"Ford necesita fabricar dos millones de coches en Europa para salvar EE UU"
Gonzalo Pino, secretario general de UGT en Ford, firm¨® el pasado 29 de agosto con John Fleming, presidente de Ford Europa, un acuerdo decisivo para el futuro de la factor¨ªa de Almussafes. Ford, que perdi¨® 9.800 millones de euros en todo el mundo en 2006, invertir¨¢ 425 millones de euros en maquinaria y nuevas herramientas para la planta valenciana entre 2008 y 2012. Pino ha viajado a Colonia una media de dos veces al mes durante los dos ¨²ltimos a?os para alcanzar el acuerdo. A veces v¨ªa Palma y Dusseldorf, a veces v¨ªa M¨¢laga, a veces para reuniones de apenas media hora. "Nos pusieron al l¨ªmite", confiesa.
Pero no ha perdido la sorna. A su favor jugaba una plantilla en la que el 80% de los trabajadores son afiliados a UGT, "un caso ¨²nico, a nivel alem¨¢n". En contra, las nuevas inversiones de Ford en Rumania, la desidia de alguna administraci¨®n, incluso zancadillas entre ejecutivos de la multinacional que defend¨ªan sus propias parcelas de poder.
"La clave del acuerdo ha sido que desarrollamos unas capacidades para el trabajo en equipo que van mucho m¨¢s all¨¢ de lo que exige la empresa"
"Una desgracia de varias multinacionales ha sido actuar bajo presi¨®n por pol¨ªtica antes que por razones de productividad"
Ahora, entre admirado y envidiado, anda explicando el acuerdo a toda la plantilla.
Pregunta. ?Qu¨¦ aporta Ford?
Respuesta. El compromiso de no llevarse ning¨²n producto sino de aportarlo. El acuerdo no nos garantiza cinco a?os de vida, sino muchos m¨¢s.
P. ?Qu¨¦ aportan los trabajadores?
R. Hemos aportado la mejor plantilla. La empresa tiene un modelo -el Ford Production System- que mide la calidad, la productividad, el ahorro o la seguridad de todas sus plantas de producci¨®n. Las miden y las colocan en un r¨¢nking para decidir d¨®nde deben invertir con mayor seguridad. Y esta planta tiene el r¨¢nking m¨¢s alto a nivel mundial.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque hemos desarrollado unas capacidades para el trabajo en equipo que van mucho m¨¢s all¨¢ de lo que la exige la empresa. Nos han puesto una herramienta en las manos y la hemos superado. Esa ha sido la clave del acuerdo. Ahora, con la herramienta puesta al d¨ªa, vamos a reducir el absentismo laboral y con toda seguridad vamos a ser los mejores del mundo.
P. Prima la competitividad...
R. Las cosas han cambiado mucho. Antes la empresa actuaba muchas veces por mantener un nivel de relaci¨®n pol¨ªtica. Hace a?os, la Generalitat socialista puso dinero a manta para montar aqu¨ª el motor Sigma. Cuando ya estaba en marcha los ingleses se llevaron todo, la maquinaria y el producto, materialmente todo. O el anterior motor I4, el que se monta en el Ka, que se lo llevaron a Sur¨¢frica para luego ensamblarlo aqu¨ª pudiendo montarlo a un kil¨®metro, la distancia entre la planta de motores y la cadena de montaje. Todo por razones pol¨ªticas. Una desgracia de varias multinacionales ha sido actuar bajo presi¨®n pol¨ªtica antes que por razones de productividad.
P. ?C¨®mo se mejora la productividad?
R. En la planta de motores, por ejemplo, trabajamos ahora con el nuevo I4, el que funciona con un 80% de etanol, que es un motor que despega lento. La plantilla est¨¢ a medio gas. Siempre ha trabajado a siete d¨ªas para producir hasta 450.000 motores al a?o. Ahora estamos a turno y medio y cinco d¨ªas a la semana para producir 200.000 motores. De modo que muchos trabajadores han participado en el montaje de la nueva maquinaria y ahora son expertos en motores y, adem¨¢s, en mantenimiento de la maquinaria, y eso es ahorro.
P. ?C¨®mo influye la competitividad sobre el empleo?
R. La plantilla de Almussafes lleg¨® a ser de 11.000 trabajadores en los a?os ochenta. Se han producido sucesivos recortes y ahora hay 6.200 trabajadores fijos y otros 1.200 a 1.300 con contratos de relevo que sustituir¨¢n a los jubilados. Pero el mensaje de este acuerdo para el resto del sector es que en Espa?a podemos seguir funcionando y que las situaciones de crisis no las deben pagar los trabajadores.
P. ?C¨²ando empez¨® la crisis?
R. SEAT fue el iceberg que destap¨® los problemas de la industria del autom¨®vil en 1992. Aqu¨ª tambi¨¦n atravesamos entonces una situaci¨®n muy compleja con un expediente para 1.200 trabajadores. Se negociaron recolocaciones y prejubilaciones. Se lleg¨® a un buen acuerdo entre la empresa y el comit¨¦. Al principio solo lo firm¨® UGT, pero luego CCOO lo asumi¨® como propio.
P. En 2000 se reprodujeron...
R. ... cuando se llevaron el Sigma hubo que jubilar a mil trabajadores y setecientos se recolocaron en otros departamentos lo m¨¢s afines posibles dentro de la empresa. Y lo logramos sin ning¨²n conflicto. Y eso era un debe para la compa?¨ªa. Cada vez que hemos aportado algo, les hemos trasladado un debe. Y ahora les hemos recordado los debe de 1992 y 2000.
P. ?Y Ford Europa los acepta?
R. Tenemos contacto con la empresa desde 1992 y nos hemos ganado su credibilidad. Siempre tenemos las puertas abiertas.
P. ?Hab¨ªa alg¨²n punto d¨¦bil?
R. Ford necesita fabricar dos millones de coches en Europa para salvar la situaci¨®n en Estados Unidos. Ahora produce 1.700.000 con toda su capacidad. Rumania viene a cubrir sus necesidades. Y en Rumania los salarios son la quinta parte que aqu¨ª.
P. ?Se ha sentido apoyado porFord Espa?a?
R. [El presidente de Ford Espa?a Manuel] Machado vende muy bien los coches pero muchas veces no sabe ni lo que dice. Ha llegado a decir barbaridades como que los trabajadores son muy caros. Solo sabe de log¨ªstica. Act¨²a como representante institucional de Ford y vende. Tenemos una cuota del 9% del mercado que est¨¢ muy bien.
P. ?Ha sentido alguna oposici¨®n interna?
R. Hemos notado un inter¨¦s porque saltara un conflicto aqu¨ª de parte de un sector de la empresa que tiene mucho que ver con Alemania.
P. ?Ha ejercido como mensajero del Gobierno o del Consell?
R. Hemos pedido a las administraciones que se volcaran. Pero con la Generalitat ha sido imposible hablar desde hace a?os. [Eduardo] Zaplana nos amenazaba cuando les ped¨ªamos algo. [Francisco] Camps responde de una manera distinta. 'No hay problemas', dice. Y no entienden que nosotros necesitamos que la administraci¨®n haga lo mismo que hacen en B¨¦lgica en Alemania o en Inglaterra, donde los ministros se meten en las plantas de producci¨®n para demostrar c¨®mo les importan.
P. Camps viaj¨® a Detroit...
R. Poco antes de las elecciones auton¨®micas Camps anunci¨® que iba a entrevistarse con la direcci¨®n mundial de Ford en Detroit. Cuando lleg¨®, se entrevist¨® con un se?or que se jubilaba al d¨ªa siguiente. No s¨¦ que gestionaron, pero s¨¦ que Ford nunca tuvo prevista una reuni¨®n con Camps sobre producto e inversiones.
P. ?Y el Gobierno?
R. Nos entrevistamos con [el ministro de Industria Jos¨¦] Montilla, le pedimos una reuni¨®n con [Manuel Fern¨¢ndez] Lito y Conrado [Hern¨¢ndez, secretarios de las federaciones estatal y auton¨®mica del metal de UGT]. Nos vimos varias veces con Joan Trullen, el secretario de Estado. El Gobierno demostr¨® preocupaci¨®n e inter¨¦s. Invitamos al ministro a visitar Ford, a que demostrara que no s¨®lo le importaba SEAT. El relevo en el ministerio retras¨® la visita un tiempo precioso, pero finalmente Joan Clos vino a Almussafes.
P. ?Se entrevist¨® Clos con Fleming?
R. Fleming estaba en Pek¨ªn cuando Clos vino a Almussafes. Pero Clos y Fleming se reunieron hace dos meses.
P. Asume usted mucha responsabilidad en este acuerdo.
R. Debo garantizar que no haya conflicto, es la ¨²nica forma de garantizar Almussafes en una empresa que est¨¢ cerrando 40 plantas en Estados Unidos. No hemos negociado buenas intenciones, sino cosas muy claras.
P. ?Ha habido renuncias?
R. No renunciamos a nada. Pero dejemos clara cual es la situaci¨®n: en Alemania IG Metall pacta una subida salarial un punto por debajo del IPC para cinco a?os. Y est¨¢n dispuestos a aumentar la jornada. Ford quer¨ªa ir a una jornada de nueve horas y hemos acordado que ni ellos pedir¨¢n nueve horas ni nosotros una reducci¨®n de jornada. As¨ª evitamos el conflicto.
P. ?Y el pr¨®ximo convenio?
R. A principios de 2009 negociaremos el nuevo convenio. Ford siempre pide un subida salarial de un punto por debajo del IPC. Nosotros aceptaremos el IPC siempre que se mantenga la cl¨¢usula de revisi¨®n salarial. En general, 't¨² no pidas m¨¢s y yo no te pedir¨¦ menos'.
P. ?Hay oposici¨®n sindical al acuerdo?
R. Hace dos a?os lo discutimos en varios reuniones del comit¨¦ de empresa. Nosotros decidimos acudir a la empresa a pedir una alternativa al Ka. CC OO y los otros grupos del comit¨¦ optaron por esperar, la situaci¨®n era tan cr¨ªtica que prefirieron esperar a que la empresa hiciera algo. Nosotros mir¨¢bamos a largo plazo y ellos estaban en el momento. Y el empleo era el objetivo clave.
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