?En tu casa o en la m¨ªa?
El autor afirma que est¨¢ fraguando un pacto en Andaluc¨ªa para garantizar una vivienda a familias que ingresan menos de 3.000 euros al mes
La iniciativa de la Junta de Andaluc¨ªa para garantizar, mediante una Ley, el derecho constitucional a la vivienda ha suscitado reacciones encontradas. El escepticismo de muchos, el rechazo de otros, es verdad. Pero creo que los ciudadanos, m¨¢s interesados en sus problemas cotidianos que en las refriegas pol¨ªticas, habr¨¢n dicho: hac¨ªa falta.
Hac¨ªa falta porque la situaci¨®n de la vivienda ha alcanzado una situaci¨®n dif¨ªcilmente sostenible, con millones de ciudadanos, especialmente j¨®venes, que se ven incapaces de desarrollar su proyecto de vida y formar un hogar con quien lo deseen. La iniciativa de mi Gobierno pretende garantizar una vivienda a precio asequible, en r¨¦gimen de venta o alquiler, a los residentes en Andaluc¨ªa que carezcan de ella y tengan una renta familiar inferior a los 3.000 euros brutos mensuales. ?ste no es un tope fijado caprichosamente por la Junta de Andaluc¨ªa, sino el establecido por el Plan Nacional de Vivienda para los beneficiarios de viviendas protegidas. El objetivo es que la hipoteca no se lleve m¨¢s de un tercio de los ingresos familiares al mes, un cuarto en el caso de alquiler.
S¨¦ que a los ciudadanos les irrita que, ante asuntos como ¨¦ste los responsables p¨²blicos nos tiremos los trastos a la cabeza, sin aportar soluciones. Por ello he lanzado esta ley: para que los andaluces puedan exigir a su Gobierno que solucione los problemas de la vivienda. No me interesa, pues, endosar a nadie esta cuesti¨®n, sino contribuir a resolverla. Pero hay que explicar el origen del encarecimiento descabellado de los pisos. Contrariamente a lo que algunos desean hacer ver, la subida de los tipos de inter¨¦s afecta limitadamente al precio final de la vivienda. Es m¨¢s, conviene recordar que el Eur¨ªbor se ha situado en este mes de septiembre en el mismo tipo que exist¨ªa en el a?o 2000, sin que el Gobierno de entonces moviera un m¨²sculo para aliviar la carga de las hipotecas. Es m¨¢s, era tal la insensibilidad de aquel Gobierno ante la cuesti¨®n, que ante las voces que alertaban sobre la escalada de precios del mercado hipotecario, Aznar y sus ministros aseguraban sin rubor que si los pisos sub¨ªan es porque los espa?oles pod¨ªan pagarlos.
La realidad era muy otra: con el PP en el poder, la vivienda se encareci¨® a un ritmo de hasta el 20,6% al a?o, acumul¨¢ndose en todo el per¨ªodo un crecimiento del 110%, casi cuatro veces m¨¢s de lo que subieron los salarios de los espa?oles (29,6% entre 1996 y 2004). Todo ello fruto de una equivocada pol¨ªtica liberalizadora, que despreciaba el uso social del suelo. Esa es la herencia recibida en materia de vivienda. Eso era el "Espa?a va bien".
As¨ª pues, la insistencia del PP en subvencionar las hipotecas, a trav¨¦s de ayudas fiscales, no s¨®lo es hip¨®crita (nada hicieron ellos cuando los tipos eran notablemente m¨¢s elevados) sino que no resolver¨ªa la cuesti¨®n de fondo. En los a?os durante los cuales los tipos de inter¨¦s han estado en m¨ªnimos hist¨®ricos, el problema de la vivienda no s¨®lo no se ha resuelto, sino que se ha agravado.
La nueva Ley que hemos planteado se desenvolver¨¢ en un contexto concreto: nuestra intenci¨®n es que en los pr¨®ximos diez a?os se construyan en Andaluc¨ªa 700.000 viviendas, de las cuales 300.000 ser¨¢n de protecci¨®n oficial.
La ley que proponemos no es una medida aislada ni improvisada. Al contrario, es la continuaci¨®n de un trabajo sostenido: en los ¨²ltimos a?os, hemos fijado, a trav¨¦s de la Ley de Ordenaci¨®n Urban¨ªstica, una reserva obligatoria destinada a la construcci¨®n de vivienda protegida del 30% de los nuevos suelos residenciales. Hemos aprobado una Ley de Vivienda Protegida y el Plan de Ordenaci¨®n Territorial ha marcado los par¨¢metros de un desarrollo equilibrado y sostenible de nuestras ciudades.
Es evidente que esta iniciativa pol¨ªtica ha logrado situarse en el centro de un debate nacional. Sin duda, es algo que preocupa a nuestros rivales pol¨ªticos, que enseguida han tildado la medida de electoralista. En realidad, la respuesta les delata a ellos: cuando se habla de vivienda, ellos piensan en las elecciones. ?No habr¨¢n aprendido algunos, despu¨¦s de su gesti¨®n entre el 11 y el 14 de marzo de 2004, que obsesionarse con el resultado de las elecciones es la v¨ªa m¨¢s segura para perderlas?
Entiendo que muchos no compartan nuestro objetivo, y sigan pensando que si el precio de la vivienda sube es porque los espa?oles pueden pagarla. Menos comprensible resulta que, desde algunas comunidades aut¨®nomas, hayan puesto el grito en el cielo por venir esta iniciativa de donde viene: Andaluc¨ªa, a la que, parece mentira, todav¨ªa hay quien pretende tener relegada en el rinc¨®n olvidado de la Espa?a pobre. Quienes as¨ª piensan, demuestran que ni conocen la Andaluc¨ªa de hoy ni tampoco la Espa?a democr¨¢tica, integradora y avanzada de hoy.
En todo caso, lo que resulta lamentable es apenas haber visto u o¨ªdo alguna cr¨ªtica rigurosa sobre esta propuesta. A los t¨®picos sobre Andaluc¨ªa, se han sumado los disparates de primer nivel a los que nos tiene acostumbrado la descabalada labor opositora del Partido Popular. Les ofrecer¨¦ dos: seg¨²n el PP, si en Andaluc¨ªa construimos 300.000 viviendas de protecci¨®n en los pr¨®ximos a?os, no habr¨ªa dinero ni para hospitales, ni para escuelas, ni para carreteras, ni para nada, pues gastar¨ªamos ¨ªntegramente los presupuestos de la Comunidad. En realidad, semejante disparate, te?ido como siempre de la visi¨®n apocal¨ªptica de Andaluc¨ªa que tan alejados les tiene del sentir de nuestros conciudadanos, es el corolario de otro: seg¨²n el PP, con la ley andaluza en la mano, el 94% de los andaluces se pondr¨ªa en cola de la Junta de Andaluc¨ªa para pedir un piso de VPO, dado que ¨¦se es el porcentaje de quienes ganan menos de 3.000 euros brutos al mes.
Ya lo ven ustedes: para el PP, y algunos opinadores que primero disparan y luego apuntan, hasta los ni?os de pecho, los escolares, los ancianos dependientes y los que ya poseen una vivienda se lanzar¨¢n a reclamar una VPO. Las familias ya no vivir¨¢n juntas en su hogar, sino que todos y cada uno de sus miembros demandar¨¢n a la Junta una vivienda protegida o "regalada" como llegan a decir. Honestamente, creo que este asunto, que es el que con diferencia m¨¢s preocupa a los ciudadanos (doblando, por ejemplo, a la inquietud por el desempleo, seg¨²n el ¨²ltimo bar¨®metro del CIS), reclama un poco de m¨¢s seriedad.
Haremos la ley. Y a quienes sostienen que ten¨ªa que haberse hecho antes, no les quitar¨¦ su parte de raz¨®n, pero s¨ª les dir¨¦ que ¨¦se no es motivo para no promoverla ahora. Con tal criterio, y dado que casi todas las cosas en la vida podr¨ªan haberse planteado en un momento anterior, nunca se har¨ªa nada.
Haremos la ley, que hundir¨¢ sus ra¨ªces en un gran pacto, que ya est¨¢ fragu¨¢ndose en Andaluc¨ªa, en el que confluyan los intereses comunes que sin duda hay entre las Administraciones P¨²blicas, el sector financiero y los empresarios de la promoci¨®n y la construcci¨®n. Naturalmente que habr¨¢ dificultades, pero son superables. ?Qu¨¦ Ayuntamiento de Andaluc¨ªa y de Espa?a no est¨¢ gobernado por un alcalde o alcaldesa que no haya hecho de la vivienda la cuesti¨®n nuclear de su programa de Gobierno? ?Alguien piensa que no vamos a contar con el respaldo de los Ayuntamientos para solucionar este problema de sus vecinos?
El sector financiero tambi¨¦n est¨¢ muy interesado: se trata de una oportunidad de negocio en un mercado que requiere, para evitar riesgos que tanto da?o pueden hacer (y no har¨¢ falta rememorar la reciente crisis hipotecaria en EE UU), que las viviendas est¨¦n a un precio que los compradores puedan satisfacer sin caer en la morosidad.
Y naturalmente que los empresarios de la construcci¨®n ya est¨¢n viendo que esta iniciativa supondr¨¢ una inyecci¨®n, con el consiguiente impacto en la riqueza y el empleo, para un sector en el que comienza a percibirse una notable desaceleraci¨®n.
No ser¨¢ coser y cantar, pero es necesario que hagamos todo lo posible por resolver un problema que es impropio de una sociedad avanzada como la espa?ola. Resolver un problema que permita que, cuando uno se apresta a iniciar un nuevo proyecto de vida, pueda volver a preguntar, sin encogerse de hombros, aquello de ?en tu casa o en la m¨ªa?
Manuel Chaves Gonz¨¢lez es presidente de la Junta de Andaluc¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Junta Andaluc¨ªa
- Vicepresidencia auton¨®mica
- VPO
- VII Legislatura Andaluc¨ªa
- Presidencia auton¨®mica
- Pol¨ªtica vivienda
- Parlamentos auton¨®micos
- Gobierno auton¨®mico
- Comunidades aut¨®nomas
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Actividad legislativa
- Andaluc¨ªa
- Parlamento
- Vivienda
- Espa?a
- Pol¨ªtica
- Urbanismo
- Administraci¨®n p¨²blica