Londres exige un trato preferencial en asuntos de Justicia e Interior para aprobar el Tratado de la UE
La reforma del Tratado de la Uni¨®n Europea vuelve a estar en el alero. Las rebajas acordadas en el Consejo del pasado junio siguen siendo insuficientes para el Reino Unido. Londres exige seguir manteniendo un trato especial y privilegiado en los asuntos de Justicia e Interior. El jurisconsulto del Consejo, Jean-Claude Piris, decidi¨® ayer suspender la reuni¨®n de los expertos, que deb¨ªa resolver las diferencias, pasados cinco minutos ante la amplitud de las discrepancias, seg¨²n una fuente pr¨®xima a las negociaciones. El premier brit¨¢nico, Gordon Brown, presionado con la amenaza de un refer¨¦ndum, quiere que el Tratado de la UE tenga el perfil m¨¢s bajo posible.
Los planes de la presidencia portuguesa de acordar el Tratado en la cumbre del pr¨®ximo 18 de octubre en Lisboa y firmarlo en la misma ciudad a principios de diciembre est¨¢n llenos de incertidumbres. Adem¨¢s de las exigencias brit¨¢nicas, existen temores fundados de que Polonia insistir¨¢ de nuevo en sus reivindicaciones a ¨²ltima hora, como ya es habitual.
Los juristas volver¨¢n a reunirse en Bruselas el pr¨®ximo martes, pero cada vez se ve m¨¢s urgente la necesidad de que intervengan los pol¨ªticos al m¨¢s alto nivel. Si no hay acuerdo ser¨¢n los ministros de Exteriores el 15 de octubre o los jefes de Estado, el 18, quienes deber¨¢n desenredar la madeja.
Los problemas con el Reino Unido se suscitan porque con el nuevo Tratado muchos asuntos de Justicia e Interior se acodar¨¢n por mayor¨ªa cualificada en lugar de por unanimidad, y podr¨¢n ser objeto de control por el Tribunal Europeo de Luxemburgo. Londres, que no firm¨® el acuerdo de Schengen (eliminaci¨®n de controles fronterizos) pero s¨ª ciertos desarrollos del mismo, quiere que en estas materias la mayor¨ªa cualificada s¨®lo se aplique a los nuevos asuntos, pero no en el desarrollo de acuerdos vigentes del pasado, como por ejemplo la euroorden.
Los brit¨¢nicos desean tambi¨¦n seguir aceptando seg¨²n les convenga (opting in) los desarrollos de ciertos aspectos de Schengen, como la cooperaci¨®n policial, y desligarse de los que no les interesa (opting out). El particularismo brit¨¢nico ha tropezado con el rechazo de 12 pa¨ªses (entre ellos Espa?a, Francia y Holanda) que exigen acabar con este "picoteo". Alberto Navarro, secretario de Estado de Relaciones con Europa, manifest¨® a este diario que "Espa?a no aceptar¨¢ de ninguna manera un Schengen a la carta para el Reino Unido".
Por su parte, el eurodiputado Enrique Bar¨®n, que junto a los parlamentarios Elmar Brok y Andrew Duff representa al Parlamento Europeo en las negociaciones del Tratado, ha se?alado que "no se puede consentir la situaci¨®n que se est¨¢ dando en el Parlamento Europeo, en que los diputados brit¨¢nicos votan asuntos que afectan a los ciudadanos de otros pa¨ªses pero no a ellos, porque son leyes que no se aplican en su pa¨ªs". Bar¨®n insiste en que el Reino Unido al menos deber¨ªa dejar la puerta abierta para que exista la posibilidad de incorporar los nuevos acuerdos cuando se produzca una coyuntura m¨¢s favorable.
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