Un sindicato agrario denuncia 30 casos de 'mobbing' rural

Se habla mucho de asedio laboral e inmobiliario, de hacer la vida imposible a un trabajador o a un vecino para que acabe abandonando su trabajo o su vivienda. Parece un fen¨®meno urbano, de ciudades aceleradas y fiebre constructora, pero el mobbing tambi¨¦n tiene una cara rural. Es lo que denuncia el sindicato de Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC), que esta semana ha hecho p¨²blicos una treintena de casos de payeses de Girona que sufren presiones para cerrar sus granjas. Muchas veces son las trabas administrativas o ambientales las que conducen al cierre, pero tambi¨¦n influye la actitud de los vecinos, cada vez m¨¢s opuestos a tener una explotaci¨®n ganadera al lado de su casa, aunque ¨¦sta se haya construido con posterioridad a la granja.

Uno de estos casos ser¨ªa el de un granjero de Campdev¨¤nol (Ripoll¨¨s), que tiene una explotaci¨®n de 300 cerdos y un centenar de cerdas reproductoras, al que le han dado un plazo de un a?o para que abandone su actividad. Seg¨²n JARC, el propietario se ha encontrado con centenares de carteles por todo el pueblo que le culpan de "malos olores". "Si decides irte al campo no puedes quejarte luego de los olores de purines y abonos. Es como estar en la ciudad y protestar por el ruido de los coches", afirm¨® el presidente de JARC en Girona, Pere Rubirola. "Si esto no es mobbing...", a?adi¨® Jack Massachs, veterinario del sindicato. Adem¨¢s de Campdev¨¤nol, hay otras poblaciones como Rab¨®s d'Empord¨¤, Ultramort, Riudellots de la Selva, Cornell¨¤ del Terri, Les Preses y Sant Esteve de Guialbes donde los campesinos reciben presiones.

Turismo rural

Toda la demarcaci¨®n cuenta con casos de acoso, pero la palma se la lleva la comarca del Baix Empord¨¤, una de las preferidas para la construcci¨®n de segundas residencias y turismo rural. Es precisamente la "voracidad" de las urbanizaciones la que da?a el sector. "Un pay¨¦s que lleva toda la vida en las afueras del pueblo ahora molesta por estar cerca de las casas, cuando son las urbanizaciones las que le han rodeado; la granja no se mueve", clam¨® Rubirola. "Hay trabas para las granjas, pero las administraciones dan facilidades a la hora de construir chalets", asegur¨® Massachs. El sindicato tambi¨¦n considera que hay "poca planificaci¨®n" a la hora de plantear infraestructuras como el AVE, que a menudo pasan por zonas rurales habitadas y obligan al cese de actividades agrarias.

Rubirola tambi¨¦n lamenta que no haya una normativa "concreta" para indemnizar econ¨®micamente a los payeses que se ven obligados a dejar la actividad. "Si se quiere cerrar una granja porque ha quedado en medio del pueblo, que le paguen en lugar de hacerle la vida imposible. Igual que se hace con cualquier otra industria", a?adi¨®.

Para "concienciar" sobre la situaci¨®n, el sindicato organiz¨® el viernes una jornada reivindicativa en Ultramort (Baix Empord¨¤). Acusaron al Ayuntamiento de proyectar una nueva urbanizaci¨®n a s¨®lo 80 metros de una granja existente.