Sin estudios ni experiencia laboral
La falta de formaci¨®n del ex preso y los rasgos de su personalidad dificultan la reinserci¨®n social
Rehacer una vida despu¨¦s de 16 a?os de prisi¨®n no es f¨¢cil. Pero en el caso de Jos¨¦ Rodr¨ªguez Salvador, mucho menos; lo tiene todo en contra. Los informes dicen que no est¨¢ rehabilitado, que puede volver a cometer las violaciones por las que fue condenado. Causa rechazo a quien conoce sus antecedentes y las posibilidades de encontrar un trabajo, algo fundamental para su reinserci¨®n, se reducen al m¨ªnimo. "No acab¨® la primaria y en la c¨¢rcel nunca trabaj¨® en un taller", explica un funcionario de prisiones con 20 a?os de experiencia que le trat¨®. El ¨²ltimo destino que tuvo en la prisi¨®n fue la lavander¨ªa.
La excarcelaci¨®n se produjo poco despu¨¦s del alba, en una prisi¨®n a la que lleg¨® el viernes
"Todo eso le convierte en imprevisible. Es una bomba de relojer¨ªa que puede estallar en cualquier momento", a?aden otras personas que le trataron, matizando enseguida que no pretende ser alarmista ni que vaya a reincidir en cuatro d¨ªas.
Precisamente ese perfil de su personalidad es uno de los factores en el que los psic¨®logos fundamentan el pron¨®stico elevado de reincidencia. Especialmente, despu¨¦s de que se sometiera sin ¨¦xito durante ocho a?os al programa de tratamiento para presos que aplica la Generalitat, que en el segundo trimestre de este a?o fue seguido por 153 presos.
"Los informes psicol¨®gicos son orientativos, pero el riesgo cero de reincidencia no existe nunca, ni siquiera cuando los informes son positivos", explica Albert Batlle, secretario general de Servicios Penitenciarios de la Generalitat. Batlle recuerda el precedente de Pedro Jim¨¦nez Garc¨ªa, un preso condenado por violaci¨®n que sali¨® de permiso tres d¨ªas con un informe psicol¨®gico muy favorable y asesin¨® y viol¨® a dos polic¨ªas en el municipio de L'Hospitalet.
Uno de los psiquiatras que explor¨® en su d¨ªa a Rodr¨ªguez Salvador explica que es una persona con "un desarrollo afectivo insuficiente que le hace brotar emociones infantiles. Es intolerante a las frustraciones y si a esto se le une la dificultad para controlar sus impulsos, se pueden producir estallidos peligrosos de la personalidad".
"Los violatas siempre esconden lo que han hecho, pero todos los presos lo saben. Rodr¨ªguez Salvador, como casi todos, s¨®lo busc¨® el apego del funcionario cuando ten¨ªa que ira a juicio y se le pod¨ªa reconocer en televisi¨®n", explica el trabajador penitenciario.
"Hay que ver, Manolo, qu¨¦ mala est¨¢ la vida con esos chorizos por ah¨ª sueltos", dec¨ªa Rodr¨ªguez Salvador a uno de sus vecinos hace 20 a?os, cuando cundi¨® la alarma en el Vall d'Hebron por una oleada de violaciones. Las que comet¨ªa ¨¦l mismo. Pero ya ha saldado sus cuentas con la justicia y desde ayer intenta rehacer su vida. Su hermano, de 52 a?os, ha dicho que no quiere saber nada de ¨¦l.
La exacerlaci¨®n se produjo poco antes de las ocho de la ma?ana de ayer. Pero no la prisi¨®n de Quatre Camins, donde hab¨ªa estado ingresado los ¨²ltimos a?os, sino la de Brians. Ambas est¨¢n situadas a unos 25 kil¨®metros de Barcelona, pero una en el extremo norte y la otra en el sur.
A las puertas de las de Quatre Camins pernoctaron una nube de c¨¢maras. En la explanada del presidio de Brians no hab¨ªa ni un alma. Rodr¨ªguez Salvador pudo salir desde el otro lado de la verja en el interior de un veh¨ªculo. El preso hab¨ªa sido trasladado all¨ª la tarde del viernes para huir del foco medi¨¢tico. "Ni m¨¢s ni menos que como se hace siempre en casos as¨ª", explicaron fuentes penitenciarias.
Atr¨¢s quedaban m¨¢s de 16 a?os de estancia en prisi¨®n por 17 violaciones, entre intentadas y consumadas, y por las que fue condenado a 311 a?os de prisi¨®n. Como cualquier recluso que abandona las rejas, cobrar¨¢ un peque?o subsidio durante unos meses y tendr¨¢ una oferta de reinserci¨®n laboral.
El hermetismo sobre el destino de Rodr¨ªguez Salvador es absoluto, pero todo indica que est¨¢ refugiado fuera de la ciudad de Barcelona con protecci¨®n policial. El domicilio familiar en el barrio de Canyelles era un destino tan previsible que tambi¨¦n qued¨® descartado antes de la excarcelaci¨®n, cuando sus padres, de 81 y 79 a?os, abandonaron la vivienda para evitar el malestar de los vecinos.
El Departamento de Justicia de la Generalitat conf¨ªa en que, tras el fin de semana, amaine el chaparr¨®n medi¨¢tico y entonces se le pueda buscar un destino m¨¢s tranquilo y seguro. Primero, en alg¨²n rinc¨®n de Catalu?a, que es la comunidad donde los Mossos d'Esquadra pueden seguirle los pasos y cumplir la orden de la fiscal¨ªa de someterle a una 'vigilancia no invasiva". Hasta ahora han fracasado todos los intentos de instalarlo en una comunidad religiosa, una vivienda asistida o una comunidad terap¨¦utica.
![Jos¨¦ Rodr¨ªguez Salvador, el <i>violador del Vall d'Hebron</i>.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4KYFWCL5BVDFVFMI2RP5OXJZB4.jpg?auth=7a65f660e68d531147129a167df14337ff732b593f17404aa7452f76a9dcb2e3&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.