"Los 'chips' implantables tienen mucho riesgo"
El primer microchip que invent¨® Jack Kilby en 1958 era tan grande como un clip y ten¨ªa un ¨²nico transistor. Como cuenta Antonio L¨®pez Mart¨ªn (Pamplona, 1972), ingeniero de telecomunicaci¨®n dedicado al dise?o microelectr¨®nico y las comunicaciones inal¨¢mbricas, "desde entonces el n¨²mero de dispositivos b¨¢sicos metidos en los circuitos integrados ha aumentado de forma exponencial y hoy se trabaja con microchips de miles de millones de transistores en un ¨²nico sustrato".
Sin embargo, esta miniaturizaci¨®n parece estar llegando a su l¨ªmite. L¨®pez Mart¨ªn, que durante varios meses ha sido el autor espa?ol m¨¢s consultado en el principal portal internacional de acceso a publicaciones t¨¦cnicas (IEEEXplore), explica c¨®mo empiezan a surgir muchas complicaciones tanto econ¨®micas como f¨ªsicas. Los microchips creados por este brillante investigador, premio Joven de Ciencia y Tecnolog¨ªa 2006 de la Universidad Complutense, profesor de la Universidad P¨²blica de Navarra y de la Universidad de Nuevo M¨¦xico (EE UU), pueden encontrarse en coches de competici¨®n, en m¨¢quinas expendedoras y en el control de sistemas aeroespaciales en la NASA.
"Lo complicado de la confidencialidad industrial es cuando se trabaja con varias empresas y son competidoras"
"Intento resistirme [a tener tel¨¦fono m¨®vil]. Todo viene por algunos proyectos con empresas, he llegado a estar muy saturado de trabajo.
Pregunta. ?Por qu¨¦ dice que la miniaturizaci¨®n est¨¢ llegando al l¨ªmite?
Respuesta. El ciclo del silicio para los microchips llega a su fin. Hoy trabajamos en escalas nanom¨¦tricas y esto supone una limitaci¨®n fort¨ªsima. Los dispositivos ya no se comportan como hace 10 a?os, es mucho m¨¢s dif¨ªcil dise?ar debido a que ahora se dan multitud de fen¨®menos cu¨¢nticos que antes no ten¨ªan importancia y ahora s¨ª. El dise?o de chips de mucha precisi¨®n se ha convertido en una pesadilla. De hecho, algunas grandes compa?¨ªas, como National Instruments, se han plantado en tecnolog¨ªas, como la de 130 nan¨®metros, que no son tan modernas.
P. ?Qu¨¦ supone esto para los dise?adores de microchips?
R. Nos encontramos en una especie de encrucijada. Por un lado tenemos ya limitaciones tecnol¨®gicas muy fuertes y por otro todav¨ªa no contamos con la nueva tecnolog¨ªa que permita avanzar; ¨¦sa en la que no se construya ya de arriba hacia abajo, para hacer todo lo m¨¢s peque?o posible, sino al rev¨¦s, de abajo arriba, construyendo con mol¨¦culas. Este impasse nos beneficia mucho a nosotros los dise?adores microelectr¨®nicos, pues ahora es cuando las mejoras en la arquitectura y las nuevas t¨¦cnicas de dise?o est¨¢n teniendo un impacto mayor.
P. ?En qu¨¦ consisti¨® su trabajo para la NASA?
R. La electr¨®nica para aplicaciones espaciales es muy particular. Son chips que necesitan ser muy robustos frente a las radiaciones en el espacio exterior, part¨ªculas subat¨®micas de alta energ¨ªa, la mayor¨ªa protones. En arquitectura de los circuitos lo que hicimos all¨ª fue desarrollar sistemas de control que utilizan t¨¦cnicas que se denominan neuroborrosas. Estas t¨¦cnicas emulan un poco lo que ocurre en el cerebro humano, que va perdiendo neuronas con el paso del tiempo y, sin embargo, mantiene su funcionalidad si las que quedan est¨¢n bien interconectadas. Eso es justamente lo que intentamos con esos circuitos: conseguir que si el chip pierde parte de su operatividad debido a las radiaciones, se pueda reconfigurar el hardware y seguir funcionando de la misma forma.
P. ?Y qu¨¦ fue lo que hizo para Azkoyen y sus m¨¢quinas expendedoras?
R. Introdujimos nuevas t¨¦cnicas de selecci¨®n de monedas basadas en un impacto y su sonido. Analiz¨¢bamos el sonido de una moneda al impactar y la vibraci¨®n sobre un aceler¨®metro para, a partir de ah¨ª, discriminar entre diferentes piezas.
P. Ahora est¨¢ trabajando para la multinacional japonesa Seiko Epson. ?No es as¨ª?
R. S¨ª, estamos desarrollando chips de comunicaciones. Lo que intentamos conseguir son receptores a corta distancia con mucho menor consumo que los actuales. Trabajamos con t¨¦cnicas nuevas de dise?o de circuitos integrados que permiten, por ejemplo, que el receptor no gaste apenas nada mientras no perciba una se?al.
P. ?Puede dar m¨¢s detalles?
R. No puedo hablar de cosas m¨¢s concretas. Hemos firmado un acuerdo de confidencialidad.
P. ?No resulta complicado tener que guardar secretos de tantas empresas sin pertenecer a ninguna?
R. Lo complicado de la confidencialidad industrial es cuando se trabaja con varias empresas a la vez y esas empresas son competidoras. Ya nos ha ocurrido. Todos los secretos industriales que desarrollas para una compa?¨ªa no pueden pasar a otra. Y los avances financiados por una empresa no pueden utilizarse en otros proyectos. Todo esto resulta a¨²n m¨¢s complicado con multinacionales. En el caso de los japoneses, en cuanto se cambia una coma de un contrato, lo env¨ªan de nuevo a una oficina jur¨ªdica para ser estudiado.
P. ?Son muy distintas sus clases de Pamplona y de Estados Unidos?
R. En EE UU, mis alumnos son, sobre todo, indios, coreanos, chinos... Son estudiantes con alt¨ªsima motivaci¨®n porque sus familias han tenido que realizar un enorme esfuerzo para que lleguen hasta all¨ª. Resulta un ambiente muy estimulante para el que da clase. Aqu¨ª en Espa?a hay gente muy buena, pero proporcionalmente es menor. Adem¨¢s, estamos acostumbrados a una forma de vida en la que no se aprecia tanto el trabajo.
P. ?C¨®mo es posible que un experto en comunicaci¨®n inal¨¢mbrica no utilice tel¨¦fono m¨®vil?
R. Intento resistirme. Todo viene por algunos proyectos con empresas, he llegado a estar muy saturado de trabajo.
P. ?Hacia d¨®nde va el futuro de la microelectr¨®nica?
R. De aqu¨ª a un plazo no mayor de 10 a?os, la nanoelectr¨®nica, o la parte m¨¢s electr¨®nica de la nanotecnolog¨ªa, va a tener un peso predominante. Lo m¨¢s prometedor dentro de esta nueva tendencia en nanoelectr¨®nica son los nanotubos de carbono, que tienen propiedades excelentes, no s¨®lo mec¨¢nicas o t¨¦rmicas, sino tambi¨¦n electr¨®nicas.
P. ?Y qu¨¦ me dice de los microchips implantables en el cuerpo humano?
R. Eso ya se est¨¢ haciendo en distintos ¨¢mbitos. Algunos dispositivos biom¨¦dicos se est¨¢n haciendo implantables, tanto dentro de la piel como fuera; es el caso de detectores de presi¨®n sangu¨ªnea o de determinados elementos de la sangre, como la glucosa. Tambi¨¦n se est¨¢n usando chips para detecci¨®n por radiofrecuencia, para identificar o localizar personas, animales o cosas. En humanos, todo esto genera mucha controversia, pues una de las m¨²ltiples aplicaciones que se vislumbran consiste en tener estos microchips de identificaci¨®n dentro de la piel con todos los datos m¨¦dicos, de forma que si una persona llega inconsciente al hospital se pueda leer de forma autom¨¢tica su grupo sangu¨ªneo o sus alergias. Pero, claro, aunque la informaci¨®n est¨¦ cifrada, esos chips se pueden leer desde cierta distancia simplemente con un receptor de radio. Estas tecnolog¨ªas tienen mucho potencial, pero tambi¨¦n mucho riesgo.
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