El asesinato de un diputado antisirio agrava la crisis libanesa
El estallido de un coche bomba mata a ocho personas en el barrio cristiano de Beirut
El diputado cristiano y antisirio Antoine Ghanem, de 64 a?os, muri¨® ayer al ser alcanzado por un coche bomba en Beirut. La explosi¨®n, en un barrio cristiano, mat¨® a otras siete personas e hiri¨® a una veintena. El pr¨®ximo martes comienza en el Parlamento liban¨¦s, dividido entre los antisirios, que apoyan al Gobierno prooccidental, y la oposici¨®n respaldada por Siria e Ir¨¢n, el proceso para elegir al sucesor del presidente, el cristiano prosirio ?mile Lahoud. El consenso, imprescindible, parece imposible de alcanzar.
Los partidos antisirios de L¨ªbano, un pa¨ªs tan fr¨¢gil como peque?o (su extensi¨®n equivale a la de Asturias), se han visto sacudidos por una serie de asesinatos pol¨ªticos que comenz¨® en el mes de febrero de 2005 con el magnicidio del ex primer ministro Rafik Hariri. Ghanem es la octava v¨ªctima.
Ghanem pertenec¨ªa a la ultraderechista Falange Cristiana, del bloque que aglutina a los partidos progubernamentales y antisirios apoyados por EE UU y Francia. ?se era tambi¨¦n el perfil de otro diputado asesinado en junio pasado. Muchos parlamentarios afines se fueron entonces a veranear al extranjero; los que se quedaron en L¨ªbano reforzaron sus medidas de seguridad.
El atentado ocurri¨® en una zona donde tiene casa el ex presidente Amin Gemayel, cuyo hijo Pierre, ministro entonces, muri¨® tambi¨¦n asesinado en noviembre del a?o pasado. Las primeras im¨¢genes de televisi¨®n mostraban enormes llamas saliendo de amasijos de hierros que antes fueron coches, ventanas desencajadas y restos de sangre en las aceras del barrio Sin el-Fil.
Como en cada uno de los asesinatos pol¨ªticos anteriores, el bloque prooccidental culp¨® al r¨¦gimen de Damasco del asesinato de Ghanem. Sostienen que el Gobierno sirio quiere neutralizar la exigua mayor¨ªa parlamentaria del primer ministro, Fuad Siniona, a golpe de coche bomba o a tiros. Siria, que tutel¨® a su peque?o vecino hasta abril de 2005, rechaza sistem¨¢ticamente las acusaciones. La agencia oficial de noticias siria cit¨® ayer declaraciones oficiales de Damasco en las que se condenaba con firmeza el atentado, que califican de "acto criminal". El ataque fue condenado tambi¨¦n por todas las capitales occidentales.
Estos cr¨ªmenes pol¨ªticos nunca se esclarecen. Ni siquiera el tribunal internacional promovido por la ONU para aclarar el asesinato de Hariri ha llegado a arrancar. Acusaciones al margen, L¨ªbano es tambi¨¦n escenario de una batalla. Ah¨ª se cruzan los intereses de EE UU y Francia, de un lado, y de Siria e Ir¨¢n, del otro.
La par¨¢lisis pol¨ªtica es, desde hace meses, absoluta. Gobierno y oposici¨®n no acuerdan absolutamente nada. Pero el consenso es imprescindible para elegir al nuevo presidente, que por ley debe ser cristiano. El Parlamento tiene previsto iniciar el proceso para la sucesi¨®n de Lahoud, cristiano prosirio, el martes pr¨®ximo. Los partidos que respaldan al Ejecutivo y la oposici¨®n discuten hace semanas sobre el primer paso: el qu¨®rum necesario para reunir a la C¨¢mara. El partido-milicia chi¨ª Hezbol¨¢, que encabeza la oposici¨®n prosiria, busca una minor¨ªa de bloqueo que haga imprescindible el consenso en este pa¨ªs donde viven 18 confesiones religiosas.
A finales de los a?os ochenta, tras m¨¢s de una d¨¦cada de guerra civil, L¨ªbano vivi¨® una crisis semejante. El presidente saliente, entonces Amin Gemayel, destituy¨® al Gabinete. El resultado fueron dos Gobiernos: uno civil en Beirut oeste, integrado por musulmanes y respaldado por Siria, y otro militar y cristiano en Beirut este, con Michel Aoun como primer ministro, pese a ser cristiano. La ley electoral libanesa establece que el primer ministro debe ser musulm¨¢n sun¨ª; el presidente, cristiano maronita, y el presidente del Parlamento, musulm¨¢n chi¨ª.
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