El 'lehendakari' se da cuerda

Ibarretxe siempre va m¨¢s all¨¢ de lo que se calcula que puede ir. Al acceder, sin esperarlo, a la presidencia del Gobierno vasco, en 1999, se autoimpuso una misi¨®n de la altura que consideraba que corresponde a un lehendakari:conseguir la paz y la normalizaci¨®n pol¨ªtica de Euskadi, de una sola tacada y a su modo. Y desde entonces no ha cejado en su empe?o, sin tener demasiado en cuenta las circunstancias y sus propias fuerzas.

Cree Ibarretxe que una voluntad blindada y una buena metodolog¨ªa bastan para hacer recapacitar a ETA y encajar el rompecabezas de una Euskadi autodeterminada y luego asociada libremente a Espa?a. Cuando choca con la realidad, como sucedi¨® con el rechazado Estatuto Pol¨ªtico, reacomoda el plan y la hoja de ruta, pero nunca lo abandona. Simplemente, fija otros plazos y hace otros emplazamientos, y sustituye el fin por el medio. El objetivo ya no es tanto un pacto que supere el respaldo que tuvo el Estatuto de Gernika, sino la consulta directa a la sociedad vasca como hecho constitutivo del derecho a decidir. Ya no importa que haya o no acuerdo previo en el seno de la sociedad vasca o que ETA tenga abiertos todos sus frentes para matar.

Tampoco le preocupa al lehendakari la calidad democr¨¢tica de pretender que "el Pacto Pol¨ªtico entre Euskadi y Espa?a" deba ser cocinado entre ¨¦l y el presidente Zapatero. Seguramente, porque sabe que ese emplazamiento no tiene viabilidad alguna y es s¨®lo un pelda?o necesario para llegar a donde realmente desea.

Ha demostrado Ibarretxe que no se detiene ante obst¨¢culos que a cualquier otro pol¨ªtico le har¨ªan medir sus pasos. Pero es posible que ahora haya calculado mal las distancias. El primer hito de su recorrido no es el 25 de octubre de 2008, la fecha de la consulta, sino el decisivo pleno del Parlamento que sit¨²a en el pr¨®ximo junio. No puede desconocer el lehendakari que si el Parlamento vasco da su visto bueno a una consulta al margen de la ley ser¨¢ porque lo permita Batasuna a trav¨¦s de EHAK, como consinti¨® que pasara su Estatuto Pol¨ªtico. Y esto sit¨²a la jugada en la hip¨®tesis envenenada sobre la que le advert¨ªa Josu Jon Imaz en su art¨ªculo de junio.

La consulta -sobre todo si no se le permite celebrarla- es el trampol¨ªn de Ibarretxe para proyectarse hacia un nuevo mandato en el que continuar con su misi¨®n desde otro Gobierno en minor¨ªa. Sin embargo, el lehendakari es el director, pero no el ¨²nico actor de su plan. El PNV, aunque dividido, no est¨¢ en el estado de desconcierto de 2001 y puede sentir el v¨¦rtigo de las fechas marcadas al que parece inmune Ibarretxe, jaleado por sus socios del tripartito. Tambi¨¦n pueden sentirlo los sectores m¨¢s pragm¨¢ticos de esa sociedad a la que el lehendakari halaga para evitar escuchar sus verdaderas preocupaciones. ?Se har¨¢n o¨ªr esta vez o habr¨¢ que esperar a que los resultados del proceso interno del PNV y de las elecciones generales de marzo manifiesten si el ambiente en Euskadi est¨¢ para consultas arriesgadas, como anticipo de unas auton¨®micas adelantadas?