Bien por la alcaldesa

La alcaldesa de Lizarza ha tenido la honradez y el valor de colocar la bandera de Espa?a en el lugar que le corresponde en el municipio que gobierna. Y, como era de esperar, la brutalidad y la nauseabunda cobard¨ªa de la barbarie proetarra la han insultado y amenazado de muerte, sin que semejante atropello haya encontrado la respuesta legal que corresponde.

Es muy triste que la ley y la honradez en el Pa¨ªs Vasco tengan que ejercerse desde el hero¨ªsmo y que los que atropellan tales principios lo puedan hacer desde la impunidad m¨¢s absoluta. Acaso sea por esa inaudita impunidad por donde respira tanto fanatismo, y sin duda ello es lo que arma de brutalidad a tantos cobardes, los mismos cobardes que si vieran desmoronarse tan absurda impunidad, desaparecer¨ªan por las alcantarillas, como las ratas. Quien afirma todo esto lo hace desde la certeza de que el d¨ªa que la ley se aplique de verdad y con firmeza en tales escenarios, esos escenarios habr¨¢n dejado de ser una pesadilla para las gentes de bien.

Entretanto, deseo manifestar mi admiraci¨®n y respeto por do?a Regina Otaola y mi m¨¢s absoluto desprecio para quienes tanto da?o hacen parapetados tras la crueldad, la sinraz¨®n y el vandalismo.