La xenofobia prende en Suiza

Algunos humoristas locales hablan ya de la crisis de las ovejas, en referencia a la propaganda electoral visible en todas las calles de Suiza estos d¨ªas. En el mencionado cartel puede verse a tres de estos animalitos, situados encima de una bandera suiza, dando una patada con sus extremidades traseras a una oveja negra, a la que echan del cuadro. Con este p¨®ster, en apariencia inocente, lleg¨® la tormenta al habitualmente tranquilo pa¨ªs alpino.

El dibujo en cuesti¨®n no es m¨¢s que el ¨²ltimo cap¨ªtulo de una larga cadena de provocaciones desplegadas por el SVP-UDC (Partido Popular de Suiza), la formaci¨®n nacionalista del caudillo derechista Christoph Blocher. Lo que marca la diferencia con otras campa?as del mismo signo que puedan existir en Europa es que el hombre que dirige este partido no es un ultra ni un exaltado mesi¨¢nico, sino un poderoso y brillante industrial de Z¨²rich que ocupa el puesto de consejero federal (equivalente a ministro) de Justicia y Polic¨ªa.

La oveja negra no ser¨ªa otra cosa que la obvia met¨¢fora elegida por el SVP-UDC para simbolizar a los "delincuentes extranjeros" que, seg¨²n ellos, "abusan del sistema, haraganean y trafican con drogas" en Suiza. Unos extranjeros indeseables a los que el partido de Blocher, capitaneado por su presidente, Ueli Maurer, desea ver deportados cuanto antes.

El mensaje cala hondo entre sus paisanos, dado que el SVP-UDC es el que posee el mayor n¨²mero de esca?os en el Parlamento, con casi el 30% de votos. Habr¨¢ que ver qu¨¦ sucede en las elecciones parlamentarias del pr¨®ximo 21 de octubre.

La campa?a, que ha incluido el env¨ªo puerta a puerta de sus propuestas, ha llamado la atenci¨®n incluso de las Naciones Unidas. El relator especial para Racismo de la ONU, el senegal¨¦s Doudou Di¨¨ne, se ha visto forzado a alertar a las autoridades sobre el peligro de "derivas xen¨®fobas" en un pa¨ªs que se enorgullece de ser sede de organismos internacionales como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos o la Cruz Roja Internacional.

'Guerra de las ovejitas'

La guerra de las ovejitas es una piedra m¨¢s de un edificio que incluye propuestas como la prohibici¨®n de construir minaretes en las mezquitas helv¨¦ticas, castigar con la deportaci¨®n a toda la familia de un criminal extranjero menor de edad o la derogaci¨®n de las leyes que proh¨ªben un discurso racista, ya que atentar¨ªa contra "la libre expresi¨®n", seg¨²n los miembros de esta formaci¨®n.

Igualmente, cabe mencionar la ya c¨¦lebre campa?a de 2004 que mostraba manos negras, amarillas y morenas aferrando ¨¢vidamente pasaportes suizos, en clara referencia al riesgo de invasi¨®n de un pa¨ªs que cuenta ya con el m¨¢s elevado porcentaje de extranjeros de Europa. Baste recordar que s¨®lo en la ciudad de Ginebra, m¨¢s del 40% de los residentes no han nacido en Suiza, pa¨ªs que a¨²n hoy alberga a unos 120.000 espa?oles.

Del 22% de extranjeros que viven en este pa¨ªs, los que cumplen el rol de ovejas negras a ojos de los votantes del SVP-UDC suelen ser los inmigrantes procedentes de la ex Yugoslavia, o de pa¨ªses balc¨¢nicos, llegados a Suiza tras la guerra que asol¨® aquella regi¨®n en los a?os noventa. Igualmente, son mal vistos turcos, africanos -a quienes se asocia sistem¨¢ticamente al tr¨¢fico de drogas- y musulmanes en general, a pesar de que puede decirse que este colectivo se encuentra mucho mejor integrado en este pa¨ªs que en otras naciones del entorno. Igualmente, las huestes de Blocher denuncian que el 70% de los presos en las c¨¢rceles suizas son extranjeros o demandantes de asilo, al igual que suelen ser de origen extranjero los delincuentes sexuales, que han dado mucho que hablar a los medios de comunicaci¨®n suizos en los ¨²ltimos dos a?os.

Otro esc¨¢ndalo reciente es el que implic¨® a Giuliano Bignasca, l¨ªder de la Lega Ticinese, en el cant¨®n de habla italiana, quien critic¨® airadamente que en la selecci¨®n de f¨²tbol hubiera tres africanos, hecho en su opini¨®n inaceptable dado que "Suiza no tuvo un pasado colonial". El pol¨ªtico ultra lleg¨® a sugerir ir¨®nicamente que el anteriormente mencionado Dou-dou Di¨¨ne fuera nombrado "entrenador del equipo nacional", con la imaginable avalancha de cr¨ªticas por parte de prensa y opini¨®n p¨²blica.

Seg¨²n diversos observadores, "todo este debate no refleja ninguna excepci¨®n, lo ¨²nico excepcional es que en Suiza se habla abiertamente de problemas que afectan a casi todos los pa¨ªses de Europa".

Da?o incalculable

Por su parte, un alto cargo de la Administraci¨®n comentaba a este diario, bajo promesa de anonimato, que "toda esta situaci¨®n, y la atenci¨®n internacional que est¨¢ trayendo, est¨¢n haciendo un da?o incalculable a la imagen de Suiza".

Visto el enorme peso del SVP-UDC en el mapa pol¨ªtico local las cartas parecen estar ya echadas, pero el electorado se enfrenta a un gran dilema ante las votaciones del 21 de octubre pr¨®ximo. ?ste podr¨ªa resumirse as¨ª: dejar que Blocher siga formando parte del Ejecutivo y sea presidente de la Confederaci¨®n Helv¨¦tica en 2009 (es un cargo rotatorio) o sacarle del Gobierno. La opci¨®n de un Blocher presidente de Suiza no parece demasiado grata a ojos de la mayor¨ªa de ciudadanos, pero la otra opci¨®n podr¨ªa ser a¨²n peor.

En un reciente debate televisivo, el caudillo de Z¨²rich advirti¨® claramente: "Ser¨¦ a¨²n m¨¢s peligroso fuera del Gobierno, porque ahora conozco desde dentro los mecanismos del poder".