Las turbulencias mudan de naturaleza
Las colas para sacar el dinero ante las oficinas del banco Northern Rock revelan que la crisis se ha trasladado en parte ya a los clientes. Es una excepci¨®n, pero hay que tenerla en cuenta para que no se repita
LA PASADA SEMANA, las turbulencias financieras que padecen las principales econom¨ªas occidentales cambiaron de naturaleza. El lunes se generalizaron las colas de depositantes an¨®nimos que quer¨ªan sacar su dinero de las oficinas del quinto banco hipotecario brit¨¢nico, el Northern Rock, emulando las escenas de la navide?a pel¨ªcula ?Qu¨¦ bello es vivir!, de Capra. Con ello, la crisis financiera se trasladaba desde el sector bancario hasta los clientes del mismo. Fue una excepci¨®n, pero ocurri¨® y todos lo vimos por televisi¨®n.
Hasta ese momento, la crisis originada en EE UU a principios de agosto por las hipotecas de alto riesgo hab¨ªa permanecido en el mercado mayorista: las entidades financieras no se prestan dinero unas a otras o porque creen que aquel que pide el dinero puede estar contaminado y ocultar su riesgo -y por consiguiente, tener dificultades para devolverlo-, o porque piensan que en el futuro ellas mismas van a necesitar ese dinero que otros solicitan. La contaminaci¨®n al mercado minorista ven¨ªa de la hip¨®tesis de que se van a endurecer las concesiones de cr¨¦ditos a los particulares y empresas. Pero las colas del Northern Rock significaban algo m¨¢s que una hip¨®tesis sobre la desconfianza.
Se dio cuenta de ello inmediatamente el Gobierno brit¨¢nico, que de la noche a la ma?ana cambi¨® las normas de garant¨ªa de los dep¨®sitos. Hasta el pasado lunes, el fondo de garant¨ªas s¨®lo respaldaba los dep¨®sitos hasta la cantidad de 31.700 libras (alrededor de 43.100 euros). Ese d¨ªa, el titular del Tesoro anunci¨® que aseguraba el 100% de los dep¨®sitos del Northern Rock. Lo que genera un cierto precedente, a pesar de las peculiaridades de este banco, que no basa sus cr¨¦ditos en los dep¨®sitos de sus clientes, sino que su modelo de negocio consiste en recurrir al mercado para comprar dinero, que luego presta a un inter¨¦s superior en forma de hipotecas.
Este significativo hecho pas¨® a un segundo plano con la decisi¨®n de la Reserva Federal (Fed) de bajar los tipos de inter¨¦s en EE UU. La euforia de los mercados, las primeras 48 horas, eclips¨® de momento los sufrimientos vigentes. Pero la medida de la Fed tambi¨¦n tiene su lectura cr¨ªtica: contra la mayor parte de los pron¨®sticos de los analistas y expertos, Ben Bernanke baj¨® los tipos de inter¨¦s medio punto, no un cuarto. ?Significa ello que la Fed conoce algo de la econom¨ªa americana que los dem¨¢s no sabemos?, ?se aproxima ¨¦sta m¨¢s a la recesi¨®n que a un aterrizaje suave, por la profundidad de la crisis inmobiliaria que padece? Adem¨¢s, cuando un banco central hace un movimiento sobre el precio del dinero, tan importante como ello es la literatura que acompa?a a su determinaci¨®n. Del comunicado de la Fed puede deducirse que en esta coyuntura el problema de la inflaci¨®n no es el m¨¢s importante a pesar de la subida del precio del petr¨®leo y de las materias primas, as¨ª como de la debilidad del d¨®lar (la inflaci¨®n en EE UU en agosto baj¨® una d¨¦cima y se ha situado en una tasa del 2% interanual), y que ha sido sustituido por el del crecimiento: "El crecimiento se ha moderado, pero el endurecimiento de las condiciones del cr¨¦dito tiene el potencial de intensificar la correcci¨®n en la vivienda y limitar el crecimiento en el tiempo".
?Qu¨¦ har¨¢ el Banco Central Europeo (BCE) en su reuni¨®n del 4 de octubre? El gobernador del Banco de Espa?a, Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, dijo en su comparecencia en el Congreso de la pasada semana que a¨²n es pronto para evaluar el efecto de estas perturbaciones sobre el crecimiento econ¨®mico mundial, y que la decisi¨®n del BCE -una vez acumulada m¨¢s informaci¨®n- depender¨¢ de tres factores: cu¨¢l es el verdadero alcance de la desaceleraci¨®n americana, su posible transmisi¨®n a la econom¨ªa mundial y las consecuencias sobre los tipos de cambio; calibrar los efectos de las turbulencias sobre el coste y la disponibilidad de financiaci¨®n para el sector privado, y seguir de cerca las repercusiones sobre la confianza de las empresas y los consumidores.
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