Recordando al maestro
Cuatro grandes solistas, algunos de los m¨¢s brillantes m¨²sicos de origen ruso en activo, se turnaron anoche en el escenario del Teatro Real para dar un concierto excepcional. Hubiera bastado la presencia aislada de cualquiera de ellos para justificar un programa normal, pero la ocasi¨®n ped¨ªa otra cosa: se trataba de rendir homenaje a la memoria de Mstislav Rostrop¨®vich, fallecido hace cinco meses. El concierto, organizado por Juventudes Musicales, fue presidido por los Reyes, los pr¨ªncipes de Asturias y los duques de Lugo. Mija¨ªl Rudy, Mischa Maisky y Yuri Bashment encabezaron el plantel de solistas, en el que el joven Serg¨¦i Krilov sustituy¨® a Maxim Vengerov, un crack indiscutible del viol¨ªn que hab¨ªa sido anunciado en un primer momento. Rudy es un gran virtuoso del piano, que debut¨® en Occidente junto a Rostrop¨®vich e Isaac Stern con el Triple Concierto de Beethoven en 1979. Maisky fue disc¨ªpulo del homenajeado y su m¨¢s se?alado sucesor en el arte del violonchelo. Yuri Bashment, una eminencia con la viola, colabor¨® tambi¨¦n con el maestro. Ver actuar juntos a estos artistas es totalmente inusual, salvo a los tres primeros cuando hacen m¨²sica de c¨¢mara junto al violinista lituano Gidon Kremer. Pero no como solistas de concierto.
El plato fuerte de la velada era sobre el papel el Concierto n¨²mero 1 de Chaikovski, caballo de batalla de los grandes pianistas y del propio Rudy. Pero al ruso afincado en Francia le cost¨® ayer encontrar su color y las frases justas en el magn¨ªfico tejido orquestal que le ofreci¨® la Sinf¨®nica de Madrid, dirigida por Jes¨²s L¨®pez Cobos. Qued¨® de su interpretaci¨®n sobre todo el recuerdo de sus potent¨ªsimas octavas y la delicadeza de algunos pasajes l¨ªricos, que prolong¨®, a modo de propina, con una versi¨®n m¨¢s preciosista que emotiva del Nocturno en re mayor, opus 27, de Chopin.
La m¨²sica creci¨® mucho en la segunda parte con la Sinfon¨ªa Concertante en mi bemol de Mozart, la ¨²nica incursi¨®n de la noche fuera del territorio rom¨¢ntico. Krilov y Bashment, como solistas, matizaron y dieron sonidos bell¨ªsimos a la partitura, siempre con el apoyo del gran estilo marcado por L¨®pez Cobos. El p¨²blico se puso en pie para aplaudirles.
Las grandes emociones llegaron, sin embargo, de la mano de Mischa Maisky, lo que no resulta extra?o dado el car¨¢cter del homenaje. Con el aria de Lenski de la ¨®pera de Chaikovski, Eugene Oneguin, vino a demostrar en la pr¨¢ctica el dicho de que el violonchelo es el instrumento m¨¢s pr¨®ximo a la voz humana. Cerr¨® con Kol Nidrei, la canci¨®n de la fiesta jud¨ªa del Yom Kipur, orquestada por Max Bruch, un m¨²sico que, mientras no se demuestre contrario, era alem¨¢n y protestante. Fue una pieza favorita de Pau Casals, "el mayor violonchelista de la historia", seg¨²n dijo Rostropovich en un video proyectado al inicio del concierto.
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