Jarana derrochadora
En determinadas ocasiones, la tensi¨®n, la necesidad y la miseria acaban nublando la vista de tal modo, que la puerta a la esperanza abierta de par en par se convierte en la ca¨ªda en el hoyo por culpa de un comportamiento de encefalograma plano. Como el que llev¨® a cabo el batall¨®n del ej¨¦rcito colombiano que, tras descubrir 46 millones de d¨®lares de las FARC en un zulo en plena selva, decidi¨® repartir el bot¨ªn (hasta ah¨ª todo correcto) y desempolvar la jarana derrochadora en forma de coches de gama alta, ropa de dise?o y prostitutas de lujo. La cordura, vencida por goleada a manos del entusiasmo mal entendido. Un caso real narrado por el colombiano Rodrigo Triana en la estimable y jocosa So?ar no cuesta nada.
SO?AR NO CUESTA NADA
Direcci¨®n: Rodrigo Triana. Int¨¦rpretes: Juan Sebasti¨¢n Arag¨®n, Diego Cadavid, Manuel Jos¨¦ Chaves. G¨¦nero: comedia. Colombia, 2006. Duraci¨®n: 96 minutos.
A pesar de una fotograf¨ªa deplorable, sin matiz alguno, y de las evidentes limitaciones presupuestarias, Triana soluciona con dignidad las contadas escenas b¨¦licas del inicio, para pasar r¨¢pidamente a lo que realmente importa: la cantidad de estupideces que llegan a hacer los soldados (entre ellos, en plena selva, y posteriormente en la ciudad) tras encontrar el dinero. El retrato de caracteres, aun partiendo del estereotipo, resulta muy eficaz, y el tono elegido es sin duda el m¨¢s adecuado: una farsa de aire casi berlanguiano que sin duda remitir¨¢ al espectador a la impagable La vaquilla (1985).
Soldados de ficci¨®n que se quedan con un bot¨ªn en plena guerra hab¨ªamos visto varios (Los violentos de Kelly, Tres reyes), pero tan descerebrados, incre¨ªbles y lamentablemente reales como los de So?ar no cuesta nada, ninguno.
Babelia
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