobre varios empleados de Woking.
Alonso se ha desmarcado del equipo a cambio de cumplir con las exigencias de una federaci¨®n con la que hasta el momento se llevaba especialmente mal, circunstancia que ha abundado en su distanciamiento con McLaren e incidido en el ego¨ªsmo de los grandes campeones y su manera de entender la ¨¦tica deportiva. El asturiano se maneja especialmente bien en las situaciones confusas hasta el punto de que a veces parece convenirle fomentarlas. A m¨¢s revuelo, su triunfo resulta incontestable. As¨ª ocurri¨® en Monza para desdicha de los tifosi, decepcionados nuevamente por una nueva retirada de Felipe Massa y escocidos por el adelantamiento de Hamilton sobre Kimi Raikkonen.
Frente a la ira de Alonso, Hamilton va de chico bueno de la pel¨ªcula. Atiende los deseos de Dennis, guarda los modales y compite de forma excelente, y sorprendente si se tiene en cuenta que es un debutante. Nuevamente exigido, el brit¨¢nico fue el ¨²nico que se asom¨® por los dominios de Alonso, ni que fuera en la salida o despu¨¦s de la intervenci¨®n del safety car, y protagoniz¨® la maniobra de la jornada cuando super¨® a Raikkonen para recuperar una segunda plaza que le mantiene como l¨ªder del Mundial. Nadie se plante¨® sancionarle cuando se toc¨® con Massa en la salida. La formalidad sobresale en Hamilton frente a la incomodidad de Alonso, rey de la estrategia dentro y fuera de la pista, tanto que los cr¨ªticos le toman por un maquiav¨¦lico. Acostumbrado a batirse con Michael Schumacher, cualquier rival le parece de momento menor a Alonso. De la misma manera que el asturiano es el mejor piloto de la parrilla, Hamilton es, en cualquier caso, el ¨²nico que puede discutirle el t¨ªtulo hasta la carrera de Brasil que cerrar¨¢ el campeonato el 21 de octubre, prueba evidente de la superioridad de McLaren sobre las dem¨¢s escuder¨ªas, y especialmente de Ferrari, que llegaba a su territorio despu¨¦s de conquistar Turqu¨ªa.
No es extra?o que, llegados a tal punto, Alonso reclame igualdad de trato con Hamilton, porque sabe del inter¨¦s del equipo por un triunfo de un brit¨¢nico. Una tarea complicada para Dennis, siempre bajo sospecha. Ante un escenario tan apasionante, no hay tregua posible, de manera que para el jueves se espera la resoluci¨®n de la FIA y el domingo aguarda la carrera del m¨ªtico circuito de Spa.
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