Sobre Nicaragua
Debo referirme al art¨ªculo publicado por su diario el pasado 18 de septiembre titulado Tripartito tropical en Nicaragua. Le confieso que, antes de sentarme a escribir, deb¨ª superar la duda sobre si ocuparme o no de un art¨ªculo cuyo titular podr¨ªa valer para designar a una banda de m¨²sica de reggaeton o servir de tema a un corrido norte?o. Pero oficio obliga y quisiera aludir a los t¨®picos principales.
El primero se refiere al matrimonio religioso del presidente Daniel Ortega y la se?ora Rosario Murillo. La cr¨®nica rese?a el hecho como pecado. ?Vaya crimen, casarse por la Iglesia cat¨®lica (no por la de la Cienciolog¨ªa), religi¨®n mayoritaria en Nicaragua! Hasta leer el art¨ªculo no hab¨ªa ca¨ªdo en la cuenta de que casarse religiosamente pudiera ser un il¨ªcito pol¨ªtico. Pecado mortal de la se?ora Murillo es tener protagonismo pol¨ªtico. Un crimen a¨²n mayor, seg¨²n el art¨ªculo, porque, ya se sabe, la mujer en la casa con la pata quebrada.
El problema es que en Nicaragua hubo una revoluci¨®n que liber¨® a las mujeres de esas cadenas y hoy una vasta mayor¨ªa de ellas, sean de izquierdas o de derechas, no piensa en volver a la vieja servidumbre. Ahora son diputadas, ministras, empresarias, diplom¨¢ticas, presidentas y, aunque esposas de sus maridos, quieren tener participaci¨®n, pensar, actuar y trabajar por aquello en lo que creen.
Monse?or Miguel Obando y Bravo, ex arzobispo de Managua, fue uno de los m¨¢s f¨¦rreos enemigos de la revoluci¨®n sandinista. Tambi¨¦n fue director de la contra el actual vicepresidente. Restablecer la paz en el pa¨ªs despu¨¦s de 13 a?os de guerra que dej¨® 100.000 muertos y 18.000 millones de d¨®lares en p¨¦rdidas ha sido laborioso. Cerrar las heridas ha requerido un esfuerzo notable y general de reconciliaci¨®n. En vez de aplaudirlo, el art¨ªculo en cuesti¨®n parece lamentarlo. ?Deb¨ªamos seguir mat¨¢ndonos ad infin¨ªtum para continuar siendo noticia? Curioso enfoque proviniendo de un pa¨ªs como Espa?a, que cerr¨® el cap¨ªtulo de la dictadura y donde pactos y compromisos forman parte del cotidiano transcurrir de la pol¨ªtica.
Don Arnoldo Alem¨¢n, reo convicto, sigue siendo el poder real en el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), pero eso no es responsabilidad ni de mi Gobierno ni del Frente Sandinista. Es otro partido, un partido rival, que funciona -guste o no- y elige a sus propios dirigentes. En las ¨²ltimas elecciones, el PLC fue el segundo partido m¨¢s votado. Alem¨¢n estaba ah¨ª por decisi¨®n interna. El Frente Sandinista, como bien se se?ala en el art¨ªculo, tiene 38 diputados, 25 el PLC, 22 la Alianza Liberal y 5 el Movimiento Renovador Sandinista. Como puede deducirse sin necesidad de ser matem¨¢tico, es imprescindible negociar y pactar para sacar adelante las leyes y los presupuestos. La estabilidad del pa¨ªs lo exige y los partidos aceptan el juego.
Para terminar, se?or director, quiero recordar que hay infinidad de temas, m¨¢s ciertos y luminosos, para escribir de Nicaragua. Este pa¨ªs tiene un sistema democr¨¢tico defectuoso, imperfecto y con hendijas, pero es mil veces preferible esa democracia imperfecta e incierta a la m¨¢s perfecta de las guerras.
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