Messi vale por diez
El argentino saca al Bar?a del apuro ante un Lyon que intimid¨® al Camp Nou durante una hora sin jugar bien
Messi sac¨® al Barcelona de un apuro en su estreno en la Copa de Europa. Ante la indefinici¨®n colectiva, por m¨¢s que el grupo parezca m¨¢s s¨®lido, no le qued¨® m¨¢s remedio al equipo que encomendarse a Messi, un futbolista que no repara en las circunstancias para marcar la diferencia.
BARCELONA 3 - OLYMPIQUE LYON 0
Barcelona: Vald¨¦s; Zambrotta, M¨¢rquez, Gaby Milito, Abidal; Xavi (Giovani, m. 78), Tour¨¦, Deco; Messi (Bojan, m. 87), Henry y Ronaldinho (Iniesta, m. 64). No utilizados: Jorquera; Oleguer, Thuram y Sylvinho.
Olympique Lyon: Vercoutre; Clerc, Bodmer, Squillaci, Reveillere; Belhadj (Baros, m. 61), Juninho, Toualan, Kallstrom (Keita, m. 82); Govou y Benzema (Ben Arfa, m. 75). No utilizados: Roux; Grosso, Anderson y Fabio Santos.
Goles: 1-0. M. 21. Messi combina con Ronaldinho, se cuela en el ¨¢rea entre dos defensas, chuta y Clerc desv¨ªa el disparo a la red. 2-0. M. 82. Deco pasa el bal¨®n a Iniesta, que penetra en el ¨¢rea y asiste a Messi, que marca de disparo raso. M. 90. 3-0. Giovani penetra por la derecha, chuta, el portero despeja y Henry env¨ªa el rechace a la red.
?rbitro: Massimo Bussaca (Suiza). Amonest¨® a Tour¨¦ y Henry.
78.779 espectadores en el Camp Nou.
Messi vali¨® ayer por diez ante el Lyon, que firm¨® la derrota con desgana porque intimid¨® al Camp Nou durante una hora sin necesidad de ligar un buen partido, circunstancia que expresa la dificultad azulgrana para jugar a f¨²tbol y ganar los partidos con independencia del rival, del trofeo y del escenario. La hinchada despidi¨® a Messi con una sonora ovaci¨®n cuando Rijkaard le homenaje¨® con el cambio a punto de acabar un encuentro decisivo por parte barcelonista para marcar el paso y subrayar la condici¨®n de favorito. Retirado Messi una vez desequilibrado el encuentro, y con Deco muy agrandado, hasta Henry se liber¨® y redonde¨® la noche con su primer gol con el Bar?a.
A excepci¨®n de Iniesta, un futbolista de quita y pon sin que nadie haya alcanzado a explicar el secreto del misterio, el Bar?a form¨® con un equipo reconocible en cualquier parte e igualmente intimidador en casa y fuera del Camp Nou. La presencia de M¨¢rquez y Messi reforzaba su poder¨ªo, sobre todo en las ¨¢reas, al mismo tiempo que el regreso de Ronaldinho al costado izquierdo para que Henry pudiera jugar de falso ariete le daba una mayor racionalidad futbol¨ªstica. Aunque su juego es todav¨ªa tan austero que abona el debate sobre cualquier alineaci¨®n, la propuesta azulgrana invitaba al optimismo. El despliegue barcelonista condicion¨® cuando menos el dispositivo del Lyon, que dio un paso atr¨¢s con el once titular.
Uno y otro grupo conciben el f¨²tbol a partir de la posesi¨®n de la pelota, de manera que les cuesta defender. Necesita el Barcelona que sus delanteros presionen a la zaga contraria para acortar el campo, fomentar las transiciones cortas y acabar las jugadas, y de momento no hay atacante que ejerza como jugador de equipo sino que cada uno se empe?a en revindicarse como figura del cartel. Fuerte en la medular y bien posicionado en el campo, al campe¨®n franc¨¦s le venci¨® las concesiones de Bodmer, un medio centro reconvertido en central al que corrigi¨® constantemente Squillaci, y la irregularidad de Clerc, vencidos todos por el cambio de ritmo de Messi. El argentino es un jugador diferente en un equipo demasiado acartonado y empe?ado en recibir la pelota al pie en lugar de ganarse el espacio. La pulga quebr¨® al rival y desequilibr¨® el partido con su movilidad, conducci¨®n y determinaci¨®n.
Aunque Abidal rompi¨® al en un par de llegadas, el Barcelona s¨®lo enfoc¨® la porter¨ªa de Vercoutre cuando Messi sali¨® a escena. Nada decisivo ocurri¨® hasta que el argentino se arrim¨® al margen izquierdo a la salida de un c¨®rner y enfil¨® el marco contrario. Aceler¨® el delantero y su centro fue rematado por Clerc a su propia porter¨ªa. El lateral se redimi¨® en cualquier caso poco despu¨¦s, cuando sac¨® el bal¨®n cerca de la l¨ªnea de gol tras un nuevo remate de Messi. Al Lyon, trabajado t¨¢cticamente, le faltaba un rematador para culminar sus contragolpes y especialmente las jugadas de estrategia, el punto d¨¦bil azulgrana. No apareci¨® el fiero Benzema y a cambio se agrand¨® la figura de Milito. A Messi s¨®lo le fall¨® ayer la punter¨ªa, porque antes de sentenciar con un segundo gol excelente marr¨® dos remates francos en los que no acert¨® a golpear la pelota porque le falt¨® un punto de pausa, un defecto l¨®gico en un jugador que est¨¢ siempre en continuo movimiento.
Jug¨® el Barcelona a un toque durante un cuarto de hora por m¨¢s que su ansiedad fomentara la precipitaci¨®n, y por tanto permiti¨® que el partido continuara abierto para suerte del Lyon. Al equipo le cuesta marcar, rematar, jugar, cualquier cosa requiere el m¨¢ximo esfuerzo, empe?ado como est¨¢ en resolver un mont¨®n de dudas en un ¨²nico partido. No hubo manera de que la hinchada se ahorrara un mal rato por la desconfianza que despierta el plantel de Rijkaard. A la vista de que hab¨ªa partido, Perr¨ªn propuso un intercambio de golpes con las sustituciones. El marr¨®n para el Bar?a le cay¨® como de costumbre a Iniesta, que tuvo que salir a templar gaitas mientras Ronaldinho enfilaba el camino del vestuario por segunda vez consecutiva y tercera en lo poco que va de temporada. La salida del manchego result¨® nuevamente celestial porque asisti¨® a Messi para que firmara la sentencia tras una media hora en que la hinchada pas¨® el rosario un par de veces. Al final no lleg¨® el empate como en otros tiempos, sino que a Henry le dio tiempo a estrenarse en el tiempo a?adido. Un alivio para el jugador y para el Bar?a por m¨¢s tantos que ponga el marcador.
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