Ocho a?os de abusos y golpes
Una sentencia revela la ineficacia de la Administraci¨®n en el caso de un menor maltratado f¨ªsica y sexualmente por sus padres
La vida de Juan Mar¨ªa (nombre supuesto), un ni?o de 14 a?os se resume en varios p¨¢rrafos de una sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Guip¨²zcoa y publicada en esta semana: "A consecuencia de las conductas ejercidas por ambos padres, ya desde el a?o 2000, Juan Mar¨ªa sufre s¨ªndrome depresivo severo, baja autoestima, hiperactividad, enuresis nocturna [p¨¦rdida de orina durante el sue?o], trastorno en el apego, agresividad externa, comportamiento y lenguaje sexual inadecuado e impropio para su edad, trastorno por afectividad, d¨¦ficit de atenci¨®n, [...] y un deterioro psicol¨®gico que continuar¨¢ afect¨¢ndole durante a?os".
Esas conductas ejercidas por los padres sobre el ni?o tienen un nombre claro seg¨²n el juez y los peritos que han participado en el caso: maltrato y abusos sexuales. La sentencia, que no es firme y ser¨¢ recurrida por los abogados de los padres ante el Tribunal Supremo, les condena a seis a?os de prisi¨®n por ambos delitos y les quita la patria potestad de Juan Mar¨ªa y su hermana, de nueve a?os.
El caso de estos dos ni?os no es uno m¨¢s. La desgarradora descripci¨®n de los hechos que se hace en la sentencia y el estado psicol¨®gico actual de los peque?os lo convierte en uno de los m¨¢s s¨®rdidos que se recuerdan. Uno de los psiquiatras que ha declarado en el caso, el neuropsiquiatra Jorge Barudy, ha se?alado que Juan Mar¨ªa es uno de los menores m¨¢s da?ados que ha conocido, "sometido a un abuso cr¨®nico, lo que significa que ambos padres tienen una incapacidad parental severa, cr¨®nica e irreversible".
Esa incapacidad fue detectada por un pediatra cuando Juan Mar¨ªa ten¨ªa s¨®lo dos a?os y apareci¨® en su consulta con hematomas en los brazos. El caso ha tenido durante todo este tiempo el seguimiento de la Secci¨®n de Infancia y Juventud de la Diputaci¨®n Foral de Guip¨²zcoa que puso en marcha programas especiales para intentar resolver la situaci¨®n desde 1995.
Pero los ni?os estuvieron con sus padres, hasta 2003, cuando la Diputaci¨®n decidi¨® asumir su tutela. Pasaron ocho a?os desde aquella primera voz de alarma. Y eso es lo que se preguntan todos los que han seguido la historia. ?C¨®mo puede ser que los ni?os siguieran con sus padres durante tanto tiempo? ?Se podr¨ªa haber evitado? La respuesta de los jueces en las conclusiones de su sentencia es que s¨ª. Los magistrados dan una reprimenda a la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa y adem¨¢s echan la culpa a sus responsables de la situaci¨®n de los menores. "La actuaci¨®n no constituy¨® un marco de contenci¨®n eficaz del riesgo. Es m¨¢s: posibilit¨® la consolidaci¨®n de la violencia psicof¨ªsica que padec¨ªa Juan Mar¨ªa, la extensi¨®n de la violencia sufrida por el menor al plano sexual y la expansi¨®n de la violencia a su hermana". En un p¨¢rrafo final los jueces arremeten a¨²n m¨¢s duramente contra quienes no les separaron de sus padres. Los menores "no necesitaban sobrevivir, precisaban vivir. Y para ello, era injustificable crear entornos de respiro abocados a insuflar ox¨ªgeno vital m¨ªnimo para sufrir una nueva inmersi¨®n en un clima irrespirable para todo ni?o que hace del cari?o y la esperanza su envoltorio natural; era ineludible adoptar una decisi¨®n, que debi¨® ser tomada a?os antes; sacarles de la familia de origen, dado que en la misma ¨²nicamente sent¨ªan el rostro amargo de la violencia".
Esa violencia comenz¨® mucho antes de que Juan Mar¨ªa y su hermana nacieran. Sus padres, Jos¨¦ Manuel M. A. y Mar¨ªa Jes¨²s B. P., actualmente divorciados, "proceden de familias disfuncionales", seg¨²n la sentencia. De padres alcoh¨®licos, ambos fueron v¨ªctimas de maltrato f¨ªsico y verbal y Mar¨ªa Jes¨²s tambi¨¦n de abusos sexuales. Jos¨¦ Manuel padece adem¨¢s una sordera.
Juan Mar¨ªa fue un ni?o no deseado que comenz¨® a ser golpeado desde peque?o. No le dejaban jugar con sus juguetes, ni salir al parque, y le privaban de tener relaciones sociales. La sentencia asegura que el ni?o qued¨® "estrangulado" en el conflicto de la pareja. El ni?o ha padecido alopecia y delgadez extrema. Es retra¨ªdo, tiene epilepsia y tanto su hermana como ¨¦l muestran una conducta hipersexual. Seg¨²n la sentencia, el ni?o ve¨ªa c¨®mo los padres manten¨ªan relaciones sexuales y en ocasiones, le involucraban en ellas. La madre niega estos hechos.
El director general de Infancia y Juventud de la Diputaci¨®n, Jos¨¦ Insausti, asegura que su departamento puso en marcha todas las medidas que estaban a su alcance: "En 1995 entendimos que el maltrato no ten¨ªa la suficiente intensidad como para declarar al ni?o en desamparo. La separaci¨®n de los padres no es f¨¢cil de decidir ni tampoco es f¨¢cil que la acepten los jueces. Y puede conllevar un trauma a¨²n mayor para el menor".
"Todo es mejorable", se?ala el responsable del departamento, "pero en este caso han participado muchos profesionales y todos han pensado que se estaban tomando las mejores decisiones para salvaguardar el inter¨¦s del menor. El proceso judicial empieza porque nosotros denunciamos despu¨¦s de una visita del padre cuando ya ten¨ªamos la tutela de los ni?os. El juzgado ha tardado muchos a?os en resolver sin adoptar ninguna medida cautelar. Aqu¨ª han intervenido muchas instituciones".
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