Una hora huyendo de la muerte
El toro de la Vega cay¨® asaeteado en el campo tras el recorrido entre lanceros y caballos en las pol¨¦micas fiestas de Tordesillas
La cr¨®nica oficial, es decir, la versi¨®n del Ayuntamiento de Tordesillas, dice que este a?o el famoso Toro de la Vega ha muerto de dos lanzadas. Las fotos revelan alguna m¨¢s. Tambi¨¦n se cuenta que esta sangrienta tradici¨®n tiene su origen en tiempos de Juana la Loca. Y bien puede ser.
El parecido con las despiadadas costumbres de aquellas ¨¦pocas es innegable. Docenas de lanceros a pie y a caballo persiguen al animal, lo rodean, lo acosan y lo matan como mejor pueden, que siempre es de mala manera.
La Junta de Castilla y Le¨®n tiene declarado el festejo de Inter¨¦s Tur¨ªstico Regional
Envuelto en la pol¨¦mica a?o tras a?o, los lugare?os apenas dejan que los medios de comunicaci¨®n graben el torneo y mucho menos que se acerquen al animal cuando hinca las rodillas en tierra para morir. Permiten que las lanzas medievales le atraviesen el costado, pero no que le alcancen las miradas cr¨ªticas, ni siquiera las curiosas. Manda la tradici¨®n y es dif¨ªcil que un pueblo se apee de ella. No hay argumentos. "Siempre ha sido as¨ª. Si tan salvaje les parece, por qu¨¦ no proh¨ªben las corridas de toros", contesta una mujer al que pregunta.
Las respuestas no tienen un recorrido muy largo. Tampoco lo es el que hace el toro minutos antes de morir, aunque al animal debe hac¨¦rsele eterno. A las 11 en punto de la ma?ana Enrejado sali¨® ayer perezoso entre una multitud bullanguera vestida al modo pamplonica y armada de garrotas. Tard¨® casi una hora en morir. Defendi¨® sus 520 kilos calles abajo y cruz¨® el puente sobre el Duero, protegido por talanqueras. Pero, ay, este encierro no acababa en la plaza, sino en un recinto vallado en medio del campo. El toro no logr¨® huir entre los pinares. Lo que no pudieron sus cuernos, pudo la multitud desaforada, que arranc¨® la valla para salir despavorida.
Ya era tarde para Enrejado. La marabunta de lanceros lo ten¨ªa acorralado en una polvareda irrespirable y alguna puya se hab¨ªa clavado en la piel del animal.
Se refugi¨® en un rinc¨®n de la finca y a¨²n resisti¨® algunos minutos m¨¢s, hasta que la lanza de Jos¨¦ ?ngel Gonz¨¢lez qued¨® clavada en la barriga del animal. Sin contemplaciones. La jabalina se rompi¨®. El jinete ech¨® pie a tierra con otra lanza prestada y all¨ª remat¨® la faena. Manda la tradici¨®n que el que asesta el primer golpe es el que gana el derecho a matar. Ayer nadie ten¨ªa duda de que el jinete salmantino tocado con un casco ten¨ªa merecido tan denostado honor. Es la primera vez en la historia que un mozo de fuera gana la lanza de oro por semejante haza?a y la alcaldesa lo hizo notar como muestra, dijo, del aperturismo que vive el festejo.
El ganadero de San Mu?oz (Salamanca) no cab¨ªa en s¨ª de gozo. Corto de palabras, agradeci¨® a los tordesillanos que hubieran colaborado con ¨¦l en la matanza y prometi¨® repetir al a?o que viene para devolver el favor. En su pica al cielo luc¨ªa el rabo de Enrejado y los aplausos le acompa?aron la calle San Antol¨ªn arriba hasta llegar a la plaza mayor y subir al balc¨®n. Como si hubiera ganado la Vuelta ciclista. Asustado ante la multitud, poco m¨¢s tarde dec¨ªa que no es al toro a lo que ¨¦l tiene miedo, sino a los micr¨®fonos y a las c¨¢maras.
Lo mismo, entonces, que los lugare?os que le ayudaron a lancear y que impidieron a voces y empujones que los medios pudieran registrar los ¨²ltimos momentos de la muerte en el campo. Sobre el animal herido de muerte se echaron los vecinos. Dicen que le apuntillaron, que muri¨® sin sufrimiento. No debieron contar el que pas¨® hasta que perdi¨® el rabo para adornar los 30 cent¨ªmetros de acero del campe¨®n.
El toro de la Vega fue valiente, dijo la alcaldesa, Mar¨ªa del Milagro Zarzuelo. Prueba de ello es que lo mataron a caballo, cuando lo normal es que lo hagan los lanceros a pie. Fue valiente pero no tuvo suerte. Este a?o le tocaba morir al toro que corrieron el d¨ªa anterior, pero el pueblo habl¨®, y dijo que era demasiado manso para enfrentar la valent¨ªa de los medievales lanceros. As¨ª que sacaron al sobrero.
El torneo rezuma un inconfundible aroma a hombr¨ªa mal entendida, que en otros tiempos acababa con la corta de los test¨ªculos del toro ca¨ªdo. Quiz¨¢ las protestas y los focos contanstes sobre la tradici¨®n m¨¢s salvaje de este precioso pueblo en el coraz¨®n de Castilla han limado algunos detalles escabrosos. Un reglamento ha fijado algunos l¨ªmites, de los que se congratula la alcaldesa, que recuerda que no han perdido la divisa de Inter¨¦s Tur¨ªstico Regional que les concede la Junta.
Torneos del siglo XXI
S¨®lo hay que escribir en el buscador Google las palabras Tordesillas y toro para que el lector encuentre cr¨ªticas a esta tradici¨®n. ?Qu¨¦ opinan en el Ayuntamiento? "A los que lo critican les digo que vengan y la vean", dijo ayer la alcaldesa, Mar¨ªa del Milagro Zarzuelo.
El delicado equilibrio entre tradici¨®n y brutalidad ha logrado salidas dignas en pueblos que viv¨ªan bajo el estigma de la salvajada. Ya no se tira la cabra desde el campanario de Manganeses de la Polvorosa (Zamora), pero otros animales caen desde lo m¨¢s alto de la iglesia y algunos ayuntamientos han sido sancionados por ello. En ocasiones el animal que iba a ser maltratado se sustituye por uno ya muerto. Pero son muchos los festejos en los que a¨²n sale malparado un toro.
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