Clamor colombiano
El movimiento guerrillero presuntamente marxista y, con 40 a?os de monte, m¨¢s antiguo del mundo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), parece que empieza a tomarse en serio el canje humanitario o trueque de 45 secuestrados de alg¨²n renombre, en cautiverio desde hace a?os, por unos 500 facciosos en las c¨¢rceles del Estado.
Ra¨²l Reyes, el jefe guerrillero que en los ¨²ltimos tiempos ha sustituido ante el mundo al jefe hist¨®rico, Manuel Marulanda, hasta el punto de que hace a?os que no se ve a Tirofijo ni en fotograf¨ªa, ha hecho llegar por medio de la senadora colombiana Piedad C¨®rdoba al presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez, un mensaje en el que le propone entrevistarse el 8 de octubre en Caracas. Y en la grabaci¨®n, adem¨¢s de asegurar que la ex candidata presidencial, la franco-colombiana Ingrid Betancourt, est¨¢ bien de salud, va m¨¢s lejos que nunca en la predicci¨®n de ¨¦xito para la mediaci¨®n que el presidente colombiano, ?lvaro Uribe, ha dejado en manos de su hom¨®logo venezolano: "Llegaremos hasta el final", ha dicho, aunque a?ad¨ªa que el proceso ser¨ªa largo.
Es cierto que sus palabras pueden interpretarse como que voluntad no le faltar¨¢ a la guerrilla, lo que no quiere decir absolutamente nada, a tenor de ilusiones como las desbocadas durante el mandato de Andr¨¦s Pastrana (1998-2002), que no llegaron ni a pirotecnia de fiesta mayor. El problema de fondo consiste en que las FARC exigen que el Estado despeje de fuerza p¨²blica dos municipios, con unos cientos de kil¨®metros cuadrados, para negociar de poder a poder, Estado e insurgencia, canje y paz, mientras que el presidente, seguramente escarmentado porque Pastrana despej¨® 32.000 kil¨®metros cuadrados -la extensi¨®n de Catalu?a- para no llegar a negociar nada de nada, se niega a comprometer as¨ª al Estado.
Pero Colombia es un clamor por el canje y Uribe, como dem¨®crata, no puede, ni las FARC, si supieran algo de pol¨ªtica, deber¨ªan deso¨ªrlo. Las palabras de Reyes, que quiere ver a Ch¨¢vez para preparar la entrevista con Marulanda; la presi¨®n del presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, para la liberaci¨®n de Betancourt; el gran tanto que se apuntar¨ªa el bolivariano, y la idea de que el canje podr¨ªa hacerse por etapas, lo que permitir¨ªa suavizar posiciones, autorizan alg¨²n optimismo.
Salven la cara como quieran y puedan las partes, aunque con ello ni remotamente estamos comparando al presidente de Colombia con el facineroso en jefe, al que una pretendida ideolog¨ªa ya ni sirve de taparrabos, para que haya canje y se humanice el conflicto. A ver qu¨¦ es lo que vale la palabra de las FARC.
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