Pete, maldito Pete
El Sid Vicious del siglo XXI lucha por dejar las drogas al tiempo que edita disco
Drew estuvo el mi¨¦rcoles pasado con ¨¦l en la cl¨ªnica. Dice que parece otro t¨ªo, que le recuerda al Pete que conoci¨® hace a?os, que nunca le hab¨ªa visto tan centrado. Ya van diez veces que va a visitarle a un centro de rehabilitaci¨®n.
Pete siempre sol¨ªa pedirle que le llevara algo: un poquito de crack, algo de hero¨ªna; le contaba que estaba loco por salir de all¨ª para volver a ponerse. Pero esta vez todo parece distinto. Parece.
Drew es el bajista de Babyshambles, la banda de Pete Doherty, m¨¢s conocido como el novio de Kate. Un m¨²sico talentoso de 28 a?os.
S¨®lo Drew ha aguantado el tir¨®n. Es el ¨²nico que queda de la formaci¨®n original de la banda, el que resiste la locura en que se ha convertido la vida de Pete y, por ende, la vida del grupo. Detenciones, fotos fumando crack, comparecencias ante el juez, portadas de tabloides, cl¨ªnicas, agresiones, Kate Moss esnifando en el estudio... La vida es una t¨®mbola, y en el caso de Pete Doherty, un culebr¨®n, un caos que los tabloides brit¨¢nicos han convertido en serial.
"Lleva limpio cinco semanas. Si deja la rehabilitaci¨®n va directo a la c¨¢rcel", dice el bater¨ªa Ficek
De Doherty se llega a decir que es un genio que desperdicia su talento entre 'pipas' y 'picos'
A estas horas se supone que sigue en la habitaci¨®n de una cl¨ªnica de Wiltshire, en el suroeste del Reino Unido, desintoxic¨¢ndose. Le quedan dos semanas de tratamiento.
El pr¨®ximo 2 de octubre se tiene que presentar de nuevo ante el juez Lachlar para testificar por posesi¨®n de crack, hero¨ªna, cannabis y coca¨ªna. El pr¨®ximo 2 de octubre se edita Shotter's Nation, el nuevo disco de su banda Babyshambles. ?Coincidencia de fechas? Unos dicen que es un tipo al que le gusta explotar su imagen de rock star extrema. Otros, que no es m¨¢s que una v¨ªctima del sistema y de unos medios de comunicaci¨®n voraces. El Sid Vicious del siglo XXI.
M¨¢s de una vez se ha comparado a Doherty con el m¨ªtico bajista de los Sex Pistols, el chaval que a finales de los a?os setenta puso cuerpo y cara al lema "sexo, drogas y rock and roll". Puestos a salvar distancias, recu¨¦rdese que Sid no tocaba un pimiento; vamos, que era un m¨²sico limitado. De Pete se llega a decir que es un genio, pero que est¨¢ desperdiciando su talento entre picos y pipas. ?ste es su momento de reivindicarse de nuevo como m¨²sico.
A los 16 a?os gan¨® un premio de poes¨ªa y el British Council le mand¨® de viaje a Rusia. El primer disco de su banda The Libertines, editado en 2003, fue saludado por cr¨ªtica y p¨²blico como todo un acontecimiento. Se hablaba del advenimiento de un poeta punk, de un cronista de la vida al l¨ªmite; las listas de ¨¦xitos tambi¨¦n respondieron. Pero su primer trabajo con su actual banda, los Babyshambles, suscit¨® reacciones encontradas. Unos hablaron de la vuelta del genio; otros, de un disco chapucero e inacabado. En esa coyuntura llega Shotter's nation, elep¨¦ con el que pretende apagar el ruido medi¨¢tico y recuperar el respeto musical. Una colecci¨®n de 12 canciones que, sin abandonar el terreno del punk rock, transita entre homenajes a The Kinks, al brit pop y a climas propios de un Walk on the wildside de Lou Reed.
"Antes la vida de Pete no era tan loca", cuenta Drew McConnell, el bajista, en conversaci¨®n telef¨®nica. "Ven¨ªa m¨¢s a ensayar, le llamabas y bajaba a tomarse unas pintas al pub. Ahora le llamas y est¨¢ tomando t¨¦ en casa de Elton John o va en helic¨®ptero con Kate. Nosotros seguimos igual, pero su estilo de vida ha cambiado mucho".
Drogas, punk, tabloides, glamour. Pete Doherty se ha convertido en un icono que despierta tanta repulsa como fascinaci¨®n. El dise?ador Roberto Cavalli, que lo ha escogido como imagen para una de sus campa?as, se explica v¨ªa correo electr¨®nico: "Pete personifica perfectamente la dualidad del hombre contempor¨¢neo, sus dudas, su extrema fragilidad. Tambi¨¦n posee una nueva e inesperada clase de sensualidad, que creo que sincroniza perfectamente con el esp¨ªritu de Cavalli Hombre. Tiene su propio estilo: no sigue modas o esquemas preconcebidos: es aut¨¦ntico y espont¨¢neo". M¨¢s contundente resulta la explicaci¨®n que de la fascinaci¨®n que produce Doherty daba su ex novia Katie Moriarty en una entrevista televisiva: "Los chicos quieren vestirse como ¨¦l, y las chicas, foll¨¢rselo".
Pete Doherty se enfrenta a un momento crucial. O cr¨ªtica y p¨²blico vuelven a reconocer en ¨¦l al m¨²sico talentoso, o su carrera musical se va al garete y se queda en personajillo de tabloide.
Sus idas y venidas de los juzgados al centro de rehabilitaci¨®n parece que tambi¨¦n tienen tope. Esta vez el tema es serio, afirma por tel¨¦fono el bater¨ªa de la banda, Adam Ficek. "Lleva cinco semanas limpio. Pero es que esta vez, si deja la rehabilitaci¨®n, se va directo a la c¨¢rcel".
Episodios libertinos
LL5217. Pete Doherty fue por espacio de dos meses el preso LL5217 de la prisi¨®n de Wandsworth. Corr¨ªa el a?o 2003. La historia empez¨® por un arrebato de los suyos. Le acababan de echar de The Libertines, su anterior banda, hartos de sus excesos con las drogas. A Doherty no se le ocurri¨® otra cosa que entrar a robar en casa del col¨ªder del grupo, Carl Barat. Se llev¨® un ordenador port¨¢til, una guitarra para coleccionistas, una c¨¢mara de v¨ªdeo, un reproductor de ced¨¦s y libros. Le cayeron seis meses, s¨®lo tuvo que cumplir dos. Cuando sali¨® de chirona, en la puerta le esperaba Barat, el compa?ero al que hab¨ªa robado. Se reconciliaron. Por poco tiempo.
Gemma, la primera bater¨ªa que tuvo en su siguiente y actual banda, Babyshambles, abandon¨® el grupo despu¨¦s de que Doherty no se presentar¨¢ a tocar una noche de fin de a?o en un concierto muy especial, en el London Astoria. Hubo disturbios en la puerta de un p¨²blico
indignado. Gemma dijo adi¨®s.
En Aberdeen, Doherty cancel¨® una actuaci¨®n por sobredosis.
De Blackpool llegaron a retirarlo
inconsciente del escenario. Y en el escenario de la londinense Brixton Academy se pele¨® en directo con el anterior guitarrista, Patrick Walden. Hac¨ªa seis d¨ªas que hab¨ªa salido
de la cl¨ªnica, le hab¨ªan quitado la hero¨ªna y s¨®lo estaba tomando crack. Iba por la vida atacado.
"Ahora dice que se da cuenta de que ha sido un mal hijo, de que ha sido un mal padre [tiene un hijo de cuatro a?os]", cuenta su compa?ero de andanzas, Drew McConnell.
Doherty reivindica que es un
esp¨ªritu libre. Llega tarde a las entrevistas, a los conciertos; le da igual que le detengan una y otra vez; sigue haciendo lo que quiere en cada instante. Uno de sus managers,
Alan McGee, le dej¨® por imposible.
Y eso que contaba con la inestimable experiencia de haber metido en vereda previamente a los angelicales miembros del grupo Primal Scream y a los legendarios hermanos Gallagher, de Oasis.
La convivencia con un adicto
no es f¨¢cil, y el grupo se resiente. Babyshambles, de hecho, apenas ensayan, confiesa su bater¨ªa. Y ahora se la juegan. Tienen por delante una gira de proporciones desconocidas para ellos: ya no tocar¨¢n para 6.000 personas, como antes; tocar¨¢n en auditorios para 20.000.
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